Importancia de la Observación

La premisa máxima de la Ciencia es la de crear, recopilar y abrazar el conocimiento, hecho que incluso es manifestado en su propio sustantivo “ciencia”, el cual –según lo indicado por fuentes etimológicas- proviene expresamente del término en Latín scientĭa, y que puede traducirse literalmente como “conocimiento”. No obstante, este conocimiento no es innato ni se obtiene por vías empíricas, sino que se produce por el contacto directo del individuo con el objeto estudiado, a través de un elemento clave en todo proceso científico: la observación.

En este sentido, tanto desde la Filosofía como desde la Ciencia, se reconoce en la Observación y la capacidad del individuo en este campo, factores fundamentales para el desarrollo de todo proceso científico. Así, la Observación permitiría en primera instancia estar al tanto del entorno, a fin de poder percibir los fenómenos que en él se encuentran. La capacidad de observación hará que el individuo comience a realizarse preguntas, que a su vez estimulen su razonamiento. Por consiguiente, la persona también optará por inferir las posibles causas (hipótesis) las cuales de igual manera tratará de comprobar (experimentación).

Durante este proceso de experimentación y comprobación de las hipótesis, la capacidad de Observación de la persona cobra nuevamente gran importancia, pues es esta quien le permitirá también interpretar y entender los resultados que la fase experimental arroje, la cual más allá de comprobar o negar la hipótesis, generará respuestas que deben ser debidamente evaluadas. De esta forma, la Observación es una de las fases y cualidades más importantes de todo el proceso científico, pues ella resulta vital para emprender el proceso, generar los métodos y analizar los resultados, en pro de la producción y sistematización del conocimiento, objetivo primordial de la Ciencia.

La contemplación, origen de la Observación

No obstante, es necesario recordar que la Observación científica debe ser una observación libre de cualquier tipo de prejuicios o ideas preconcebidas, las cuales podrían alejar al científico del estado objetivo, por medio del cual debe registrar los elementos y fenómenos observados en el objeto de estudio. En este sentido, la Observación científica estaría mucho más relacionada con el concepto filosófico de la Contemplación, la cual en sentido metafórico se refería a la capacidad de observar atentamente algo, desde la suspensión de conocimientos, a fin de poder integrar dentro del propio ser las verdades y características observadas en el elemento estudiado.

De esta forma, en términos académicos, este concepto de Contemplación estaría vinculado con lo planteado por el filósofo clásico, Platón, quien entendía esta entidad como el método dialéctico indispensable para la obtención del conocimiento. A través de algunos de los diálogos platónicos de la madurez, este filósofo comienza a alejarse de su inclinación a ver la reminiscencia como forma adecuada de acceder al conocimiento, para ir decantándose por la contemplación, la cual según este pensador era la forma de obtener el más alto nivel del conocimiento, pues para su alcance habría que hacer uso dela observación-contemplación, la inteligencia y la razón, ejercicios que permitirían al individuo acceder al mundo de las Ideas.

Método científico

Estos estamentos conceptuales que conciben la Observación como pilar de la Ciencia se mantienen vigentes hoy en día, siendo este ejercicio intelectual una de las bases del método científico aceptado en la actualidad, aun cuando cada una de las Ciencias –según su naturaleza y la del objeto de estudio- puede generar sus propios métodos. Sin embargo, en reglas generales, se entiende como método científico a la secuencia de pasos que se interrelacionan y disponen respectivamente a fin de acercar al investigador al conocimiento del elemento o fenómeno que se establece como su objeto de estudio. En este sentido, resulta pertinente entonces revisar brevemente cuáles y en qué orden se presentarían las fases del método científico:

• Observación: es el primera fase del método científico, ella debe hacerse con respecto al fenómeno o elemento que se dese estudiar, siendo objetiva, y puede darse desde distintos puntos, tanto contemplativo.

• Descripción: una vez que el individuo ha observado detenidamente el objeto de estudio, deberá comenzar a describir los hechos, fenómenos o características observadas, a fin de esbozar una primera descripción de éste.
• Hipótesis: igualmente, estas primeras observaciones y descripciones harán que el investigador comience a producir las primeras hipótesis sobre cómo o por qué el objeto de estudio se comporta de determinada forma.

• Experimentación: estos postulados o hipótesis llevarán entonces al investigador a desarrollar métodos que le permitan demostrar en la práctica si sus conjeturas coinciden o no con la verdad. No obstante, no todas las ciencias cuentan con formas de experimentación, aun cuando la Teoría General de Sistemas (TGS) cada día abona el terreno de lo interdisciplinario, lo que ha permitido que Ciencias que no contaban con métodos de experimentación cada día cuenten con más herramientas que le permitan comprobar sus hipótesis en este plano.

• Demostración: una vez obtenidos los resultados y sopesados los márgenes de error, el individuo deberá entonces cotejar lo obtenido con la hipótesis inicial, para así poder observar si esta fue en principio comprobada o refutada.

• Inducción: el investigador entonces deberá darse a la tarea de estipular y sistematizar los resultados obtenidos.

• Comparación universal: finalmente, el investigador deberá enfrentar los resultados y conclusiones obtenidas, así como las hipótesis iniciales, con la realidad, a fin de darle un contexto real y pragmático al conocimiento obtenido.

Imagen: firck.com