El fútbol definitivamente es un deporte que despierta pasiones, principalmente entre hinchas y jugadores que, en ocasiones, llegan a extremos de violencia y agresión. Sin embargo, por fortuna cuando la agresión se da dentro de la cancha y los jugadores intentan sobrepasarse el árbitro controla la situación e imparte justicia con las tarjeas amarillas y con la expulsión misma de uno o más jugadores, pero ¿qué sucedería si el árbitro es el agresor?
Cuando el árbitro es el agresor
Pues una situación así se dio en las ligas menores del futbol brasilero que decidió cambiar las tarjetas rojas por pistola en mano. Todo sucedió a finales del año 2015 durante el transcurso de un partido amistoso en la región de Belo Horizonte cuando las cosas comenzaron a tornarse conflictivas a raíz de una dudosa falta que el árbitro consideró de gravedad al punto de expulsar al jugador. Por supuesto, la decisión arbitral no cayó bien en el público ni en los jugadores y mucho menos en el expulsado que comenzó a recriminar al árbitro.
Con pistola en mano
De inmediato el juez de la contienda, y sin pensarlo demasiado, se fue hacia el camerino y volvió al terreno de juego con arma en mano para amenazar y hacer huir al jugador que estaba reprochando su decisión arbitral y poner orden.
Posterior al episodio la federación de futbol local manifestó que realizaría las respectivas investigaciones, y dio a conocer que el hombre, aparte de árbitro, también ejerce como policía militar, mismo que manifestó que todo había sido en defensa propia pues había sido insultado y agredido durante el incidente.
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