Escarabajos
Los escarabajos son el grupo más diverso de la Tierra. Su combinación entre pequeño tamaño, cuerpo acorazado y alas se ha probado como una combinación ganadora en la naturaleza, y ha llevado a que actualmente hayamos registrado unas 300.000 especies de escarabajos. Esto es, más que de todas las especies de vertebrados juntas.
Y bueno, con tanta diversidad, tienen que existir todo tipo de especies extrañas, ¿no creen? Como el escarabajo bombardero, que tiene básicamente un arma química en la mitad de su cuerpo. O el escarabajo Goliat, que alcanza el mayor tamaño de cualquier insecto.
Pero lo cierto es que hay especies aún más extrañas. Un escarabajo, por ejemplo, es capaz de digerir el icopor (de ello hablamos en el artículo ¿Podrían salvar el planeta organismos que se alimenten de plástico?). Y uno, particularmente tenebroso, que a pesar de su pequeño tamaño ha aprendido a alimentarse de sapos.
Sapos
En general, son los sapos los que se comen a los insectos. Cuando ven algo que se parece (potencialmente) a una merienda, abren la boca y lanzan la lengua.
Y son bastante hábiles en esto.
El problema es que cuando este escarabajo se encuentra en etapa larval, está precisamente esperando esto. La larva de algunas especies de escarabajo Epomis ha aprendido a moverse para atraer la atención del sapo, esquivar su lengua y de inmediato contraatacar. En una fracción de segundo, la larva se adhiere a la base de la lengua (de modo que el sapo no pueda tragársela)… y comienza a succionar.
Poco a poco, la larva consume la totalidad de los fluidos del animal. Cuando termina, procede entonces a usar sus mandíbulas, y se alimenta de la carne. Solo los huesos quedan al final.
Las larvas pasan por tres etapas de crecimiento, y en cada una matan un sapo. Pero eso no es todo: si bien los escarabajos maduros pueden comer diversas cosas, también son capaces de atacar los sapos por la espalda, paralizarlos y comérselos.
El comportamiento apenas fue descubierto hace pocos años, cuando varios investigadores comenzaron a preguntarse por qué aparecían sapos con una larva pegada en la lengua. En una serie de experimentos realizados, encontraron que en la confrontación la larva gana prácticamente el 100% de las veces, y que aún cuando el sapo se la traga, termina eventualmente por vomitarla… momento que ella aprovecha para pegarse a su lengua.
Y si bien la larva parece utilizar algunas enzimas para “digerir” al sapo, el escarabajo adulto parece tomar una solución mucho más sanguinaria: usando sus mandíbulas aserradas, ataca al anfibio por la espalda y corta los nervios que comunican su cerebro con sus patas traseras, paralizándolo para proceder a devorarlo lentamente.
No es muy común en el mundo animal que un organismo pequeño, tradicionalmente presa, se convierta en depredador, y por esta razón el escarabajo Epomis ha sido con razón denominado un monstruo. Y más cuando se presencia en vivo lo dramático de su accionar y lo eficaz que es a la hora de alimentarse de ranas.
Los científicos que han estudiado la especie creen que la única razón por la que los sapos no han comenzado a evitar estos escarabajos es porque su población es más bien poca, y son muy semejantes a otros escarabajos de los que estos anfibios se alimentan.
Fuentes:
- https://www.nationalgeographic.com/science/phenomena/2011/09/21/beetle-larva-lures-and-kills-frogs-while-the-adult-hunts-and-paralyses-them/
- https://www.wired.com/2016/01/absurd-creature-of-the-week-this-toad-isnt-eating-a-bug-the-bug-is-eating-it/
Imágenes: nationalgeographic.com