Transhumanismo
Ya hemos hablado en estas páginas del transhumanismo, aquella ideología que le apunta a la intervención sistemática del cuerpo humano con miras a aprovechar “en carne propia” los beneficios de la tecnología y de evitar los problemas relativos al envejecimiento. En últimas, se trata de trascender la condición humana hacia un “posthumanismo”, de ahí que el proceso de transición haya sido denominado transhumanismo.
Por ahora son más bien pocos los avances que hemos visto con respecto a este asunto, pero muchos sectores tecnológicos y empresariales – así como cada vez más individuos un tanto aventureros – parecen estar interesados en aplicar al cuerpo humano muchas de las tecnologías. Así mismo, avances en el campo de la medicina y creaciones como la “Droga para el cerebro” de la que hablamos en este artículo hacen pensar que no pasará mucho antes de que veamos verdaderas modificaciones a escala mediana en los cuerpos de quienes se atrevan a experimentar.
Y esto es, precisamente, lo que creen algunos especialistas en el tema del futurismo dentro de los que se encuentra Ian Pearson, un científico que presentó sus perspectivas del futuro en una presentación para la Feria del Big Bang (Big Bang Fair 2016) a realizarse en el Reino Unido entre marzo 16 y 19 del presente año. Veamos:
Futurizon y el Homo Optimus
El Dr. Pearson trabaja en Futurizon, una empresa dedicada a hacer análisis de los cambios tecnológicos y asesorar a todo tipo de profesionales sobre el mundo en el que tendrán que competir en el futuro. Recientemente realizó algunos comentarios bastante interesantes sobre lo que, considera él, será el futuro de la próxima generación de la humanidad:
Con genomas optimizados y cuerpos mejorados mediante enlaces a tecnología externa, las personas podrían ser más bellas, más inteligentes, más emocionalmente sofisticadas, más físicamente capaces, más socialmente conectadas, en general más saludables y más felices como un todo.
De acuerdo con Pearson, el asunto no se limitará a los seres humanos y posiblemente veremos el surgimiento de productos destinados igualmente a las mascotas. Así mismo, este no será más que un paso antes de que los humanos puedan, por fin, vincular su inteligencia a la de una computadora obteniendo los primeros visos de inmortalidad.
El científico menciona tecnologías que ya están en desarrollo y que incluyen la creación de implantes celulares para modificar y manipular las condiciones de la piel a voluntad, la creación de “músculos electrónicos” a base de polímeros que sustituirán o complementarán a los músculos ordinarios y la construcción de nanodispositivos capaces de analizar muestras corporales y curar todo tipo de enfermedades. Así mismo, la belleza se volverá completamente relativa cuando se consigan “máscaras faciales” capaces de cambiar la apariencia de un individuo en un instante.
¿Será este en verdad el futuro?
Pearson es optimista, y prevé en todos los avances recientes – y en particular en los más espectaculares – las semillas de lo que será el ser humano del futuro. Sin embargo, es interesante notar que deja por fuera muchas de las intenciones de algunos grupos transhumanistas y no tiene en cuenta mejoras vinculadas a la obtención de nuevas habilidades y la superación de los límites humanos. Lo que vemos, en su proyecto, es simplemente la «realización», por así decirlo, de los paradigmas actuales, no su sustitución con nuevos modelos.
Pero más que eso, su hipótesis de un Homo Optimus diferente en esencia del actual Homo Sapiens podría requerir cambios más radicales. El término es muy válido para indicar una idea, pero en términos biológicos difícilmente podríamos hablar de dos especies separadas… o quizás sí podamos. El futuro lo dirá.
Fuente de imágenes: 1: qore.com, 2: truthspain.com