Un proyecto de espionaje interno
Volvemos a las actividades secretas (e ilegales) que la Agencia Central de Inteligencia Estadounidense (CIA) desarrolló durante aquellos aciagos tiempos de la Guerra Fría. En este caso, se trató de un proyecto dirigido contra ciudadanos estadounidenses con el objetivo de mejorar el apoyo de la opinión pública a la Guerra de Vietnam.
Las primeras acciones orientadas en este sentido se realizaron a finales de la década de los 50’s, y ya en 1965 el presidente Lindsay Johnson había solicitado a la CIA una comisión de espionaje interno dirigida contra posibles infiltraciones del comunismo en el gobierno norteamericano. Sin embargo, no fue hasta 1969, con la llegada de Nixon al poder, que se unificaron y ampliaron estas oficinas en lo que vino a conocerse como la Operación MC CHAOS.
No se sabe si esta operación nació exclusivamente con motivo de la Guerra de Vietnam o sencillamente concentró esfuerzos en este frente por órdenes de la administración Nixon, pero ciertamente comenzó a infiltrar prácticamente todos los grupos que se oponían a la guerra dentro del país y a espiar sistemáticamente a grupos que hacían su parte en el extranjero.
Los objetivos de la misión
El motivo principal de la operación, desde los tiempos de Lindsay Johnson, era detectar infiltraciones o relaciones de grupos en el extranjero con grupos nacionales… o al menos esto se decía oficialmente, pues en dos ocasiones (1967 y 1969) el Director de Inteligencia Central Richard Helms sostuvo frente a Johnson y Nixon (respectivamente) que las pruebas indicaban que tal infiltración no existía. Pese a ello, Nixon decidió no solo continuar con el proyecto sino ampliar su campo de acción infiltrando colectivos que no tenían nada que ver con la guerra (como algunos grupos judíos o el Movimiento para la Liberación Femenina).
Con el tiempo, la operación MC CHAOS comenzó a crecer. Desarrolló un protocolo de seguimiento tal que 7200 individuos llegaron a estar bajo su completa vigilancia. En los viajes al extranjero de personas de interés, se organizaban grupos de espionaje y se introducían micrófonos con tal de saber los movimientos de los sujetos de interés, así mismo, se seguía a las personas con las que se encontraban. Nadie estuvo realmente libre de este episodio de espionaje masivo que no terminó hasta que el escándalo de Watergate obligó a Nixon a renunciar.
Para entonces, el proyecto contaba con más de 60 personas vigilando de cerca a los 7200 individuos antes mencionados y con perfiles de seguimiento a más de 300 mil personas. Sin embargo, eliminar tanto historial documental es prácticamente imposible, y pasaron menos de dos años antes de que un periodista “destapara” el escándalo destruyendo la de por sí ya baja popularidad de Nixon.
Este evento, aunque no tiene los alcances de operaciones mucho más serias y destructivas como MK Ultra, si indica el poder del estado norteamericano y su capacidad para actuar incluso por fuera de la propia ley federal. En la actualidad, episodios semejantes de espionaje han sido revelados, solo que con alcances muchísimo mayores e involucrando, incluso, a los jefes de estado de potencias extranjeras. El Proyecto MC CHAOS es un buen ejemplo de algo semejante en los tiempos en los que la tecnología no favorecía tanto el espionaje y de cómo la paranoia puede llevar a extremos a cualquier gobierno. Y, por supuesto, no hay duda alguna de que sucedió, pues incluso el gobierno mismo norteamericano lo ha aceptado públicamente.
Quizás eso indicaría que hay algo más que quieren ocultar, ¿no creen?
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