Plena atención. Concentración prolongada. Una voluntad de hierro. Oración y meditación profunda. Así permanecen los monjes budistas en el Tibet, en sus majestuosos templos y muchos de ellos, en el exilio. Pero, aunque parezca increíble, uno de esos monjes resultó convirtiéndose en una modelo transexual de las más famosas.
Pasó todas las pruebas del adeptado
Su nombre es Phajaranat Nobantao y cuando cumplió 12 años de edad, sus padres lo enviaron a un templo budista en Tailandia, pues aparte de que eran muy pobres y así se disminuía la carga, ellos querían que siguiera el camino del Buda. Pero no basta solo con querer entrar a un monasterio de éstos, sino que los niños y adolescentes son probados en diversas oportunidades, para luego sí otorgarles el título de monjes.
A estos chicos les observan las actitudes y aptitudes respecto de la doctrina, la disciplina necesaria para ello y el anhelo que tienen para practicar la enseñanza. Pero Nobantao pasó todas las pruebas y recibió su ordenación como monje budista. De tal modo que vivió todo el tiempo en el monasterio, en compañía de 200 jóvenes y allí permaneció seis años, hasta que sus inclinaciones sexuales salieron a flote.
Ya no soportaba más y quería ser una mujer
Comenzó a percibir que le gustaban los demás chicos y que se sentía ser una mujer en un cuerpo de varón. “Llegó un momento en que ya no podía ocultar mis sentimientos”, confesó en un medio de comunicación al ser entrevistado. No se sentía para nada bien, siendo del género masculino, pero sabía a la perfección que en aquel camino espiritual, le era imposible dar rienda suelta a sus deseos.
Este joven llegó al punto de tener que esconderse, para por un momento maquillarse como una dama y sentirse femenino. Había escuchado que si tomaba anticonceptivos, le crecerían senos. Así tal cual lo hizo y le iban creciendo pechos como a una mujer. Pero un día, su madre fue al templo a visitarlo y se percató de los cambios que había sufrido su hijo. En aquel momento, estalló en cólera. Pero él le rogaba que por favor lo comprendiera y le permitiera ser una chica.
Sin embargo, permaneció durante 12 meses más dentro de la comunidad monástica sin ser descubierto, gracias a las túnicas, pero no lo soportó y abandonó el templo. Tuvo que buscar un empleo obligatoriamente, sobre todo por la situación precaria de su familia, a quienes ahora debería mantener. Se le ocurrió que quería ser bailarina de cabaret y se presentó a uno en Tailandia, donde se propulsó hacia otros países como modelo.
No obstante, a pesar de ser contactada por algunas agencias de modelaje internacional, por falta de recursos no viajó de inmediato y prefirió seguir su carrera que cada día crecía a medida en que transformaba su figura en una atractiva personalidad femenina, en Singapur y Tailandia.
Finalmente, su familia la aceptó al ver sus logros y aunque goza de popularidad, no es óbice para que también sea rechazada por muchos, debido a la cultura espiritual de la región. Se hizo llamar Mimi y su historia se volvió viral.
Imagen: facebook.com (Phajaranat Nobantao)