Así mismo, las distintas fuentes de la Química coinciden en indicar la existencia de una tabla que ayuda a medir el Ph de una sustancia, la cual se extiende desde cero hasta el catorce, entendiendo que cero es el punto más ácido, siete –que sería la mitad de la escala- refiere los puntos neutros, y catorce el punto más básico o alcalino. De esta forma, el puntaje que se señala sobre el Ph de una sustancia, así como su ubicación en esta escala, podrá revelarle al individuo cuando está frente a una sustancia ácida, neutra o alcalina, de acuerdo a su concentración o cantidad de iones de hidronio.

Ph del jugo de tomate

De esta forma, cada una de las sustancias presenta un Ph, y en el caso de los alimentos cada uno cuenta con esta cualidad, en diferentes proporciones, encontrándose también alimentos ácidos, neutros y alcalinos. En el caso específico del tomate, la mayoría de las fuentes coinciden en señalar que esta fruta natural, cuando se encuentra cruda y entera, posee un Ph que puede oscilar entre 4.2 y 4.9, por lo que se considera entonces un alimento con un grado considerable de acidez.

Sin embargo, la literatura al respecto también indica que el tomate procesado, llevado a jugo o zumo de tomate, presenta un Ph diferente, centrándose en un puntaje de 2.3. De esta forma, al ser triturado y hecho zumo el tomate aumente su grado de acidez. Sin embargo, a diferencia de lo que pudiera parecer, y al igual que el limón, el tomate tiene un efecto alcalinisante en la sangre y el cuerpo humano, ayudándolo a reducir los niveles de acidez, que en muchas ocasiones son relacionados por algunos especialistas en Medicina –tanto holística como halopática- como causante de algunas enfermedades.

Por consiguiente, la Medicina Natural indica que el tomate –tanto entero como en zumo- es fuente de gran cantidad de antioxidantes, como por ejemplo el licopeno y los flavonoles. Sustancias que son relacionadas con la prevención de algunas dolencias como el cáncer de mama, de próstata, así como algunas condiciones coronarias. No obstante, también existe la creencia de que aumenta el ácido úrico, por lo que algunas fuentes recomiendan no usar su cáscara, así como colocar un punto de azúcar, sobre todo cuando se prepara en forma de salsas.

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