Lamentablemente, los ancianos así como los niños, son víctimas frecuentes de agresión sexual, sobre todo por parte de sus familiares. Un caso que ha consternado al mundo entero, es la violación de una mujer de 101 años de edad, a manos de su yerno: un hombre de 82 años de edad.
La anciana estaba morada por el acto
Y aunque se trate de unos venerables ancianos, no impidió para protagonizar una escena impactante, acontecida en la ciudad de Madrid, España, en abril de 2016, en la cual salió bastante afectada la longeva mujer de más de un siglo. Todo fue causado y orquestado por un hombre a cuya edad, la sexualidad es casi nula y quien en ausencia de su esposa, la hija de la víctima, aprovechó el estado de escasa locomoción de la anciana y abusó carnalmente de ella.
Prácticamente, su mujer lo encontró en pleno acto delictivo, pero el hombre alcanzó disimular un poco y por la preocupación del estado en el que se hallaba la longeva señora amoratada, todo se enfocó en llamar una ambulancia que la trasladó al Hospital Ramón y Cajal, de la capital española.
A aquella mujer se le hizo muy extraña la actitud de su marido, porque parecía sentado en la misma silla de la viejita y tan pronto como se percató de su presencia, se levantó rápido, se acomodó los pantalones y cuando vio a su madre, estaba despeinada, sin el pañal acostumbrado y con un color morado en su rostro.
Nadie imaginaba eso de unos ancianos de apariencia amable
Cuando la interrogó del porqué de su estado, la anciana confesó que estaba siendo víctima de violación a manos de su yerno y ante la magnitud de su testimonio, llamaron a las autoridades. En consecuencia, se emitió una orden de arresto y cuando los policías llegaron a su vivienda, aquel sujeto también adulto mayor, se llevó una gran sorpresa, aunque sólo bajó la cabeza en modo de admisión y culpabilidad mientras le leían sus derechos. Fue capturado y puesto a disposición del “juzgado número 7 de Madrid”, donde se le condenó a prisión sin derecho a fianza, por el supuesto delito de haber agredido a su suegra: una anciana de un siglo y un año de edad.
El octogenario no había registrado ningún antecedente penal en toda su existencia, ni tampoco enfermedad mental ninguna, pero de todas formas fue hallado culpable del delito de “agresión carnal violenta contra adulto de la tercera edad” y condenado a la cárcel. Todos los vecinos, conocidos y allegados, se sorprendieron al máximo con la noticia, pues los catalogaban como “unos viejitos encantadores” y nunca llegaron a imaginar que alguna eventualidad de este nivel pudiera vincularlos.
La vida sexual de un hombre, según dicen reconocidos sexólogos, depende de la cantidad de semen derramado en su juventud. Si el individuo acostumbraba a experimentar el orgasmo la mayor cantidad de veces posible, luego de los 50 años podría experimentar una grave eyaculación precoz, así como impotencia. Pero aquellos que más se mantuvieron castos, incluso a los 80 años continúan experimentando erecciones.
Imagen: eltiempoyucatan.com