Definición valor de la Alegría
De acuerdo a las distintas definiciones, se puede considerar la Alegría como la sensación de satisfacción, júbilo o entusiasmo que un individuo puede vivenciar, a raíz de un acontecimiento positivo.
Por lo general, este sentimiento es de carácter efímero, presentándose por momentos, por ejemplo ante un logro, una victoria o una celebración, y desapareciendo con el correr del tiempo, o en la medida en que otros sentimientos comienzan a embargar a la persona. Sin embargo, la sociedad también identifica la Alegría como un valor, pues considera que este sentimiento debe ser asumido como una actitud para enfrentar la vida cotidiana, a fin de que sean el entusiasmo y el júbilo los sentimientos que estén por delante, en el momento de asumir responsabilidades en el hogar, la escuela o el trabajo, promoviendo entonces los sentimientos positivos de parte de todos los individuos relacionados en una comunidad.
Importancia de la Alegría con valor
Con respecto a la importancia de la Alegría como valor de una sociedad, los especialistas coinciden en que fomentar esta actitud dentro de las personas influye en generar mejores resultados dentro de los proyectos colectivos, ya que asumir los retos y responsabilidades con alegría hacen que las personas den lo mejor de sí, además de fomentar otros sentimientos como la cooperación, la solidaridad, la bondad y el autoestima, lo cual se refleja en sociedades mucho más armónicas y positivas.
Así mismo, fomentar estados y actitudes cónsonas con la Alegría, hacen que los individuos de una comunidad se alejen de sentimientos como la rabia, la violencia, la frustración, la intolerancia o la agresividad. Sin embargo, es importante también que los individuos se conozcan y acepten sus emociones, pues un individuo no puede estar constantemente alegre, debe dar espacio para otras emociones, teniendo siempre conciencia de la asertividad y correspondencia real entre las situaciones y emociones que estas generan, pues se puede correr el riesgo de aparentar o forzar estados de alegría, para no asumir emociones menos positivas, como el duelo por la pérdida de algún ser querido, o la derrota en una competencia.
Cómo inculcar el valor de la Alegría
A pesar de que la Alegría es un sentimiento innato e inherente al humano, esta debe fomentarse e inculcarse en ellos, desde las primeras etapas de la infancia, a fin de que el niño reconozca este sentimiento como un valor, y parte importante de su repertorio de emociones, así como la necesidad de fomentarlo en él y en los otros, como un aporte de él hacia su comunidad.
En cuanto a las distintas formas y estrategias, para fomentar el valor de la Alegría en los más pequeños, algunos educadores coinciden en señalar los siguientes tips:
1.- En primer lugar, no debe perderse de vista, la importancia que tiene el ejemplo dentro de la Educación de cualquier valor o actitud. En este sentido, los padres y maestros deben ejercer también la alegría dentro de sus actividades, así como en el trato con sus semejantes, a fin de que el niño crezca teniendo como ejemplo de Alegría a sus padres.
2.- Así mismo, aunque la Alegría sea un sentimiento natural y propio de los humanos, estos deben también fomentarla. Con referencia a este punto, algunos especialistas indican la importancia que tiene realizar actividades grupales que incentiven la alegría entre los miembros de una comunidad. En la Escuela, por ejemplo, se pueden hacer ejercicios lúdicos, como canciones y juegos. Así mismo la realización de pequeñas fiestas al mes. En casa, los padres pueden también generar actividades familiares que promuevan la alegría como cocinar juntos algún postre, o reunirse en familia para comer, arreglar la casa o dar un paseo.
3.- De igual forma, es importante enseñarle al niño la importancia que tiene el tener en mente siempre pensamientos positivos, a fin de fomentar el optimismo y la buena actitud ante las circunstancias de la vida.
4.- Otro punto vital en la enseñanza de la alegría como valor es el enseñar a los niños, cómo deben sacar de su rutina diaria momentos en los cuales hacer cosas que realmente les agraden o diviertan, a fin de poder sentirse alegres con sus semejantes. En consonancia con la edad, estas actividades deben estar relacionadas con los juegos.
5.- También es importante, enseñarle al niño el vínculo que existe entre la alegría y el cumplir con los deberes, o el ayudar a los otros, pues de esta manera se le motivará a tener una actitud alegre a la hora de enfrentar sus responsabilidades. Se puede, de acuerdo a los consejos brindados por algunos educadores, incluir canciones o juegos en la realización de las rutinas, como bañarse, cepillarse, recoger los juguetes, ordenar el cuarto o comenzar a hacer los deberes, a fin de que el niño relacione sus obligaciones con sentimientos positivos.
6.- Por último, es importante referirle verbalmente al niño, de forma cotidiana las cosas buenas que pasaron en el día. Por ejemplo, se puede usar el momento de la cena, para compartir en familia y contarse los unos a otros los buenos momentos del día, a fin de que el pensamiento del niño se vaya adaptando a la alegría y la positividad.
Fuente de imagen: elpensante.com