El valor de la Flexibilidad
Dentro del ámbito de los valores humanos, se conoce como Flexibilidad a la capacidad que tiene un ser humano de adaptarse a las distintas situaciones de la vida, o a los cambios repentinos que puedan experimentar estos, cambiando así sus estrategias y modos sobre la marcha, los cuales les permita igualmente lograr sus objetivos o no dejarse afectar por las nuevas circunstancias.
En este sentido, una persona flexible es aquella que no se aferra a que las situaciones permanezcan siempre igual, o que cambia rápidamente de tácticas y métodos cuando observa que los que usa no funcionan, o que las circunstancias que los requerían cambiaron. Igualmente, el valor de la Flexibilidad está totalmente ligado con la mentalidad abierta que pueda tener una persona, tanto a nuevas situaciones como a circunstancias que socialmente siguen siendo de alto impacto o polémica. Con referencia a esto, mientras alguien inflexible simplemente negará o rechazará cualquier oportunidad de cambio o novedad, al tiempo en que huirá de cosas que se salgan de sus parámetros, una persona flexible probablemente reajuste su conducta y decisiones en cuanto a los nuevos cambios, siendo además receptivo y tolerante ante cualquier cosa que parezca superar los cánones establecidos.
Importancia de la Flexibilidad como valor
Por otro lado, disciplinas como la Psicología advierten que un individuo que tenga la Flexibilidad integrado a sus sistemas de valores, será una persona que sufrirá menos con los cambios de la vida, los cuales son inherentes a ellos, además de poder adaptarse fácilmente ante nuevas circunstancias, como un nuevo jefe, una nueva etapa o institución de estudio, un nuevo trabajo, o incluso mudarse de país. En este sentido, la capacidad de asumir las nuevas etapas y escenarios hará que dejar lo antiguo no duela, aprovechando al máximo también el proceso que inicia. Igualmente, una persona flexible será una persona con más probabilidad de alcanzar el éxito, pues en la medida en que las circunstancias vayan desarrollándose, podrá adaptar sus estrategias a los hechos involucrados en este desarrollo. De la misma forma, será una persona proclive a presentar menor cantidad de prejuicios.
Igualmente, el valor de la Flexibilidad también traerá repercusiones a nivel social. En sintonía con esta premisa, algunos psicólogos han señalado que una sociedad que cuente entre sus miembros con personas que tengan este valor integrado a sus prácticas y sistemas de pensamiento, será una sociedad mucho más receptiva y tolerante a la diversidad, la cual podrá manifestarse en la inclusión y convivencia definitiva y real de personas con características particulares o pertenecientes a las distintas minorías: afrodescendientes, personas con sobre peso, personas con condiciones especiales físicas o mentales, mujeres, etc. Así mismo, una sociedad que se caracterice por el valor de la Flexibilidad será también una comunidad que esté innovando todo el tiempo la forma de resolver sus conflictos y asumiendo las nuevas tendencias, en lugar de aferrarse a las épocas antiguas.
Adquisición de la Flexibilidad como valor
No obstante, la Flexibilidad es un valor inherente al humano, la mayoría de los profesionales de la Psicología y la Educación han señalado que éste debe ser inculcado y estimulado en los niños desde las primeras etapas de la infancia, a fin de formar adultos que crezcan conscientes de la importancia que tiene el ser una persona flexible ante las distintas circunstancias que marca la vida o que presenta un determinado proyecto, así como la flexibilidad ante lo novedoso o aquello que le parece diferente.
Sin embargo, estos profesionales de la Educación y el Comportamiento humano también han indicado que en ocasiones, los responsables de criar a los más pequeños no siempre tienen claras las estrategias de aprendizaje a seguir. En este sentido, estas disciplinas han indicado algunos tips. A continuación, algunos de ellos:
1.- En primer lugar, como siempre que se trata de la enseñanza de una actitud o valor, la principal herramienta es el Ejemplo. De esta manera, un niño que crezca viendo cómo sus papá practican la flexibilidad en su familia, aprenderá a su vez a hacerlo. Esto no significa para nada no tener estructuras, rutinas y normas, sino saber adaptarse si se requieren cambios o modificaciones a estas, en beneficio del bien del grupo familiar.
2.- Así mismo, los psicólogos recomiendan que el niño crezca en un ambiente democrático, donde sepa y sienta que puede expresar cualquier sentimiento o experiencia, y será escuchado por unos padres flexibles, que lo entenderán y tratarán de acompañarlo siempre.
3.- Igualmente, los psicólogos aconsejan que durante las etapas tempranas de la infancia (2 ó 3 años) cuando el carácter del niño se torna un poco impositivo, los padres en lugar de imponer la autoridad y pasar la páginas, deben tomarse un poco de tiempo para llamar a la reflexión al niño, enseñándole además el poder de la negociación. Por ejemplo, en vez de arrebatarle un objeto que no se quiera que toque, es preferible cambiárselo por un juguete.
4.- Otro punto importante es mostrarle a los niños la infinita diversidad que engloba el humano. En este sentido una escuela que tenga programas de integración para personas con capacidades diferentes, dotará a todos sus miembros de la conciencia de que existe la diversidad y que debe dársele a cada uno los mismos derechos y posibilidades.
Fuente de imagen: elpensante.com