En términos técnicos, la Escritura puede ser definida como el conjunto de signos por medio del cual una lengua logra su fijación gráfica, en un soporte duradero, a fin de servir como una memoria o registro al hablante que se sirve de ella.
Patrimonio humano
Así mismo, al haber logrado, durante su evolución, una forma tan precisa y cercana de registrar los distintos pensamientos y mensajes concebidos por el humano, la escritura constituye también un excelente medio de comunicación, pues a un tiempo es usada para guardar memoria de la idea, hecho, concepto o información, así como para lograr que otros hablantes puedan conocer el contenido de estos pensamiento, aún décadas después de haber sido escrito, hechos estos que hacen que la Escritura pueda ser considerada en sí misma un patrimonio cultural de la civilización humana, pues es precisamente este sistema de signos los que han permitido que los hombres de hoy puedan leer casi siempre directamente el pensamiento de sus ancestros, así como los principales hechos y razones, vividas por los hombres del ayer. En consecuencia, la escritura es memoria colectiva y posibilidad de ser escuchado en el mañana.
Breve historia de la escritura
No obstante, la Escritura, al igual que el fuego, la rueda, la agricultura o la fundición de los metales, fue un descubrimiento que hizo el hombre, luego de millones de años de evolución, y que marcó un antes y un después en la vida de la especie humana, la cual pasó por distintos estadios, en el desarrollo de este sistema gráfico de registros, los cuales se pueden traducir por lo general en los siguientes momentos:
Dibujos prehistóricos
Probablemente el primer intento de escritura que haya podido tener el hombre primitivo –aun cuando también puede ser tomado como su primer paso en el Arte- fue el plasmar en las paredes de las cuevas que habitaba o que tenían una función religiosa, las escenas de caza, las cuales quizás eran dibujadas, a fin de lograr una mejor cacería. Así mismo, en las paredes de algunas de estas cuevas fueron plasmadas las manos de estos antiguos hombres, como una forma de dejar registro de su paso por el lugar. Faltaba mucho para que hombre lograra concebir un sistema alfabético, pero se podría decir que en el instinto de estos humanos estaba sembrada ya la necesidad de poder plasmar sus ideas de forma perdurable.
Escritura jeroglífica
El segundo eslabón de la concepción de la escritura dentro de la civilización humana es la invención de la escritura jeroglífica, la cual buscaban a través de un signo gráfico hacer referencia a un objeto o idea real. Este tipo de escritura constituye un gran valor en la historia del pensamiento humano, pues es un paso más hacia la abstracción que permitiría posteriormente el carácter fonético de la escritura, factor necesario para concebir un conjunto de signos que sirvan para representar el lenguaje hablado y el nombre de los referentes.
Escritura cuneiforme
En ese camino, fue entonces la escritura cuneiforme la primera en evolucionar del valor netamente jeroglífico a lograr que cada signo contara con un sistema de signos con valor fonético: había nacido la Escritura, y con ella también la historia, puesto que este sistema mucho más abstracto permitía el registro de hechos, los cuales eran interpretados, sin necesidad de tener total conciencia del referente inmediato, si tan solo se conocía el sistema de signos. Sin embargo, un sistema de escrituras basada en pictogramas e ideogramas continuaba teniendo sus límites, sobre todo por la extensión que podría presentar.
Escritura alfabética
De esta manera uno de los últimos pasos del hombre, en la concepción de la escritura, tal como la conocemos hoy, fue lograr la concepción de un alfabeto y la utilización también en términos gráficos –para usar las palabras del célebre lingüista André Martinet- de la doble articulación del lenguaje, lo que en otros términos quiere decir básicamente que los seres humanos fueron capaces de idear un sistema finito y limitado de signos con valor fonético (primera articulación) con los cuales podían elaborar combinaciones infinitas de formas “palabras” (segunda articulación del lenguaje) que les permitían, a través de un sistema de signos lingüísticos abstractos y arbitrarios, nombrar, organizar, estructurar y hacer referencia a la realidad, tal como se lo permitía la Lengua hablada.
Escritura, revolución cultural
A pesar de que leer y escribir hoy en día puede parecer algo casi natural en las personas alfabetizadas, en realidad la invención de la escritura es un hecho reciente, que ocurrió en la civilización hace apenas unos seis mil años atrás, lo cual si se toma en cuenta que se cree que el homo sapiens sapiens (hombre actual) apareció sobre la tierra por primera vez hace 130 mil años, y su primer ancestro, el Australophitecus, hace cuatro millones de años, se puede entender lo reciente de su invención, y el poco tiempo que en realidad la Escritura lleva en la vida del humano.
No obstante, en esos apenas seis mil años de existencia, la Escritura ha creado una verdadera revolución cultural, pues en primer lugar puso fin al hecho de contar sólo con la tradición oral como forma de memoria colectiva, ofreciendo un sistema que permitía fijar los hechos de forma mucho más objetiva y duradera, no en vano, con la invención de la Escritura sucedió el nacimiento de la Historia, siendo considerada pre-historia todo lo ocurrido antes de que el hombre pudiese dejar testimonio escrito de los sucesos.
Así mismo, la llegada de la Escritura vino a cambiar también la forma de relación entre humanos, pues ya no era necesario oír de viva voz el mensaje, pues este podía viajar en un soporte desde el emisor hasta el receptor, pudiendo ambos incluso ni siquiera pertenecer a la misma época, ni tener la necesidad de estas vivos en el mismo instante, pues cualquiera puede dejar su mensaje a la posteridad. Igualmente, la escritura permitió la difusión y transmisión de conocimientos, que en momentos determinados fueron acaparados por determinados sectores, pero con la instauración de la Educación como un derecho se han ido diseminando en la civilización, haciendo que esta cada vez tenga un nivel de conocimientos mucho mayor que sus ancestros, lo que se ha traducido también en importantes hallazgos e investigaciones, así como invenciones que han constituido punto crucial para el desarrollo tecnológico.
Por ende se puede decir que la invención y la puesta en práctica de la Escritura ha constituido una de las invenciones que más ha hecho avanzar al hombre en menos tiempo, pudiendo ser considerada no sólo como un Patrimonio cultural de la humanidad, sino como uno de los elementos culturales más revolucionarios de la civilización, pues a un tiempo inauguró una forma material de memoria, constituyó un nuevo mecanismo de comunicación y sirvió para llevar la luz a los hombres de una forma masiva y práctica, haciendo que los humanos avanzaran en seis mil años, lo que no habían logrado en cientos de miles.
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