Dentro del universo de los medios anticonceptivos humanos, se distingue con el nombre de píldora anticonceptiva al químico de administración oral, diseñado especialmente para el organismo de la mujer, y cuyo principal efecto es la supresión de la ovulación, evitando así un posible embarazo.
Impacto social de la píldora
Aun cuando en la actualidad es difícil imaginar un mundo sin medios anticonceptivos, estos no eran muy avanzados hasta hace pocas décadas, momentos en donde eran de mayor uso aquellos llamados métodos de barrera, así también como los denominados métodos del ritmo, los cuales daban un amplio margen de error, siendo recurrente la ocurrencia de embarazos no deseados.
Así mismo, los distintos patrones sociales y religiosos, que reinaron uniformemente en el mundo occidental hasta bien entrado el siglo XX tampoco colocaban mucho interés en desarrollar métodos dirigidos a poder controlar la natalidad, asumiendo que una mujer debía tener la cantidad de hijos que “Dios” le mandara a lo largo de su vida fértil, incluso si estos no eran buscados.
No obstante, durante la década de los sesenta un par de científicos lograron dar con un compuesto químico, que a través de la combinación de hormonas, lograba eficientemente la inhibición de la ovulación, haciendo imposible la fecundación y por ende el embarazo. Este hecho –según algunos historiadores- dividió la historia de la humanidad en dos: antes y después de la píldora anticonceptiva, no sólo por el hecho de haber conseguido un elemento que evitará tan eficientemente la reproducción humana, sino que además este compuesto iba dirigido a la mujer, haciendo de esta, por primera vez en la historia, sujeto autónomo, con poder de decisión en su propio cuerpo, un hecho que implicaba en sí mismo un descubrimiento revolucionario.
De esta forma, por primera vez desde el inicio de la historia, la mujer conquistaba un territorio que siempre había estado bajo el poder del hombre: su propio cuerpo. De ahora en adelante, la mujer podía decidir si quería convertirse en madre o no, o incluso con cuántas parejas compartir, sin temor a las consecuencias reproductivas, lo cual implicó también el inicio de una liberación sexual, que vino a colocar en jaque las tradiciones sociales que se inclinaban por la abstención de relaciones prematrimoniales o fuera de esta institución.
Por consiguiente, se puede considerar entonces que la aparición de la píldora anticonceptiva fue uno de los hechos más revolucionarios que pudieron ocurrir durante la segunda mitad del siglo XX, puesto que su aparición trajo consigo profundos cambios sociales y culturales, tanto en la formas de relación, como en la asunción de la sexualidad.
Píldora y feminismo
Sin embargo, una de las influencias más significativas que puede encontrarse en torno de la aparición de la píldora anticonceptiva se da en el terreno de la lucha de las mujeres por lograr un mundo en donde sean reconocidos sus derechos, así como la capacidad y autonomía que tienen como seres humanos. En este sentido, la píldora vino a respaldar contundentemente el proceso de emancipación y empoderamiento que la mujer luchaba a fin de recuperar la propiedad sobre su cuerpo, a fin de cobrar autoridad sobre éste. Así mismo, la aparición de este anticonceptivo convertía a la maternidad en una opción, no en una obligación, hecho que también venía a subvertir los estereotipos sociales que colocaban a la procreación como la única forma de realización femenina.
De esta forma, este descubrimiento científico también venía a colocar el acento en otro gran tema: el rol de la mujer dentro de la sociedad, el cual hasta ese momento había sido dispuesto únicamente al ámbito doméstico. A partir de entonces, con la posibilidad de poder evitar la maternidad el tiempo que estimaran necesario, sin que eso implicara privarse del disfrute de su sexualidad, la mujer alzaba también su voz para afirmar que quería permitirse otras posibilidades, más allá que la maternidad y el hogar, abriéndose así al mundo académico y laboral. No obstante, aun cuando eligiera en algún momento la maternidad como opción también podría elegir cuántas veces quería serlo, escapando entonces de los embarazos continuos, a los que estuvieron signadas sus abuelas, la mujer era dueña entonces de su capacidad reproductiva y de su elección de ser madre.
Píldora y Educación Sexual
Sin embargo, como casi siempre sucede con estos hechos revolucionarios, el uso avanza mucho más rápido que la educación que se recibe al respecto. El caso de la pastilla anticonceptiva no es la excepción, constituyéndose en un importante aliado que no todas las mujeres saben usar adecuadamente, y que de hacerlo correctamente, también pueden llegar a desconocerse sus efectos secundarios o consecuencias relacionadas.
En cuanto a este punto en específico se pueden nombrar específicamente algunos aspectos que no siempre son del dominio público, y cuyo conocimiento puede colaborar a tomar las mejores decisiones a la hora de ejercer una sexualidad responsable. A continuación, algunos de los principales:
La píldora no evita ETS
Una de las principales advertencias para aquellas mujeres que optan por el uso de las pastillas anticonceptivas es aquel que va dirigido a recordarles que la píldora está diseñada exclusivamente para evitar un embarazo, no así para prevenir el contagio de Enfermedades de Transmisión Sexual, provocadas por el contacto directo con un portador, hecho del que sólo podrá librarla el uso del preservativo o condón. De esta forma, si una mujer no tiene una pareja estable y ha decidido mantener relaciones sexuales casuales lo mejor que puede hacer es combinar ambos métodos, pues así se protegerá contra embarazos y también contra enfermedades que pueden ser transmitidas a través de las relaciones sexuales, como por ejemplo el Sida, el Herpes genital, la Zika, la Hepatitis B, la gonorrea, la sífilis, entre otras.
Píldora y embarazo
Aun cuando la efectividad de la píldora está contemplada en 90%, muchas de sus usuarias desconocen que existen ciertos medicamentos que pueden hacer que este margen de seguridad disminuya importantemente, dejando el camino abierto a un embarazo no planificado. En este sentido, resulta pertinente recalcar que la interacción de la píldora anticonceptiva con medicina como carbamazepina, rifmpicina, algunos barbitúricos e incluso cierta clases de antibióticos reduce notablemente la eficiencia de la píldora, afectando incluso el nivel de absorción de la totalidad de sus compuestos por parte del metabolismo, lo que colocaría a cualquier usuaria en riesgo de un embarazo, hecho que lleva a los laboratorios a aconsejar el uso de métodos anticonceptivos combinados para una mayor seguridad
Píldora anticonceptiva, bomba de tiempo
Así mismo, no todo es color de rosa con respecto a las píldoras anticonceptivas, pues aun cuando pueden llegar a simplificar la vida de una mujer sexualmente activa, también puede ocasionar problemas de salud a largo plazo. De esta forma, las pastillas anticonceptivas –como todo medicamento- también tiene importantes contraindicaciones, las cuales dictan por ejemplo lo negativo que puede resultar su consumo para mujeres con tendencia a la formación de coágulos, con problemas de sobrepeso, con niveles de colesterol alto, o incluso con diabetes. En este sentido, una paciente con estas condiciones podría verse realmente en peligro debido al consumo prolongado de anticonceptivos.
No obstante, esta información casi no es publicitada, puesto que se venden en voz alta solamente los beneficios, ocultando sus efectos adversos, los cuales deberían ser igualmente comunicados, a fin de que la píldora siga propiciando aquello por lo que fue tan alabada en el momento de su descubrimiento: darle poder de decisión a la mujer sobre su propio cuerpo. De esta forma, con la información clara, las usuarias podrán evaluar si la relación beneficio-riesgo, según su caso, vale la pena.
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