La esfera
En el imaginario de muchas culturas, incluyendo la occidental, la esfera presenta un lugar privilegiado. Se le considera como la figura suprema, aquella que representa la perfección, la divinidad. Las órbitas en el plano celeste eran esféricas, también lo era la superficie de nuestra tierra. Como nota al margen, quizás cuando Kepler definió que las órbitas no eran esféricas, sino elípticas, comenzó a reducirse el cielo (antes divino) a una extensión de lo que vemos – y sentimos – en nuestro planeta.
Por esta razón mucho de lo que la humanidad hace – o intenta hacer – tiene el sello indeleble de la esfera. En la antigüedad su influencia era mayor que la actual y se buscaba en prácticamente todas partes. Y uno de los lugares más interesantes en donde se ha encontrado es en la región costarricense del delta del río Diquís.
Las esferas de Costa Rica
Nadie sabe exactamente quién realizó las esferas de Costa Rica o cuándo lo hizo. En conjunto se trata de más de 500 esferas talladas en la roca, las más pequeñas apenas miden unos 10 centímetros de diámetro y pesan menos de un kilogramo, las más grandes miden más de 2 metros y medio y pesan hasta 16 toneladas.
El problema es… que prácticamente nada puede determinarse de estos objetos. Se sabe que no estaban en la superficie cuando llegaron los europeos, pues las crónicas de Hernán Ponce y Bartolomé Hurtado, que pasaron por la región, no dicen nada respecto a la existencia de estos objetos. No sería hasta bien entrado el siglo XX cuando una empresa norteamericana dedicada a la siembra de cultivos de banano accidentalmente comenzara a desenterrar algunas.
En aquel entonces los estadounidenses llegaron a dinamitar varias esferas, convencidos como estaban de que en el interior podrían encontrar perlas u otros objetos preciosos. Sin embargo, tras un par de intentos se convencieron de que el asunto no iba por ahí y, para bien de la investigación arqueológica del país centroamericano dejaron de dañarlas y comenzaron a apilarlas donde no molestaran su labor.
Lo misterioso de estos objetos circulares
Las esferas resaltan por su superficie increíblemente pulida y que forma una esfera casi perfecta. Muchos están convencidos de que no pudieron ser talladas por seres humanos; personalmente considero que sí pudieron serlo (la paciencia obra milagros), pero el misterio no es verdaderamente ese.
La profundidad a la que se encontraban enterradas las esferas, de la mano con su ausencia en las crónicas coloniales, no puede más que indicar una antigüedad que no coincide con lo que sabemos del desarrollo del Ser Humano. Aunque es difícil estimar con precisión cuánto tardaría la tierra en cubrir con varios metros estas rocas de tamaño considerable, algunos geólogos estiman el tiempo en decenas de milenios y no en algunos pocos siglos.
De ser cierto, estaríamos hablando objetos increíblemente detallados que habrían sido construidos antes de la llegada de los pobladores nativos (alrededor de los milenios X – XII a. C.). Y si no fueron construidas por el hombre, ¿quién las erigió?
Es difícil especular. Podría ser que las primeras tribus arribaran a América varios milenios antes de lo pensado, aunque no existen pruebas de ello (más que las mismas esferas, que no pueden considerarse prueba de nada). O bien que una civilización anterior las dejara allí, quizás, un visitante extraterrestre…
No sabemos. Sólo sabemos que la mayor parte de las evidencias arqueológicas nos muestran un mundo y estas piedras no encajan en él. ¿Cómo podríamos explicarlas?
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