El Pensante

El gen de los mega-madrugadores

Curiosidades - agosto 15, 2019

Imagen 1. El gen de los mega-madrugadores

Sueño

El sueño, aunque no lo parezca, tiene profundos patrones genéticos. Ya hablamos en el artículo ¿Por qué dormimos como dormimos? de cómo los patrones de sueño incluso varían entre las poblaciones de diversas edades, y esto parece tener un sentido evolutivo en cuanto que permite que en una tribu siempre haya personas despiertas. Y también hemos hablado de cómo algunas personas tienen patrones de sueño que difieren mucho de los de otras, por ejemplo en el artículo El secreto de los Desvelados.

En este artículo hablaremos de algo parecido: de un estudio que recientemente se ha realizado en los hábitos de sueño de diversos individuos y ha encontrado un patrón asociado a una población de ultra-madrugadores que, cómo no, parecen tener esta característica impresa en su material genético.

“Sueño Avanzado”

Existe una condición conocida como Fase de Sueño Avanzado en la que algunos individuos se caracterizan por un incremento en la hormona melatonina y una modificación de la temperatura corporal a una hora mucho más temprana que sus contrapartes. Su ritmo circadiano está pensado para funcionar con la luz, y pueden levantarse a las 4 o 5 de la mañana sin problemas, algo que afectaría mucho a cualquier otra persona. El análisis se realizó en una clínica del sueño en Estados Unidos e indicó que probablemente al menos 1 de cada 300 individuos presenta este patrón, una cantidad muchísimo más alta que la imaginada anteriormente.

El mismo estudio comenzó a analizar las familias y se encontró que aún en personas que no habían vivido juntas, este patrón era recurrente si estaban emparentados. Esto sirvió para formular la hipótesis de que se trata de un asunto genético, y no de algo aprendido en la infancia.

Para que se considere que una persona tiene este “sueño avanzado” se requiere que a los 30 años haya desarrollado el hábito de acostarse antes de las 8:30, que se levante a las 5:30 por tarde sin importar sus compromisos de trabajo o personales (es decir, que sea asunto de hábito, y no de deber) y que tenga la costumbre de dormir casi el mismo tiempo en días festivos (las personas “normales” suelen dormir mucho más).

Fuentes:

  1. https://www.sciencedaily.com/releases/2019/08/190806101552.htm

Imagen: countingsheep.net