Acepto la muerte. No le temo. Pero no estoy 100% seguro de que vaya a morir algún día.
Josh Bocanegra (Fundador de Humai, en la fotografía).
La inevitable muerte
A lo largo de la Historia del Ser Humano sólo una cosa ha sido segura: la Muerte. Sin importar su origen, su procedencia, sus virtudes o sus pecados, todos los seres humanos están inevitablemente condenados a morir. Incluso si aceptamos que algunos encontraron en el camino el secreto de la vida eterna, esto no significa que un humano pudiera lograrlo. Significa que alguien otrora humano superó su humanidad y se convirtió en otra cosa.
En cualquier caso, por lo que sabemos todos los seres humanos (o cuanto menos una abultada mayoría) estamos irremediablemente condenados a muerte y siempre lo hemos estado. Quizás por esto, la vida eterna es la más importante de nuestras fascinaciones.
Pero según una empresa con sede en Los Ángeles, dentro de 30 años aproximadamente la gente podría, si lo desea, dejar de morir.
¿Podrá ser evitada?
La empresa fue bautizada Humai y se basa en un concepto bastante simple: permitir la vida eterna mediante el uso de un sistema de Inteligencia Artificial cuya consciencia, paradójicamente, se base en el cerebro de la persona viva.
El proyecto comienza en la actualidad por recolectar información de la persona: su voz, su comportamiento, su manera de interactuar. Esto, que eventualmente se vinculará al producto final, no es más que una fachada que pretende hacer de la “resurrección” algo mucho más creíble y que se conseguirá mediante el uso de un sinnúmero de aplicaciones y redes digitales.
El eje del proyecto está en el tratamiento que se le daría al cerebro, que se criogenizaría para evitar su daño y se conectaría después a una máquina capaz tanto de basar su funcionamiento en él como de mantenerlo sano mediante el uso de nanotecnología. Estos son los dos ejes del proyecto, así como los problemas más serios que deberá enfrentar la compañía. Sin embargo, de acuerdo con Josh Bocanegra, el fundador y CEO de la empresa, el proceso podría estar listo en un plazo de apenas 3 décadas.
De ser así, para el año 2045 podríamos estar viendo las primeras personas que, en vez de morir, se vieron trasladados a un nuevo cuerpo en donde podrán vivir para siempre.
O al menos, hasta que el mecanismo falle.
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