Plutonio
Décadas de alertas y propaganda contra la radiación, de la mano con los desastres de Chernóbil y Fukushima, han hecho que la presencia de cualquier elemento radioactivo se convierta en una especie de “coco” para gran parte de la población. Sin embargo, lo cierto es que la radiación es menos peligrosa de lo que la mayor parte de la gente cree, al menos en las dosis en las que podríamos terminar en contacto con ella (salvo por catástrofes como Chernóbil, aunque aún en Fukushima los muertos por radiación fueron 0).
En cualquier caso, el punto aquí es que algunas personas se han sometido voluntariamente a la radiación. Uno de los casos más interesantes es el del club UPPU: un grupo de científicos que resultó orinando plutonio, y que se convirtieron en el eje de una importante investigación sobre el tema en los Estados Unidos.
UPPU Club
Todo comenzó cuando los científicos Nick Dallas y Ted Mangel llegaron a Los Álamos en febrero de 1944. En aquel momento aún no se había concluido la construcción de la Bomba Atómica, y el equipo estaba bastante rezagado en términos del proyecto, por lo que la moral era más bien baja.
Los dos científicos lideraron los procesos de purificación del plutonio, pero en el proceso entraron en contacto con el mismo, algo que no debería haber ocurrido. En particular, en un decisivo momento Mangel cometió un error con una aguja, y terminó ensartándose con la punta metálica llena de óxido de plutonio. De inmediato fue trasladado a la Sala de Urgencias, pero los médicos no pudieron retirarle todo el plutonio.
Lo que siguió fue una serie de exámenes y pruebas médicas constantes, en particular pruebas de orina para determinar cuánto plutonio exactamente estaba siendo excretado por el cuerpo del científico.
Al club pronto se unieron otros científicos que habían sufrido también contaminación con plutonio, inhalado partículas del material o entrado en contacto con él de alguna manera. Aún cuando en el proyecto se manejaron altísimos estándares de seguridad, quedó claro para todos que era imposible garantizar un 100% de separación con el material radioactivo.
Pero, y aquí viene lo más interesante, los estudios indicaron que las dosis de radiación no generaron impactos negativos a largo plazo.
Salud y enfermedad
En efecto, los miembros del Club UPPU tuvieron vidas normales, y su promedio de vida de hecho superó al de Estados Unidos en este periodo. Si bien varios murieron de (o con) cáncer de pulmón, eran todos fumadores regulares, así que se consideró que esto tenía que ver más con el tabaco que con el plutonio.
Por supuesto, la exposición a dosis altas de radiación de manera regular es letal, como lo vimos en el artículo Las Chicas del Radio. Pero en este caso, los científicos tuvieron acceso a un equipo médico de inmediato para retirar el plutonio de sus cuerpos, logrando que los niveles de radiación no subieran por encima de niveles peligrosos y les generaran daños permanentes.
Y lo que resultó fue uno de los experimentos (involuntarios) más interesantes de la Historia. Magel y Dallas murieron en 2007 y 2008 respectivamente, a una edad avanzada y sin rastros de daños causados por la radiación, demostrando que la radiación, aunque peligrosa, no es tan dañina en dosis bajas.
Fuentes:
- https://warisboring.com/the-scientists-who-pee-plutonium/
Imágenes: 1: blog.education.nationalgeographic.org, 2: warisboring.com