Es probable que lo mejor, antes de avanzar sobre una explicación del adverbio “solo” y sus distintos aspectos ortográficos, sea revisar de forma breve qué otras categorías gramaticales pueden ser atribuidas a esta palabra, y cuáles son las implicaciones que a nivel de ortografía implica la diferencia entre una y otra.
Categorías gramaticales de la palabra “solo”
En este sentido, habría que comenzar por decir que la Real Academia Española de la Lengua (RAE) concibe básicamente dos categorías gramaticales para la forma “solo”, las cuales pueden ser detalladas de la siguiente manera:
- Adverbio: en primer lugar, se considera que la partícula “solo” puede constituir un adverbio, es decir, una palabra que acompaña al verbo modificándolo. Así mismo, en cuanto a esta función gramatical, la forma “solo” se considera equivale a “solamente”. Entre algunos de los ejemplos de su uso, se puede encontrar el siguiente: Solo dije que no quería participar / Solamente dije que no quería participar.
- Adjetivo: por otro lado, dentro del Español, la palabra “solo” puede también ser identificada como un adjetivo, en cuyo caso estaría modificando o agregando alguna cualidad, rasgo o característica al sustantivo. Un ejemplo de cómo se usa dentro de una frase la palabra “solo” cuando pertenece a esta categoría sería: Ayer fui solo al cine, no me acompañó nadie.
Acentuación antigua
Durante algunos años, la Real Academia Española de la Lengua asumía la necesidad de diferenciar ambas categorías gramaticales, ejercidas por la palabra “solo”, a través de la presencia de un acento o tilde diacrítica. De esta forma, se consideraba necesario acentuar la forma “solo” cuando se trataba de un adverbio: “sólo”, lo cual por su puesto se mantenía cuando a este adverbio se le adhería el sufijo –mente. Por su parte, la forma “solo”, cuando era un adjetivo no se acentuaba.
Esta diferenciación, establecida a través de la tilde diacrítica, perseguía básicamente evitar cualquier tipo de ambigüedad en el discurso, aclarando si la forma “solo” se refería a que el sujeto actúo “solo” es decir en sin compañía de alguien, o si la acción realizada fue hecha “sólamente” con una intención específica. Por consiguiente, se tenían ejemplos como los que se muestran seguidamente:
Fui solo a comprar las frutas (es decir, que la persona fue sin compañía a hacer las compras)
Fui sólo a comprar las frutas (la persona fue a comprar exclusivamente ese producto).
Cambio de normas en la RAE
Sin embargo, durante las primeras décadas del siglo XXI, hubo un cambio de normas ortográficas, por parte de la Real Academia Española de la Lengua, en referencia a cómo acentuar la palabra “solo” en sus diferentes categorías. En consecuencia, esta institución promulgo, que más allá de la categoría gramatical que ejerciera la forma “solo”, en ningún caso debería ir acentuada ortográficamente. Este criterio se basó en la clase de palabra a la que pertenece “solo”, la cual puede ser identificada entonces como una palabra grave, terminada en vocal, hecho que implica que en ningún caso –según las Reglas de acentuación del Español- pueda contar con la presencia de una tilde o acento ortográfico.
Así mismo, la Real Academia Española de la Lengua sentenciaba en su momento que la diferencia que se hacía, por medio de la tilde diacrítica, entre las distintas categorías gramaticales ejercidas por la palabra “solo”, no será necesaria ni siquiera en casos de ambigüedad, la cual deberá ser resuelta por los propios hablantes, tomando en cuenta el contexto comunicativo, así como el propio sentido del discurso.
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