Definición del valor del Sacrificio
Dentro del ámbito de los valores éticos, se conoce como Sacrificio la capacidad que tiene un ser humano de no suprimir por algún tiempo algunos de sus deseos o necesidades en pro de alcanzar objetivos mucho más importantes o trascendentales que una pulsión momentánea y no vital.
Visto de esta forma, el Sacrificio son las distintas actitudes, privaciones o modificaciones que una persona realiza en cuanto a sus costumbres y rutinas, siendo consciente de que ellas constituirán estrategias que le permitan acceder a aquella meta que se ha propuesto, por lo que en ese sentido el Sacrificio no involucra dolor o sufrimiento, sino persistencia, decisión, disciplina y éxito.
Un ejemplo de Sacrificio puede ser el ahorro, pues la persona se privará de usar el dinero en cosas que aunque quiere no necesita inmediatamente, permitiéndole acumular el dinero suficiente para comprar aquello que sus hijos o él mismo necesitas. Otro ejemplo bastante popular del Sacrificio lo ejercen los ejercicios y la dieta saludable al que se somete una persona, pues a pesar de no poder satisfacer sus deseos culinarios, con el tiempo su sacrificio se verá reflejado en su figura y su salud.
Importancia del Sacrificio como valor
Con referencias al impacto que puede tener el Sacrificio en la vida de un individuo, disciplinas como la Psicología han señalado que una persona que tenga este valor integrado en su estructura de pensamiento y acción, será un individuo que tenderá a trazarse objetivos definidos, y a contar con la suficiente disciplina, responsabilidad y devoción para conseguirlos, al tiempo que una vez lo haya conseguido valorará mucho más aquello que logró, que si sólo lo hubiese conseguido con no más desearlo. En este sentido, el valor del Sacrificio cobra importancia, pues crea y fortalece el carácter de la persona, al tiempo que le genera sentido de pertenencia y valoración sobre las cosas y metas logradas.
En un sentido mucho más amplio, los psicólogos han indicado que a nivel social el Sacrificio también cuenta con repercusiones, pues una sociedad que tenga integrado en su esquema de valores el Sacrificio será una comunidad humana que entienda la importancia de los procesos históricos que los lleven a mejores estadios, igualmente generará entre sus miembros redes de relaciones interpersonales sustentadas en el respeto y la colaboración. Igualmente será una sociedad productiva y ahorrativa, bastante lejos del consumismo y el derroche, pues entenderá que es mucho mejor una distribución justa y equitativa de los bienes, en pro de todos sus miembros, que la acumulación y mal gasto de unos pocos en detrimento del mal nivel de vida de todos.
Adquisición del Sacrificio como valor
A pesar de que el Sacrificio es una cualidad y un valor inherentes a la condición humana, la Psicología ha apuntado también a la necesidad de que este valor se cultive y estimule en los más pequeños desde las primeras etapas de la infancia, a fin de formar individuos que entiendan que es necesario muchas veces hacer cosas no del todo placenteras que los lleven a obtener metas y logros mucho más trascendentales. Así mismo, desde pequeños entenderán el valor de las cosas, teniéndoles mucho más aprecio.
Sin embargo, algunos padres y maestros pueden llegar a sentirse un poco desorientados a la hora de establecer estrategias que les sirvan para sembrar e inculcar este valor en los niños a su cargo, por lo cual la Psicología también ha establecido alguno tips, que pueden ponerse en práctica tanto en la casa como en la escuela, a fin de enseñar el valor del Sacrificio. A continuación, algunos de ellos:
1.- Como siempre que se trata de la enseñanza de una actitud o valor, la Psicología advierte sobre la importancia de usar como principal herramienta el Ejemplo. En este sentido, un niño que se críe viendo cómo sus padres se levantan temprano a pesar del cansancio, porque deben trabajar para el bienestar de la familia, o cómo dejan de comprarse algo que les guste mucho sólo para poder ahorrar el dinero que les permitirá hacer un viaje o adquirir algo de valor para todos, será un niño que crezca entendiendo que en la vida muchas veces la persona debe privarse de cosas, para obtener otras.
2.- Igualmente es importante, que sin caer en chantajes emocionales, el niño empiece a ganarse; sus privilegios, es decir que pueda jugar y divertirse sólo si terminó sus labores escolares; darle juguetes si saca buenas calificaciones; llevarlo de paseo o dejarlo salir a jugar si cumplió con sus responsabilidades en casa. De esta manera el niño aprenderá que para obtener cosas que desee muchas veces necesitará esforzarse o hacer cosas no del todo placenteras.
3.- Así mismo, es necesario también reforzar de forma verbal y continua en el niño la relación que existe entre su esfuerzo y el logro obtenido, a fin de que integre esa ecuación en su forma de pensar, sabiendo que los sacrificios que ha hecho o que sus padres lo han llevado a realizar finalmente sí tuvieron un propósito.
4.- Por su parte los educadores pueden reforzar lo que el niño ha aprendido en casa en el aula, lugar en el cual pueden incluir actividades como la lectura colectiva de fábulas e historias que aborden el tema del sacrificio de una manera clara y sencilla.
Fuente de imagen: elpensante.com