Este es el argumento de dos economistas de la Universidad de George Mason que consideran que la probabilidad de un impacto es lo suficientemente importante como para prestarle atención. Los jóvenes comienzan su presentación con el siguiente argumento: tienes más probabilidades de morir por un choque de asteroides que debido a un accidente aéreo.

Aunque a primera vista esta afirmación parece carente de sentido, los jóvenes afirman que la estadística no miente: incluso para una persona que vuele regularmente, la probabilidad de un accidente aéreo es tremendamente leve, por lo que podemos estar seguros de que, aunque viva de vuelo en vuelo, tiene chances relativamente altos de seguir con vida. Aunque la probabilidad de un impacto de asteroide es extremadamente baja, es prácticamente seguro que, si sucede, todos moriremos (o al menos un gran porcentaje de la población mundial). En general, las probabilidades son más altas para el asteroide.

Y es que, de acuerdo con los cálculos de los jóvenes, no es un fenómeno tan raro como uno creería. El último impacto importante se cree que fue el bólido de Tunguska, que impactó en Siberia en 1908 con una fuerza equivalente a más de mil veces la bomba atómica que los norteamericanos lanzaron sobre Hiroshima en 1945. El asteroide era relativamente pequeño (mediría entre 100 y 200 metros de diámetro), pero aun así causó un daño incomparable a toda la región… que, para fortuna de los habitantes de Rusia, se encontraba prácticamente deshabitada.

¿Qué tanto conocemos de los peligros del Espacio?

En la actualidad, la NASA ha desarrollado varios proyectos capaces de encontrar en la distancia los cuerpos más grandes – y, por eso mismo, más peligrosos para nuestra civilización – y lo ha hecho con bastante precisión. Sin embargo, de acuerdo con los investigadores aún existe una inmensa cantidad de cuerpos capaces de causar un daño considerable sobre los que no somos conscientes. El problema, según ellos, es que nadie quiere asumir los costos de la vigilancia planetaria requeridos para protegernos.

Estamos ante un clásico caso de la “Tragedia de los Comunes”: así como un río que pertenece a una comunidad grande normalmente estará contaminado (pues todos arrojarán basura allí), la protección planetaria no será financiada por nadie porque todos consideran que alguien más debería pagar por ello. A pesar de las terribles consecuencias de un impacto, la inversión requerida para evitarlo no es algo que interese a ningún gobierno.

Así mismo, los dos economistas afirman que las cifras de la NASA indican que hemos detectado menos del 1% de los asteroides que eventualmente podrían hacer impacto con nuestro planeta. La cifra, aunque considerable (son unos 10.000 asteroides) no representa nada con respecto al total e indica nuestra vulnerabilidad al respecto.

La necesidad de prever la catástrofe

De acuerdo con estos dos jóvenes, detectar un asteroide en ruta de colisión a tiempo podría permitirnos desviarlo de su curso mientras se encuentra lejos de la tierra, algo que ya sabemos que podemos hacer tras el aterrizaje de la sonda Rosseta en la superficie de un cometa (una gran hazaña para los astrónomos). Si lo detectamos demasiado tarde, siempre se puede intentar enviar una serie de ojivas nucleares que lo pulvericen. Pero hay un punto a partir del cual no hay nada que podamos hacer.

El objetivo de la pareja es evitar llegar a este punto. Pese a las limitaciones, ambos afirman que un compromiso político podría llevar a grandes avances que garantizaran la seguridad de la población. Así mismo, los investigadores son optimistas y creen que las nuevas tecnologías de minería de asteroides van a volverse económicamente importantes dentro de poco tiempo.

De acuerdo con los investigadores, en un mundo en el que la explotación minera de los asteroides se vuelva importante, la humanidad ya no tendría nada que temer de estos cuerpos, pues las mismas empresas privadas se encargarían de mantenerlos vigilados por razones que los beneficiarían económicamente. De ser así, la humanidad solo tendría que resistir algunas décadas más antes de que la economía, por sí misma, se encargara del problema.

Sin embargo, algunas décadas (quizás 2, quizás 6) son mucho tiempo. Hasta el momento, según la NASA, el único asteroide que realmente representa un peligro para la humanidad como un todo es el asteroide Aphophis. Sin embargo, otros cuerpos menores podrían aproximarse en este periodo sin que fuéramos capaces de detectarlos a tiempo.

Para terminar, estos dos investigadores desarrollaron un modelo con el que determinaron que las consecuencias de un impacto serían completamente catastróficas para nuestra sociedad. De acuerdo con sus análisis, incluso un asteroide moderado llevaría a un invierno temporal (debido a la emisión de polvo a la atmósfera) lo que  a su vez afectaría nuestro sistema agrícola. Por esta razón, peligramos aun cuando los asteroides más grandes estén siendo rastreados continuamente.

¿Consideras que deberíamos crear una entidad encargada de vigilar esto?

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