Lluvias de primavera
Hacia finales de la temporada invernal, es común en los países del norte que pequeñas lloviznas se complementen con las grandes montañas de nieve que la temperatura, apenas rondando los 0 °C, es aún incapaz de derretir.
Sin embargo, a comienzos de la primavera de este año algo más que agua se encontró en las capas superficiales de nieve. Los habitantes de la región de Bergen, en la costa occidental del sur de Noruega, se encontraron con una cantidad considerable de gusanos sobre la nieve.
El primero en publicar la noticia fue Karstein Estard, un joven que se encontraba esquiando en la región el 12 de octubre cuando se encontró con los animales. De acuerdo con Estard:
“Vi miles de gusanos en la superficie de la nieve. Cuando los encontré pensé que estaban muertos, pero apenas los puse en mi mano me di cuenta de que estaban vivos”.
Los gusanos cubrían una capa superficial de nieve de casi un metro de altitud, en algunos casos, haciendo altamente improbable que hubieran llegado allí desde la tierra (pues, que sepamos, las lombrices no cavan en la nieve). La única explicación razonable parecía ser que, efectivamente estas lombrices cayeron de los cielos.
Pronto la noticia se replicó en otras regiones de Noruega, hasta que prácticamente en toda la región sur del país habían testigos de la misteriosa lluvia de gusanos. Pero, ¿cómo llegaron allí?
¿Cómo explicar la lluvia de lombrices?
Muchos nórdicos, conocedores de las tradiciones de los países vecinos, comenzaron a hacer bromas sobre el célebre gusano de Islandia, Lagarfljótsormur, que por lo visto había aprendido a volar y había lanzado su descendencia sobre tierras noruegas.
Los biólogos, sin embargo, le apuntaron a una causa mucho más mundana. De acuerdo con quienes conocen estas especies es común que en invierno se adhieran a hojas y ramas con la esperanza de sobrevivir al invierno (en caso de que éste las encuentre fuera de sus agujeros), y es posible que el deshielo las haya transportado, por el aire, hasta estos lugares.
Algunos encontraron dicha explicación satisfactoria, pero muchos cuestionaron el hecho de que no hubiera hojas en torno a estos sitios, por lo que parece que las lombrices hubiesen llegado allí sin mediar este transporte improvisado. Hasta el momento, no sabemos bien cómo sucedió la lluvia de hormigas de Noruega.
Fuente de imágenes: earthweek.com