Etimología y origen del término surrealista

De acuerdo a los expertos, el término surrealismo procede directamente de la voz francesa: surréalisme, compuesta a su vez por dos partículas: sur (adverbio de lugar que puede traducirse como “por encima”) y réalisme (sustantivo que en Español significa “ralismo”). De esta forma la voz Surrealismo, plantea una entidad por encima de la realidad conocida.

En cuanto al inicio de su uso, este es atribuido al poeta Guillaume Apollinaire, quien de acuerdo a los investigadores lo usó en mayo de 1917 para redactar un programa de mano, dirigido a acompañar al musical Parade, donde afirmaba que este musical constituía una especie de “surrealismo”. Igualmente, un mes después, en junio de 1917, Apollinaire vuelve a hacer uso de este término para incluirlo en el subtítulo y en el prefacio de una obra teatral Les Memelles de Tirésias (Las tetas de Tiresias) y que el poeta calificó como “drama surrealista”

Antecedentes del surrealismo

Iniciado con vigor en 1924, después de la proclamación del Primer Manifiesto Surrealista, los seguidores y artistas involucrados en este movimiento señalan como antecedentes directos de sus formas de expresión a distintos personajes en la historia del pensamiento humano, como por ejemplo el filósofo griego Heráclito, así como a otros escritores un poco más contemporáneos, como Charles Fourier y el mismísimo Marqués de Sade. Por su parte, los pintores surrealistas indican que mucho de sus características expresivas son herencia de pintores como Hieronymus Bosch “El Bosco”. No obstante, los expertos en Historia del Arte consideran que el Surrealismo es un movimiento artístico que tiene como precedente inmediato al Dadaísmo.

¿En qué consistía el Surrealismo?

El surrealismo básicamente consistió en el empleo de técnicas pictóricas y literarias novedosas, implementadas para dar como resultado formas originales. A nivel audiovisual, el surrealismo tomó prestadas algunas técnicas provenientes del Dadaísmo, sobre todo en el ámbito de la fotografía y el Cine. En cuanto a las Artes Plásticas, el Surrealismo implementó el Collage, concebido como la creación de obras a partir de objetos encontrados aleatoriamente.

Igualmente, en las Artes resaltaron el ensamblaje de objetos increíbles, a través de la unión de objetos distintos. Un ejemplo de ello lo constituyen obras como las de Max Ernst, a quien se le atribuye también la creación de la técnica del frottage, la cual consistía en el uso de objetos rugosos, los cuales eran usados para causar impresiones en el soporte de la obra. Así mismo, sobresalió la técnica del cadáver exquisito pictórico, en el cual un grupo de artistas se reunían y cada uno pintaba un parte del lienzo, sin saber qué había pintado el otro.

En cuanto al ámbito de la Literatura, la influencia de este movimiento artístico se caracterizó sobre todo por la innovación en el lenguaje, así como en las formas de composición y métrica conocidas hasta el momento, aboliéndolas y pasando por alto el concepto de verso, proponiendo por el contrario el versículo: verso de gran extensión, carente de métrica y con ritmo propio. Así mimo, la temática de la Poesía y la Literatura surrealista presentó también un rasgo fundamental de sus características, abordando el tema onírico y psicológico. En este sentido se implementaron técnicas como la escritura automática, así como la transcripción de sueños. El idioma también vivió una renovación durante el surrealismo, sobre todo a nivel léxico, con la invención de nuevas palabras, así como de técnicas expresivas.

El surrealismo en la pintura

La figura principal del surrealismo fue André Breton, personalidad en torno a quien giraba este artista. En este sentido, muchas de sus opiniones y críticas son tomadas como referente de los investigadores de Historia del Arte para indicar el desenvolvimiento de otros artistas en el campo de este movimiento artístico. Así, por el mismo Breton se puede saber por ejemplo que Salvador Dalí –a pesar de la fama y la publicidad- siempre fue considerado por Breton como un artista que “ponía en peligro la credibilidad del surrealismo”, debido a sus técnicas extremas de pintar lo que veía en el mundo onírico.

Por el contrario, para André Breton, el surrealista más surrealista de todos fue Joan Miró, pues según Breton su técnica de automatismo psíquico puro lo colocaba en este sitial, dando como resultado obras de gran valor surrealista, nacidas de su exploración al mundo de los sueños y símbolos infantiles (primeras etapas) así como su lenguaje simbólico que implica una nueva forma de expresión.

También valorado como un gran surrealista –en este caso por los estudiosos de Historia del Arte- René Magritte resalta por sus composiciones logradas, a través de la combinación de imágenes contrarias, así como por la territorialización de imágenes en sitios a donde no pertenecen. Otro artista de gran realce en el ámbito pictórico surrealista fue Paul Delvaux.

Clímax del Surrealismo

Dentro de este movimiento artístico, surge el año 1938 como el más importante, puesto que en esos días logró organizarse la Exposición Internacional del Surrealismo, la cual tuvo lugar en París y que marcó el punto de mayor apogeo para el surrealismo. En esta exposición, el mundo tuvo la oportunidad de ver reunidos en una misma sala a Duchamp, Dalí, Arp, Oppnheim y Ray, entre otros. Sin embargo, se avecinaba la Segunda Guerra Mundial, momento en el cual los surrealistas se dispersan por Europa, y algunos huyen a América como André Breton, Masson y Salvador Dalí, lo que se traduce en un debilitamiento para este movimiento. Sin embargo, en opinión de algunos expertos en arte, la llegada de los surrealistas a Estados Unidos siembra las bases de movimientos de posguerra como el Arte Por o incluso el expresionismo abstracto.

Imagen: obra «Los Amantes» del pinto René Magritte
Fuente de imagen: artelista.com