El pterodáctilo

El pterodáctilo

En el campo de la Arqueología se conoce con el nombre de Pterodáctilos –o por su nombre científico pterodactylus–  a un género específico de pterosaurio, identificado como un reptil volador, y cuya antigüedad ha sido calculada por los científicos en 150 millones de años.

Descubrimiento del pterodáctilo

Aun cuando en principio confundió a los científicos, quienes no lograban clasificar a este animal prehistórico, la Arqueología señala como el primer espécimen descubierto sobre esta especie el encontrado en la Caliza de Solnhofen, ubicada en Baviera, y en donde se han hecho la mayoría de los hallazgos arqueológicos desde que fue encontrado el primero, alrededor de 1780, siendo descrito por primera vez por Cosimo Alessandro Collini, científico italiano que en 1784 hizo sus primeras observaciones sobre los extraños restos encontrados.  Sin embargo, en su momento, Collini no atinó a descubrir que se trataba de un animal volador, claudicando en su intento por clasificarlo o emparentarlo con algunos de los animales existentes en la contemporaneidad. Por el contrario se inclinó a pensar que se trataba en realidad de un animal marino, confundiendo las alas del Pterodactylus con aletas, aunque sus estudiosos han señalado que esta conclusión no tuvo su origen realmente en la anatomía revelada por los restos, sino porque en ese momento se creía que las criaturas desconocidas debían provenir únicamente del fondo marino.

De esta forma, la idea de que los pterodactylus eran animales prehistóricos que habitaban el medio acuático oceánico prevaleció el siglo XIX, cuando en 1800, Johann Hermann, científico franco-alemán entró a estudiar un fósil de este animal, concluyó que este animal probablemente usaba su cuatro dedo, el cual resaltaba por su longitud, a fin de sujetar su membrana alar, por lo que este hombre de Ciencia venía a desmontar casi un siglo de interpretaciones según las cuales este animal pertenecía al medio acuático. Esta sería la primera vez que se hiciera una reconstrucción tan acertada de este tipo de pterosaurios.

No obstante, fue Georges Cuvier el primer científico en considerar que los Pterodactylus eran en realidad reptiles, teoría paradójicamente rechazada por el propio Hermann. Sería entonces el tiempo y los avances tecnológicos los que terminarían de descartar todas aquellas teorías que pretendían identificar a esta clase de pterosaurio con los mamíferos o aves acuáticas, determinando finalmente que Cuvier tenía razón cuando se inclinaba por señalar que los pterodactylus eran reptiles.

Descripción del pterodáctilo

En la actualidad, y sobre todo a raíz de los hallazgos ocurridos en 1998, se cree que el pterodactylus era una especie de pterosaurio, que debió existir hace 150 o 148 millones de años, tanto en Europa como África, territorios en donde ejercía su papel de réptil carnívoro, siendo su principal fuente de alimento los peces y otros animales pequeños. Así mismo, los científicos han llegado a varias conclusiones con respecto a su apariencia y características. A continuación algunas de ellos:

Alas

Las alas de este animal prehistórico correspondían a la categoría de pterosaurios, encontrándose constituida por una membrana, que se extendía desde la parte posterior de su miembro hasta el cuarto dedo alargado, y que en esencia podría decirse que estaba formada por piel y tejido muscular, aun cuando los científicos afirman que también contaba con gran cantidad de colágeno, lo cual incentivaba la firmeza de esta extremidad, que a su vez por fuera contaba con bordes, cuya principal constitución era la queratina.

Tamaño

Por lo general, los científicos tienden a enfatizar que la mayoría de fósiles encontrados de pterodáctilos corresponden a especímenes juveniles, por lo que difícilmente se puede hacer una descripción de cómo era este animal prehistórico en etapa adulta. Sin embargo, de acuerdo a los hallazgos encontrados, los científicos han llegado a la conclusión de que este animal era más bien un pterosaurio de tamaño pequeño, el cual lograba alcanzar un metro y medio de envergadura, es decir, la distancia entre cada una de las puntas de sus alas.

Cráneo

Así mismo, según los hallazgos arqueológicos, los científicos han determinado que los cráneos de los pterodáctilos adultos pueden ser descritos como estructuras óseas que se distinguían por su gran estrechez y largo, así como por su rectitud, es decir, que no presentaba ninguna curvatura. De igual forma, en las mandíbulas podían contarse hasta noventa dientes, descritos como grandes piezas de forma cónica, los cuales presentaban mayor tamaño en los miembros posteriores, empequeñeciéndose a medida que se avanzaba en el hueso mandibular. De igual forma se ha encontrado la presencia de una gran abertura craneal a la cual los científicos llaman fenestra anteorbital.

Cuello

Por su parte, de acuerdo a las evidencias, este pterosaurio se distinguía también por tener un cuello alargado, en donde se ha encontrado evidencia de la existencia de una saco gular, similar a la que tienen en la actualidad algunos anfibios, réptiles y aves como el pelícano, y que se cree se extendía desde la parte media de la mandíbula inferior hasta el cuello, en donde tenía su base ya en la parte superior de este miembro. Así también se cree que el cuello de este animal prehistórico se encontraba cubierto en su totalidad por picnofibras, que daban la impresión de largas y duras cerdas.

Cresta

Igualmente, los estudios han revelado que el pterodáctilo contaba en vida con una cresta, conformada casi en su totalidad por tejidos blandos, y que se encontraba ubicada sobre su cráneo, región en donde se extendía desde la abertura craneal hasta la parte más posterior del hueso craneal. Así mismo este miembro sólo ha sido encontrado en los especímenes adultos, por lo que se cree que la Cresta está asociada a la madurez de los pterodáctilos, siendo usada quizás en rituales de apareamiento o de exhibición.

Modus vivendi

Se cree que los pterodáctilos eran pterosaurios básicamente nocturnos, como lo son las aves y réptiles que viven en la época actual. Igualmente, los dientes y mandíbulas presentes en los fósiles hallados sugieren que los pterodáctilos probablemente eran animales carnívoros, que vivían de animales pequeños, creyéndose que también se alimentaban de peces, que pescaban con sus largas mandíbulas.

Imagen: pixabay.com

Bibliografía ►
El pensante.com (enero 12, 2017). El pterodáctilo. Recuperado de https://elpensante.com/el-pterodactilo/