Definición de Madurez
En términos generales, la Madurez puede ser entendida como el punto final de un proceso de crecimiento, en donde el individuo, bien sea animal, vegetal o humano, alcanza su máximo nivel de desarrollo, es decir, que llega a la adultez, encontrándose preparado para afrontar los procesos pertinentes a esta etapa.
No obstante, la Madurez humana puede darse en varios aspectos: Nivel Mental, Nivel Emocional y Nivel Físico, sin que estos tres niveles de madurez tengan que darse de manera pareja o equilibrada, aun cuando el ideal debería ser éste. En este sentido, un individuo puede vivir una madurez física cónsona con su edad y desarrollo cronológico, y sin embargo no madurar a nivel mental y emocional, por lo que disciplinas como la Psicología afirman que no se puede tomar la edad cronológica como único criterio para evaluar el comportamiento o desarrollo de una persona, pues existen otros factores como la edad mental o el nivel de madurez emocional.
Tal vez es por esto, que la noción o concepto de Madurez está –en el ámbito social- más relacionado con las características y rasgos de la personalidad de un individuo que con sus características corporales, las cuales pueden dar información de sus capacidades físicas y edad cronológica, pero no es señal de que realmente se esté preparado o dispuesto a asumir las exigencias de cada una de las etapas que van surgiendo a medida en que se crece.
Tipos de Madurez
En este sentido, resulta pertinente entonces revisar una breve descripción de cada uno de estos tipos de madurez, descritos por la Psicología, a fin de entender cuál es la función de cada una de ellas, y qué papel juegan en la actitud y toma de decisiones de una persona. A continuación, los distintos tipos de madurez:
- Madurez física: se refiere específicamente al desarrollo y crecimiento corporal, así como el máximo desarrollo de los órganos y sistemas. Por lo general, el principal rasgo de esta madurez física se relaciona con el desarrollo físico sexual. De esta forma, se considera que un individuo ha alcanzado la madurez física cuando sus órganos sexuales se encuentran perfectamente desarrollados, para asumir la actividad sexual-reproductiva. En los seres humanos esta situación de desarrollo se alcanza por completo, según algunas fuentes, después de los 18 años, aun cuando este proceso físico comience aproximadamente a los once o doce años. No obstante, que una persona se encuentre apta para procrear a los 18 años, no quiere decir que su nivel de madurez intelectual y emocional se encuentre también listas.
- Madurez intelectual: por otro lado, la Psicología también distingue un tipo de Madurez relacionado con la actividad intelectual, lo que algunas personas llaman en ocasiones la edad intelectual. De esta forma, este tipo de madurez se ve caracterizada, en primer lugar, por el alcance de ciertos proceso cognitivos cónsonos con cada uno de las edades que se va teniendo. En este sentido, se supone que la madurez intelectual debe coincidir con la madurez física, a fin de tener un individuo que se comporte y entienda la realidad de acuerdo a las exigencias y etapas para las que está preparado su cuerpo. No obstante, esto no siempre es así, bien por condiciones genéticas o intelectuales específicas, o porque la persona tenga un proceso de desarrollo y madurez intelectual particular, en donde por circunstancias personales tal vez se vea interrumpido o alterado dicho desarrollo.
- Madurez emocional: así mismo, la Psicología señala la madurez emocional como el proceso de desarrollo que vive un ser humano, a fin de aprender a reconocer, manejar, controlar y procurar emociones positivas, que vengan a facilitarle los procesos de relaciones interpersonales, así como su actitud ante los distintos momentos y responsabilidades de la vida. En ocasiones, este tipo de madurez es asociado o identificado también con el concepto de inteligencia emocional.
Importancia de la Madurez
Aun cuando cada persona alcanza la madurez a su ritmo y a su momento, es un proceso que resulta ineludible, siendo por el contrario necesario para ir asumiendo los retos que presenta el desarrollo de la vida y la inserción en la sociedad. De esta forma, mantener un proceso de crecimiento integral, en donde mente, emoción y cuerpo crezcan al mismo ritmo garantiza que la persona pueda ir adaptándose a cada momento, creciendo de forma adecuada, y por ende procurándose una vida mucho más positiva, equilibrada y feliz.
En referencia a esto, algunas corrientes psicológicas estiman que realmente el alcanzar la felicidad, bienestar y adaptación depende directamente de la capacidad del individuo de ir madurando y creciendo de forma sostenida. Pues aun cuando el cuerpo y la mente alcancen cierto nivel de madurez a partir de los 18 ó 20 años, eso no quiere decir que el humano deje de madurar, por el contrario, este proceso físico, mental y psicológico se alimenta de forma constante de las experiencias y la capacidad para internalizarlas, entenderlas y asumirlas, estando a la altura de ellas.
Así mismo, los psicólogos afirman que este proceso, aun cuando se da de manera natural, debe ser incentivado y estimulado por los padres y maestros, desde las primeras etapas de la infancia, a fin de dotar al individuo de la responsabilidad, capacidad, interés, conciencia y demás herramientas en base a las cuales se va construyendo paso a paso la madurez, concebida como el proceso por medio del cual se encuentra en perfecta sintonía los distintos aspectos del ser humano, así como una correspondencia genuina entre la forma de pensar, las acciones cometidas y los objetivos deseados.
Imagen: reflexionescortas.es