En medio de un caluroso desierto australiano, yace un pueblo cuyos habitantes para poder sobrevivir, deben residir en cuevas por el terrible clima sofocante. Un poblado en medio de la nada, considerado como la “capital del ópalo del mundo”, alberga en su interior tesoros inimaginables. Bienvenidos a Coober Pedy, el increíble pueblo que vive bajo tierra.
Nadie imaginaría hallar tanto placer y confort en el desierto
La tierra es de color rojiza y solamente osados viajeros aventureros se atreven a penetrar en esas áreas del sur de Australia, pero son ellos quienes se llevan las más inesperadas sorpresas que seguramente no van a encontrar aquellos turistas convencionales que en el continente australiano prefieren las hermosas ciudades balnearias.
Los geólogos estiman que hace alrededor de 150 millones de años, toda la inmensa zona que incluye y bordea a Coober Pedy, estaba completamente sumergida en el océano. Luego, por efecto de la inversión de los polos magnéticos de la Tierra, el agua retrocedió violentamente y los minerales que se hallaban en el fondo marino se enterraron en la arena y también en las cavidades rocosas donde sufrieron un proceso de solidificación.
Una diferencia del cielo a la tierra literalmente, pues quien se atreven a vivir o a pasear en este lugar, deben vivir la mayor cantidad de tiempo varios metros bajo la agreste superficie desértica. Un sitio donde los días pueden llegar a ser verdaderamente una réplica del clima del infierno: de día, un calor que hace gritar las piedras. Pero de noche, un frío congelado que azota con gélida furia.
Obviamente, no es un sitio aconsejable para quienes sufren de claustrofobia, o para quienes no soportan la idea de permanecer en un recinto sin ventanas, por donde pueda pasar si quiera un hálito de luz natural. Sin embargo, confortables y lujosos hoteles se han erigido en estas cavernas y hasta deliciosos jacuzzis y otros placeres se hallan allí.
Se le ha preguntado a varios avezados turistas que decidieron experimentarlo, acerca de su opinión del excéntrico poblado y su respuesta es sorprendente: ¡sencillamente les encantó! Aseguran no haber dormido tan bien en toda su existencia, como en estas oscuras cuevas.
Coober Pedy se localiza exactamente a 880 kms de una de las principales ciudades australianas: Adelaida. Su economía funciona más que todo, gracias a las minas donde se extrae ópalo, que comenzaron a partir del año 1915 y en la actualidad ya hay más de 250.000 agujeros o entradas distintas a esas minas que se hallan por todo los alrededores del pueblo, lo cual también implica de cierta manera un peligro para los turistas, pues de no fijarse al caminar, podrían caer en una de estas.
“Hombre blanco dentro de agujeros”
El nombre del poblado Coober Pedy, es la versión americana de las palabras “Kupa Piti”, que significa “hombre blanco dentro de agujeros”, en lengua aborigen australiana.
El número actual de habitantes es de 3.500 personas, procedentes de distintos países, más de 45 naciones. Estas personas cuando visitaron por primera vez Coober Pedy, quedaron encantadas y decidieron quedarse a vivir allí, muy a pesar de los 45 grados centígrados que puede llegar la temperatura en la sombra, así como las fuertes tormentas de arena, pero su sistema de viviendas subterráneas es un estabilizador del clima formidable.
La idea original fue propuesta por soldados que batallaron en la Primera Contienda Global, y que conocían los beneficios de resguardarse bajo tierra a modo de vivienda, que además se juntaron con algunos trabajadores de la construcción de la época.
No sólo el valioso ópalo es hallado varios metros debajo de esa zona del desierto, sino que además mansiones lujosísimas bajo la roca. El comercio también es muy selecto y peculiar, como por ejemplo los “restaurantes underground”, con platos únicos. Uno de los más famosos hoteles cinco estrellas allí abajo, es el Desert Cave Hotel. Por si fuera poco, también se hallan bares exóticos, locales de compras extraordinarios, galerías de arte, templos religiosos y mucho más.
Absolutamente todas las personas que afirman haber visitado Coober Pedy, comentan que se quieren quedar viviendo allí, enamorados de sus sendas desérticas y habitaciones subterráneas de ensueño.
Toda una excentricidad arquitectónica que provoca sentimientos y sensaciones muy peculiares en los viajeros.
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Imagen: wikipedia.org