Los Ovnis y la CIA
“Libro Azul” se le denominó a un proyecto desarrollado por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos (USAF por sus siglas en inglés) que buscaba recolectar, almacenar y analizar documentos relativos a la existencia de ovnis y su posible amenaza a la seguridad norteamericana. El proyecto comenzó en 1952 y estuvo activo hasta 1969, cuando se consideró que la investigación no aportaba nada ni a la seguridad nacional ni a la ciencia. Oficialmente, el proyecto finalizó el 17 de diciembre de 1969, aunque algunas versiones estiman que sus últimas actividades oficiales ocurrieron realmente en 1970.
Orígenes y limitantes del proyecto
El proyecto se inició en 1952 tras dos intentos semejantes previos – el proyecto Signo y el proyecto Grudge – que no habían satisfecho a las autoridades. Los tres proyectos tenían como objetivo recolectar y analizar fuentes sobre avistamientos y encuentros con naves voladoras no humanas para determinar su veracidad y sus posibles impactos en la sociedad estadounidense. En julio de 1952, tras la construcción de una base de datos con cientos de avistamientos, se dieron algunas detecciones extrañas por parte de los radares del Aeropuerto Nacional de Washington D. C., lo que llevó a la CIA a organizar un grupo oficial de investigación que vendría a conocerse como el Comité Robertson.
Este grupo determinó que los casos inexplicables de avistamientos estaban sobrecargando los sistemas norteamericanos de inteligencia, por lo que resultaba fundamental limitar su impacto en la opinión pública desacreditando a sus defensores y eliminando toda evidencia que pudiera justificar su existencia. El impacto de esta decisión en el Proyecto Libro Azul resultó bastante serio y de no haber sido por el liderazgo de Edward J. Ruppelt, quien estuvo a cargo de la operación hasta 1956, seguramente no habría realizado ninguna investigación.
Este capitán de la fuerza aérea estaba muy interesado en manejar un grupo de investigación comprometido con la verdad, fuese cual fuese. Su paso por la operación, aunque breve, se considera la cúspide de las investigaciones oficiales sobre ovnis, pues el grupo decaería tras su mandato. A partir de 1956 las autoridades norteamericanas decretaron que el nuevo objetivo del proyecto no era investigar, sino reducir los avistamientos de objetos voladores no identificados. Para 1957, estos eran apenas el 1% de lo que habían sido unos años antes.
Los casos analizados por el proyecto fueron incontables, y existe una base de datos abierta – en inglés – donde cualquiera puede revisar las pruebas, los testimonios y las conclusiones del estudio (aunque los nombres de los testigos han sido eliminados por su seguridad). En este artículo, sin embargo, vale la pena darle un vistazo a las conclusiones más generales del estudio:
Conclusiones del Proyecto
De acuerdo con el proyecto Libro Azul, el fenómeno del avistamiento de ovnis estaba relacionado con fenómenos de histeria masiva, fraude deliberado o errores en la identificación de objetos comunes. Los objetos investigados no mostraban evidencia de poseer una tecnología superior a la conocida o de provenir de lugares fuera de la tierra y no representaban una amenaza para la seguridad estadounidense. De los más de 12000 casos analizados por el proyecto, el 69% se consideró identificado (dejando algún margen de duda para el 31%), el 9% se declaró como “información insuficiente” y el 22% restante como “no identificado”. Lo más interesante del asunto es que 701 casos de este 22% se consideran al día de hoy “inexplicables”, pues los miembros de la operación no fueron capaces de comprender sus orígenes.
Existen diversas críticas al proyecto, y principalmente a su poco eficiente funcionamiento luego del Comité Robertson. El crítico principal es J. Allen Hynek, el único científico que hizo parte de las investigaciones, quién afirma que su tiempo en la operación le convenció del verdadero misterio del fenómeno ovni y que, salvo por Ruppert y el mayor Robert J. Friend, ninguno de los dirigentes del equipo estaba interesado en investigar realmente y que muchas veces recurrían a excusas muy simples en casos más bien complejos. Estas críticas han servido para avivar el debate e insistir en que los ovnis, sean lo que sean, verdaderamente existen.
¿Creen ustedes en la existencia de estas naves voladoras? ¿De dónde vienen, y qué buscan en la tierra?
Fuente de imágenes: 1: ufocasebook.com; 2: bibliotecapleyades.net; 3: unmuseum.org.