Nuevos descubrimientos gracias a la tecnología
En este portal hemos visto bastantes casos de “arqueólogos de sofá” que terminan realizando increíbles descubrimientos gracias a las maravillas de la fotografía satelital. Lo mismo es cierto para los planetas vecinos y, en particular, para Marte, que ha sido extensamente fotografiado en los últimos años.
El satélite Mars Reconaissance Orbiter ha rondado la órbita de dicho planeta realizando fotografías increíblemente precisas cuya resolución capta con nitidez objetos de hasta un metro de diámetro. En el 2010 la nave captó la imagen que aparece al comienzo de este artículo y que ha sido bautizada como “El ojo de Marte”. Pero, ¿qué es en realidad?
El ojo misterioso
La imagen consiste en un cráter que parece tener en su interior un segundo cráter que no es completamente simétrico con el primero. Esto descarta la posibilidad de que se deba a densidades diferentes en el suelo que generaron cráteres distintos al impacto de un único objeto (algo improbable, pero posible).
¿Cómo explicar el objeto? Parecería ser que dos meteoritos chocaron exactamente en el mismo lugar (o en puntos muy cercanos), uno más grande y después uno más pequeño. La explicación sería hasta satisfactoria de no ser por las ínfimas probabilidades de que algo así suceda: la luna, que está llena de cráteres, no muestra ni uno solo de estos impactos. Pero bueno, dirán algunos, miles de años de meteoritos podrían generar algo así, ¿no?
Sí… pero resulta que la cosa es más compleja. A menos de un kilómetro de distancia aparece otro cráter prácticamente idéntico, solo que de algo menos que la mitad del diámetro. La probabilidad de que uno de estos cráteres exista solo a causa de impactos es infinitesimal. La probabilidad de que dos lo hagan en un radio de mil metros es prácticamente nula, máxime cuando el resto del planeta no muestra este tipo de formaciones.
No nos queda más que suponer que la formación tiene causas naturales en la superficie marciana, pero hasta el momento todos se han visto en serios problemas para imaginar estas supuestas causas. Podría ser de todo, desde actividad volcánica (que, se supone, ya no hay en el planeta) hasta una antigua base extraterrestre, pasando por toda una plétora de fenómenos geológicos que podríamos desconocer. Parece ser que para descubrir el misterio del Ojo de Marte tendremos que ir a verlo con nuestros propios ojos (y perdonarán el pequeño juego de palabras).
Fuente de imágenes: 1: i.space.com, 2: static.ddmcdn.com