La etimología de la palabra clítoris tiene la acepción de “llave”, porque se trata del epicentro de mayor placer para la mujer y sin el cual, le sería casi imposible obtener un clímax. Al igual que el pene, posee un glande y al momento de acercarse al mayor placer, puede crecer hasta el doble de sus medidas.
El clítoris va creciendo con el tiempo
Estudios ginecológicos lo han demostrado, pues se descubrió que una mujer a los 40 años lo tiene casi cinco veces más grande, que al momento de cumplir 15. Al sobrepasar los 45 años, llega a estirarse en promedio, siete veces más que cuando se desarrolló.
El descubrimiento del clítoris
Los datos históricos científicos revelan que fue Realdo Colombo, un italiano quien expuso por primera vez ante el público, la existencia del clítoris en 1559, pero sólo hasta 1950 se popularizó su importancia en el coito, gracias al médico Alfred Kinsey .
La erección del clítoris
De la misma manera como ocurre con el pene, en ese punto se acumula una buena cantidad de sangre y es entonces, cuando el clítoris se agranda a consecuencia de la presión sanguínea.
La sensibilidad del clítoris
El glande de este miembro viril femenino está constituido por alrededor de 8000 nervios diminutos, conectados a una enorme red de quince mil terminaciones nerviosas, que prevalecen en la zona pélvica.
La función del clítoris
No tiene ninguna labor en la reproducción, sino exclusivamente en la generación de placer, a diferencia del órgano masculino. En el proceso de la excitación resulta casi indispensable.
Si no se usa se atrofia
Al igual que cualquier otro órgano, que por falta de utilizarlo, con el tiempo deja de funcionar. Cuando llega a ese punto de atrofiamiento, se recoge en el cuerpo o dentro de la tela de piel que lo recubre, hasta taparle la cabeza por completo.
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