HD 140283
Es este, y no Methuselah (o Matusalén), el nombre oficial de la estrella misteriosa que ronda las regiones de la Constelación de Libra, a unos 190 años luz de nuestro Sistema Solar. Descubierta por el Telescopio Hubble, la estrella se ha convertido en un verdadero misterio ya que su edad, de acuerdo con lo que sabemos, parece ser mayor a la edad del Universo:
La edad del Universo
Hace algún tiempo la comunidad científica entró en consenso con respecto al Universo: no era eterno ni estaba mediado por ciclos sino que tenía un origen relativamente reciente: el Big Bang. Calcular el tiempo que había pasado desde este momento no era tarea sencilla, pero comenzaron a hacerlo analizando lo que llaman la “radiación de fondo del universo”, esto es, los “ecos” de aquella explosión primigenia que creó todo lo que conocemos. De acuerdo con estos datos, el Universo parece tener unos 13.700 millones de años, con un margen de error de 200 millones de años (es decir, entre 13.900 y 13.500 millones de años).
Hasta el momento, los datos cuadraban. Las galaxias a varios miles de millones de años luz mostraban características que en teoría correspondían a estadios más primitivos del Universo, indicando que la luz que nos llegaba fue enviada en un tiempo pasado. Sin embargo, todo cambió con el descubrimiento de Matusalén:
La edad de una estrella
Calcular la edad de una estrella no es tan difícil como parecería. A partir del tamaño y de la luz que emite los científicos son capaces de determinar tanto su composición como las reacciones físicas y químicas que están ocurriendo en su interior.
A partir de los conocimientos de física se puede determinar la reacción que está ocurriendo al interior de una estrella. Así hemos sido capaces de crear un “mapa de la vida de las estrellas” que nos muestra cómo evolucionan a lo largo del tiempo, desde su nacimiento hasta su inevitable muerte, ya sea que se apaguen o que exploten.
Normalmente el ciclo de una estrella involucra acumular grandes cantidades de hidrógeno que comienzan a convertirse en helio por proceso de fusión nuclear: la estrella brillará naturalmente hasta que sus reservas de hidrógeno comiencen a agotarse y entonces sufrirá cambios continuos. Primero convertirá el helio en materiales más pesados, y seguirá con el proceso hasta que eventualmente el sistema colapse. En esta serie de cambios se puede determinar, según su tamaño, si se convertirá en una gigante roja, en una enana blanca o en otro tipo de estrella.
Matusalén
El sistema ha funcionado bastante bien y nos ha permitido determinar, por ejemplo, que nuestro sol tiene algo más de 4.000 millones de años de edad, lo que coincide con las evidencias de la geología terrestre. Sin embargo, en el caso de la estrella HD 140283 las evidencias indican una edad… de 14.460 millones de años.
Evidentemente, algo está mal. O bien las mediciones con respecto a la estrella tienen un error o la edad del Universo fue calculada de manera errónea. Haciendo juegos con las matemáticas, podríamos decir que la estrella en verdad se formó justo después del Big Bang, ya que las mediciones también podrían tener un margen de error, pero ¿basta con eso para descifrar el misterio?
Resulta que no. Las primeras estrellas estaban constituidas casi que únicamente de hidrógeno. Tuvieron que estallar para que una nueva generación de estrellas absorbiera los componentes metálicos de aquellas: Matusalén en verdad pertenece a esta segunda generación de estrellas.
Este proceso tuvo que tardar al menos varios centenares de millones de años, lo que hace casi imposible justificar la longevidad de la estrella. Pero entonces: ¿qué hace Matusalén allí?
La respuesta no la sabemos. Parece ser que en los inicios del universo las cosas se movían mucho más rápido que hoy: en apenas unos pocos millones de años una estrella podía nacer, crecer y morir y dejar la semilla para sus sucesoras. Estas primeras estrellas, conocidas como “Población III”, son puramente teóricas, ya que jamás se ha detectado ninguna… y esto nos podría brindar una razón.
Y cabe, como siempre, la posibilidad de que estemos errados, aunque de momento no lo parezca. ¿Será Matusalén la estrella que nos muestre cosas de la edad del universo que nunca habíamos comprendido?
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