La Ciudad de los Durmientes
Hace algunos meses hablamos sobre la llamada “ciudad de los durmientes”, en la que las personas caían, como por arte de magia, en un sueño profundo que podía a veces durar varios días, y hasta una semana. Los episodios de sueño comenzaron a mediados del 2010, pero se intensificaron en 2013 llevando a que en algunos momentos hasta 60 personas estuvieran dormidas de manera permanente.
Tras 5 años de investigación, parece ser que las autoridades de Kazajistán por fin han determinado las causas de la misteriosa dolencia. Al parecer (y tal como lo habían sospechado muchos de los habitantes), la culpable sería la mina abandonada de uranio en las cercanías de Kalachi, pero por razones completamente insospechadas.
La mina en cuestión queda en el pueblo abandonado de Krasnogorsk, y ha estado abandonada por más de 20 años, desde el colapso de la Unión Soviética. De acuerdo con las autoridades, la mina (que tiene un tamaño considerable y varios sistemas de túneles) sería el origen de algunos gases tóxicos que, curiosamente, no están para nada vinculados al uranio que allí se encuentra.
Las causas
En efecto, las autoridades han recibido los últimos análisis y determinado que la misteriosa dolencia se debía a aumentos inusitados en algunos componentes del aire: el monóxido de carbono (CO) y varios hidrocarburos (CH) que, en combinación, reducían los niveles de oxígeno a niveles peligrosos y llevaban a que las personas perdieran la consciencia.
Estas declaraciones fueron hechas por el viceprimer ministro Kazajo, Berdybeck Saparbayev, tras recibir los resultados del equipo de investigación encargado del caso. El científico Sergey Lukashenko, quien hacía parte de este equipo, afirmó que “lo interesante es que la enfermedad del sueño se manifiesta sólo con la combinación de falta de oxígeno y un exceso de CO y CH”. Sin embargo, estos aumentos ocurren de manera relativamente esporádica en sitios específicos, por lo que no se les había podido relacionar con la dolencia.
Los gases en cuestión provienen de la mina, pero no de alguna reacción del uranio sino de la descomposición de la madera que se usó para reforzar las paredes. De acuerdo con Lukashenko, “el uranio no tiene nada que ver con eso. Se utilizaron un montón de estructuras de madera cuando la mina estaba en funcionamiento. Después la mina se cerró y se llenó de agua, y cuando la madera entra en contacto con el agua se produce monóxido de carbono”.
El gas comenzó luego a filtrarse a la superficie poco a poco, generando concentraciones anormales en algunos lugares que, por fenómenos climáticos o nuevas filtraciones, podían alcanzar la cercana ciudad de Kalachi. A su vez, reacciones semejantes de la mina generaban hidrocarburos su vez, reacciones semejantes de la mina generaban hidrocarburos y cuando los dos elementos coincidían ocurrían los desmayos de los habitantes.
Las autoridades kazajas han declarado que no hay nada que puedan hacer para revertir el proceso (las minas son muy peligrosas para que alguien entre en ellas), así que se dedicarán a reubicar a los 582 habitantes del poblado que, tras cinco años, por fin pueden descansar de su sueño permanente que los llevó a sospechar prácticamente de todo lo que les rodeaba.
¿Conoces algún caso semejante de una dolencia misteriosa?
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