Orgánico
Estamos acostumbrados a un mundo en el que las cosas vivas son orgánicas y los minerales están (principalmente) limitados a fenómenos inorgánicos e inertes. Salvo por los esqueletos y conchas, los seres vivos están limitados a producir tejidos con compuestos a base de carbono, y para encontrar cosas como cristales, piedras preciosas o minerales puros, hay que poner la mirada en fenómenos naturales, pero inertes.
La única excepción importante que la mayor parte de las personas conocemos son las perlas (que son producidas por ostras). Sin embargo, existe otra fascinante (y minúscula) excepción que pocos conocen, pero que ha hecho del cristal su hogar y que no puede describirse sino como una especie de “joyería natural”: el grupo de las diatomeas.
Cristales
Cuando las diatomeas se presentaron por primera vez a la comunidad científica, por una carta anónima enviada en 1703 enviada a la Real Sociedad de Londres, lo que se supuso es que estábamos mirando cristales de sales. Sin embargo, en la misma carta el descubridor anónimo (a quien solo conocemos como Mr. C) indicaba que sus experimentos le habían mostrado que el asunto parecía ser más complejo.
Con el paso del tiempo los investigadores que se dedicaron a estudiar estos pequeños objetos se dieron cuenta de que se trataba de algas. Pero estas algas eran diferentes: en lugar de tener células con paredes celulares “normales”, estaban incrustadas en bellos cristales de formas geométricas. Y más importante aún: nunca cambiaban de forma.
Fue así como se descubrieron las diatomeas, uno de los grupos más exitosos en la Tierra y el responsable de alrededor del 20% de todo el oxígeno planetario.
Diatomeas
Las diatomeas son, esencialmente, un organismo unicelular que aprendió a producir membranas de sílice (esto es, de cristal) en lugar de la pared celular “normal” del reino vegetal. Estas algas microscópicas generan, entonces, bellísimos objetos, pero al estar hechas de cristal tienen un problema: no pueden dividirse.
Sí. Ahí donde la ven, esta célula está recubierta de cristal
Por esta razón, cuando una diatomea se divide, las dos células hijas se dividen el espacio de la “joya”. Esto significa que cada generación tiene la mitad del tamaño de la anterior. Eventualmente, esto llevaría a la muerte de las diatomeas (que se harían demasiado pequeñas para sobrevivir), por lo que eventualmente estos organismos presionan un botón de “reinicio” y realizan una única reproducción sexual en la que la célula hija se construirá de ceros, permitiéndoles volver a empezar el proceso.
Un asunto curioso es que con las diatomeas descubrimos que las membranas de cristal son de hecho menos costosas y más fáciles de construir que las membranas orgánicas a las que estamos acostumbrados. Quizás no muchos organismos las tienen porque son relativamente delicadas. O quizás, porque sólo las diatomeas dieron con el secreto para fabricarlas.
Si bien estas pequeñas algas son invisibles al ojo desnudo, son tan exitosas que son visibles desde el espacio, y periódicamente inundan los océanos, generando la base de la cadena alimenticia marina. Incluso, las diatomeas son fundamentales en la fertilización del Amazonas, pues 27 millones de toneladas de restos de diatomeas, provenientes de un lago seco en África, llegan al Amazonas cada año producto de los vientos oceánicos.
Y como si no bastara con todo esto, las diatomeas son conocidas por producir de manera muy eficaz un aceite que usan como mecanismo para almacenar energía. Los científicos están trabajando en crear “granjas de diatomeas” para producir este aceite a escala industrial, lo que nos permitiría obtenerlo de una manera mucho menos costosa para el medio ambiente.
Así que ahí lo tienen. Hay, en el mundo, literalmente células de cristal, y son uno de los grupos más exitosos.
Bibliografía: - https://en.wikipedia.org/wiki/Diatom#History_of_discovery
- https://www.youtube.com/watch?v=Ygty9HxhFK4
Imágenes: 1: ecured.cu, 2: agenciasinc.es