De acuerdo con los sabios de todas las épocas, uno de los mayores deleites que el ser humano puede experimentar es la sexualidad. Sin embargo, aunque la ciencia oficial haya realizado grandes experimentos y descubrimientos sobre el sexo, por lo común no se conocen entre la población. Por ejemplo, existe la Ciencia del Sexo, denominada en oriente como Tantra Yoga.
Espiritualidad y sexo
La espiritualidad combinada con el placer sexual, en eso consiste este arte milenario llamado tantrismo, que diversas civilizaciones milenarias como los egipcios, chinos, tibetanos, mayas, aztecas, incas, esenios, hebreos, entre otras tantas, practicaron en parejas y que podían durar horas enteras disfrutando; varios investigadores afirman que esta era la causa de la genialidad y perfección de aquellos humanos de antaño, constructores de pirámides, quienes podían vivir hasta siglos enteros con su cuerpo físico, con apariencia juvenil y poderes psíquicos que hoy llamaríamos ficción.
El símbolo que representaba este saber oculto era la serpiente, por eso es familiar en todos los pueblos antiguos, e inclusive en el mismísimo logo de la medicina. La Antropología mística señala que la serpiente era la insignia que detallaba la sexualidad ancestral, pues para ellos el coito era sagrado y el camino directo para llegar a la Divinidad, además de que consideraban que es la fuente de la eterna juventud y poder. Pero al mismo tiempo, significa la serpiente tentadora del sexo equivocado para ellos, que es el orgasmo.
Los secretos de la energía sexual
El Tantra Yoga, igualmente enseñado en secreto por Budha a sus discípulos, estableciendo el Budhismo Tántrico, enseña que la energía suprema del Espíritu reside en los líquidos seminales del ser humano y por consiguiente, cada vez que se expulsan dichas sustancias en una eyaculación u orgasmo, se desperdicia gravemente la vitalidad, salud, bienestar, sabiduría, virilidad, juventud y poder que todo varón o hembra contienen en su interior.
Pero no era el celibato la forma de guardar y conservar sus energías sexuales tan sacras para los ancestros de todos los continentes, sino que disfrutaban del sexo sin llegar al climax orgásmico, donde se expulsan los fluidos hormonales o semen, sino que hombre y mujer conectados con sus órganos genitales, se entregaban a las delicias del amor luchando por no caer en eso que consideraban como letal error y de esa manera, la duración de la cópula se alargaba considerablemente, así como la satisfacción tanto espiritual como carnal.
La Kriya Yoga
En el siglo XX, se le llamó al Tantra Yoga en occidente, Kriya Yoga. Personajes famosos como Albert Einstein, Carl Gustav Jung, Nikola Tesla, entre otros genios de corte místico, practicaban en secreto con estas técnicas y pudieron desarrollar sus magnas capacidades del cerebro, que resultaron asombrando al mundo entero.
En el nuevo milenio, la Universidad de Berlín ha experimentado con la ciencia tántrica y ha podido corroborar las innumerables ventajas que conlleva realizar un acto íntimo entre marido y mujer, pero sin el proceso de la eyaculación. Primeramente, se descubrió que la duración de la relación cada vez iba aumentando, así como la virilidad, juventud, inteligencia y salud de los practicantes del experimento, para el que se prestaron algunos matrimonios voluntarios.
Varios equipos científicos tales como Kareza Society, de Italia, cuya directora es la doctora Aice Stolkman, así como la Sociedad Oneida, se han sumado a estas investigaciones. De hecho, uno de los voluntarios para el experimento fue el doctor John Humprey Noyes, director de la Sociedad Oneida de Estados Unidos, junto con su esposa.
Y es que el requisito que exige el Tantra Yoga es que se practique entre varón y hembra, debido a los polos electromagnéticos que cada uno maneja: según los Vedas, el hombre contiene el polo positivo y la mujer, el negativo. En tal efecto, ciñéndonos a esta ciencia, al juntar positivo con negativo surge la Luz y la electricidad, que conducida hacia el cerebro con las técnicas del tantrismo, lograrían el despertar gradual de todas las facultades latentes en el cerebro y su capacidad total, otorgando poderes como la telepatía, intuición, clarividencia, polividencia, telekinesis, etc.
Finalmente, dentro de los Evangelios Apócrifos encontrados en los años 60, en el Memditerráneo, figura que Jesús de Nazareth practicó Tantra Yoga con María Magdalena y sus enseñanzas giraban en torno de esto. Los estudiosos consideran que todo este conocimiento fue ocultado hace siglos a la humanidad, pero se mantiene vigente en varias logias y escuelas esotéricas, donde lo consideran como el mismo “Santo Grial”.
Fuente de imagen: facebook.com (tantra y tao del amor) (2)