Hace más de un millón de años, existía en el planeta un animal mucho más grande incluso que los dinosaurios y más caníbal, pues devoraba lo que fuere sin importar su tamaño. Es nada más ni nada menos que el megalodonte, un tiburón con el tamaño de un autobús. Veamos algunas curiosidades de este extinto y escalofriante animal:
Pudo haber medido más de 17 metros de largo y casi todos los estudiosos del tema, coinciden en afirmar que estamos hablando de el depredador más letal y sanguinario que haya existido en todas las eras. Varios de esos investigadores que apoyan esta tesis también estiman que estas enormes bestias carnívoras aún habitaban cuando el hombre pobló las primeras tierras.
La gran equivocación
Desde que se comenzó a hablar de este monstruo milenario, afirman las nuevas investigaciones, se ha cometido el error de informar que perteneció a la misma época que los dinosaurios o en la edad glacial. Las distintas pruebas corroboran que habitó en las épocas del mioceno y plioceno, hace aproximadamente 20 millones de años.
No sólo era fuerte, sino demasiado astuto a la hora de cazar; así lo describen los paleontólogos. Se han encontrado fósiles antiquísimos de ballenas, que, al parecer, eran el platillo preferido de los megalodontes.
Todo apunta a que la forma de atacar a las ballenas, era primero golpearlas fuertemente en sus aletas y morder con la impresionante fuerza de su demoledora mandíbula. Entonces, estas quedan paralizadas y con los otros mordiscos, se destruyen sus más importantes órganos. Era mucho más asesino de lo que hoy es el tiburón blanco, el más temido de los mares.
Los antropólogos están divididos en cuanto las teorías de la antigüedad del hombre, pero se cree que lo más seguro es que cuando el bípedo rasurado intelectual llegó a la Tierra, hace millones de años, ya estaban los megalodontes. Desde entonces, el más grande depredador ha sido el humano.
Una de las características más abrumadoras de estas bestias infernales, es que perfectamente, tenían la fuerza en su mordida de triturar a un vehículo automovilístico, sin ningún problema y de una sola mascada.
Stephen Wroe, profesor de la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, animó en tercera dimensión y con un alto grado en realismo, cómo sería la terrible y aplastante mordida del megalodon. Gracias a ello, se ha establecido que la fuerza de mordida podría estar entre 30 y 40 mil libras.
Su estructura ósea era de tipo cartilaginosa y sus afilados y aplastantes dientes, superaban los 185 milímetros. Eso dicen claramente los fósiles hallados, mismos que sólo han sido dientes petrificados y algunos huesos de las vértebras superiores.
La cabeza de la cadena alimenticia de la antigüedad
Se comía lo que fuere y que se moviere por debajo de los mares. Desde gigantescas ballenas, hasta pequeños peces, delfines y toda clase de peces. Sólo pensaba en una cosa: carne y sangre. Eran tan caníbales, que se comían a algunos semejantes de su misma especie.
Los fósiles de estos súper tiburones, han sido hallados esparcidos por todo el planeta, aun en territorios muy alejados del mar. Los investigadores creen que ese era el animal que encabezaba la cadena alimenticia. Los adultos vivían encantados con las ballenas, mientras que los jóvenes se conformaban con especies de menor tamaño.
Una cría del megalodon, era de enormes proporciones, en comparación con cualquier otra criatura. Y es que no es para menos, pues el solo órgano reproductor de uno de estos tiburones, era del tamaño de un tiburón blanco.
No cuenta con un nombre científico como tal, por divisiones en tendencias de la comunidad científica. Desde los años 1660, cuando encontraron los primeros fósiles de dientes y desde esas épocas, se le han otorgado numerosos apodos y nombres, como el Selache, el Megaselachus, el Carcharocles, el Charcharias, el Odotus y muchos más.
El mito sigue vivo
Hay quienes afirman que el megalodon todavía seguido viviendo, pero muy oculto en las profundidades oceánicas. Se realizó una película que mostraba cómo había logrado sobrevivir y habitaba en una zona no explorada por los humanos, en el fondo marino de las costas de China.
Pero una estudiosa experta en tiburones, llamada Catalina Pimiento, docente de la Universidad de Swansea, asegura que el megalodon está bien muerto, desde hace más de 2.5 millones de años, cuando apareció el tiburón blanco.
Imagen: wikipedia.org