Hay quienes asumen que la muerte es el final, que una vez expirado el último aliento no existe absolutamente nada. Por otra parte, se encuentran los que creen que aun cuando el alma haya dejado el cuerpo, algo de la esencia de la persona que fue en vida permanece.
Es parte de esta teoría la creencia en que las almas al desencarnarse inmediatamente ven una luz, o sombras si su vida no fue buena, que las guía a su camino, para el descanso eterno, o para volver a otra vida.
Sin embargo, algunas veces esa luz no aparece o la persona se niega a seguirla. Según los creyentes en este tipo de tesis, esto casi siempre sucede cuando el individuo fallecido tiene fuertes asuntos que lo atan a esta vida.
Regularmente, ese nexo con la continuidad y los hechos terrestres ocurre cuando la muerte de la persona se ha producido de forma inesperada, bien sea gracias a un accidente o un homicidio.
Según esta teoría, cuando una persona muere de forma violenta, su espíritu se queda un tiempo cerca del que en vida fuese su cuerpo, en su casa, tratando de resolver los asuntos de la vida, que le fue arrebatada por el destino o por su homicida.
Teresita Basa, terapeuta de origen filipino, quien fue asesinada el 21 de febrero de 1977 en Chicago
ENCONTRADO EL CUERPO DE TERESITA BASA
Un ejemplo de esto puede ser un extraño caso con el que tuvo que lidiar la Policía de Chicago en 1977.
Según reseña el portal chicagonow.com, el día 21 de febrero de ese año, los Bomberos recibieron una alarma de incendio proveniente de un edificio de apartamentos, ubicado en la 2740 N. de la Avenida Pine Grove.
Al llegar, consiguieron que el fuego salía del apartamento 15B. Comenzaron entonces a luchar contra las llamas, venciéndolas.
Sin embargo, al entrar, se encontraron con una escena dantesca, para la que seguramente no estaban preparados.
En el suelo del apartamento, yacía el cuerpo quemado de una mujer. El cuerpo se encontraba desnudo, y en medio del pecho tenía clavado un cuchillo de cocina, y sobre ella un colchón. Evidentemente estaban en la escena de un crimen.
La Policía intervino de inmediato. Descubrieron que se trataba del cadáver de Teresita Basa, una terapeuta -de origen filipino y 48 años- especialista en enfermedades respiratorias, quien trabajaba en el Hospital Edgewater, de esa localidad.
Destruida la escena del crimen y el cuerpo, debido a la acción de las llamas, la policía tenía pocos caminos por donde comenzar la búsqueda.
Sin muchas pistas, el caso fue enfriándose lentamente, hasta que se encontró en un callejón sin salida. No se podía avanzar más en la investigación que permitiera averiguar quién y por qué había acabado con la vida de Teresita.
TERESITA REGRESA
Apenas transcurridos unos meses –según continúa el portal chicagonow.com- una noche una mujer llamada Remedios Chua, esposa del Dr. Told Chua, y compañera de trabajo de Teresita en el hospital pareció dar los primeros pasos en el esclarecimiento de este espantoso crimen.
De acuerdo a lo que cuenta este website estadounidense, estando en el baño de su casa, la señora Remedios comenzó a experimentar una especie de trance.
Al verla su marido le preguntó qué ocurría. No obstante, la voz que le respondió no era la de su esposa.
La mujer en evidente estado de posesión, comenzó a decir que ella era Teresita Basa, que había sido asesinada, y que quería que supieran quién era su asesino.
En primer momento el Dr. Told Chua no creyó en la situación, pues le parecía inverosímil que a su esposa la estuviese poseyendo el espíritu, sobre todo el espíritu de una colega, de la que no habían sido especialmente tan cercanos en vida.
Sin embargo –tal como reseña ese portal- las posesiones siguieron, y en cada una de ellas el alma de Teresita Basa parecía dar más y más datos sobre quién puso fin a su existencia.
El Dr. Told Chua decidió acudir a la Policía, sin sospechar que esa decisión daría un vuelco de 180 grados a la investigación.
Una mañana, los detectives Stachula y Lee Epplen recibieron la extraña llamada de un médico que aseguraba que su esposa entraba en estados de trance, en los cuales canalizaba al espíritu de Teresita Basa, quien al parecer estaba decidida a resolver su asesinato.
Los detectives tampoco creyeron la historia, sin embargo accedieron a escuchar las grabaciones que los doctores habían hecho de los mensajes transmitidos por Teresita, durante las posesiones a Remedios.
En ellas –prosigue chicagonow.com- Teresita Basa decía que su asesino era un joven llamado Allan Showery, quien había ido a su apartamento a instalar un equipo de televisión, y que había robado valiosas joyas, que el padre de Teresita le había traído a su madre desde Francia, y que al ser descubierto, la mató.
Incluso, el espíritu que decía ser la mismísima Teresita afirmaba –según esta página- que Showery le había regalado el collar de perlas de su madre a su amante.
La Policía estaba impactada e incrédula ante el tipo de evidencia. Decidieron entonces preguntarle a Remedios si esa tarde Teresita también había sido víctima de violencia sexual.
La respuesta fue consistente con la información que manejaban los detectives. No se había producido ataque sexual.
Allan Showery, principal sospechoso del crimen, según el testimonio del espíritu que poseía a Remedios Chua, y quien afirmaba corresponder a Teresita Basa
CASO RESUELTO
Decidieron comenzar la búsqueda. Investigaron las llamadas de Teresita, y efectivamente encontraron una hecha por ella, desde el hospital, a Allan Showery el día del homicidio.
Resolvieron visitar a Showery. Al llegar a su apartamento, encontraron las joyas. Allan Showery se declaró culpable de inmediato.
Incluso –según concluye ese portal estadounidense- la Policía logró recuperar el collar de perlas, el cual tal como decía el espíritu de Basa se encontraba en poder de la compañera sentimental de Showery.
Al día de hoy, la Policía de Chicago no se explica de dónde pudieron obtener tanta información los esposos Chua.
Creo que explicároslo os haría tener que aceptar que ciertamente el espíritu de Teresita Basa, quien murió sin esperarlo y de forma violenta, decidió quedarse y buscar los medios para comunicarse con este plano, a fin de no dejar irresoluto su propio asesinato.
Aparentemente, estamos frente a un caso policial de homicidio resuelto por la propia víctima desde el más allá.
Cuéntanos qué opinas de este caso. ¿Conoces otras historias donde las almas hayan regresado para acusar a quien en vida las dañó?
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Fuentes de imágenes: 1. Pixabay; 2. hwh22.it; 3. Pixabay; 4. thegeeksguide.net
Autor: Paola Sabogal