El Pensante

Ensayo sobre la independencia

Lastimosamente, el “Día de la Independencia”, es otro simbolismo que no pasa de una fecha histórica mal denominada. Si fuéramos analíticos, al menos un poco, nos daríamos cuenta de que tal independencia no es más que un término utópico, así como el amor, Dios, Paz y Libertad.

¿Habrá independencia en este país, con un sistema educativo magistral, mecánico y sin sentido? O quizá, ¿seremos libres si no contamos con billetes y cosas materiales? Debiéramos, más bien, en vez de celebrar un día de independencia falso, llorar un día de la dependencia real.

Si se observa el sistema capitalista que rige el mundo, la esclavitud sobresale en los diversos aspectos que a éste concierne. El hecho de que hace 200 años, Colombia dejara de depender de las políticas españolas, no significa que se respiren vientos de libertad y de paz. Por el contrario, en lo que llamamos sociedad, se aprecian regímenes muy parecidos, por no decir que iguales: el dominio del mismo clero, la supremacía de los banqueros, el autoritarismo de las fuerzas armadas, asesinatos de quienes opinan diferente y la imposición de prototipos de vida superficiales, degenerados y perversos, implantados por los medios de comunicación.

Vale la pena resaltar la forma de describir a las universidades, bibliotecas, cárceles, iglesias y demás entidades sociales, del gran filósofo Rudolf Steiner. Los denominaba “campos de concentración”.

No se puede hablar de independencia en este mundo actual, pues si miramos alrededor, nos damos cuenta de que estamos esclavizados, empezando por ese aparatico que la mayoría portamos en las muñecas y que nos estresa cada vez que lo miramos, llamado reloj.

Si cada individuo no se hace libre, la sociedad que es la extensión del individuo, tampoco. Juan el Bautista lo decía: “Si no cambian los hombres, no cambian los reinos”. Se trata de una simple lógica.