Un hito de la ingeniería
Un grupo de científicos de la Universidad de Stanford está intentando construir un microchip capaz de superar las capacidades de las tecnologías ordinarias y para ello está usando como base la estructura del cerebro humano. El proyecto, llamado Neurogrid, le apunta a crear tecnologías que sean compatibles con los tejidos humanos y además que aumenten la eficiencia energética de los procesadores. Pese a ser un gran avance, este dispositivo (que soporta algo menos de 1 millón de “neuronas”) todavía consume 40.000 veces más energía que el cerebro de un ratón.
El concepto consiste en un núcleo de 16 chips “Neurocore”, cada uno de los cuales cuenta con 65.536 “neuronas” capaces de interactuar entre sí. Sin embargo, está lejos aún de igualar la potencia del cerebro humano que tiene casi 80 mil veces más neuronas… y consume solo 3 veces más energía. De acuerdo con Kwabenda Boahen, profesor asociado en Bioingeniería de la Universidad, “desde una perspectiva puramente energética el cerebro es algo difícil de alcanzar”.
La principal importancia de esta tecnología es la posibilidad de usarla en aplicaciones médicas como prótesis, por su (en teoría) gran capacidad de vincularse con los circuitos cerebrales. Se trata de imitar al cerebro tanto como sea posible para que el mismo cerebro pueda adaptarse al dispositivo. Pero no es esta la única aplicación posible del chip… y seguramente, tampoco sea la más importante.
Un microchip capaz de funcionar como el cerebro humano podría, eventualmente, imitar el cerebro humano. Se trata de un concepto que por ahora es lejano (como dijimos, habría que multiplicar su capacidad por 80mil), pero que eventualmente podría funcionar. Más porque, según afirma el profesor Boahen, una vez se masifique su producción cada uno de estos chips podría valer unos 500 dólares. Su precio actual está rondando los 40 mil dólares, pero esto es porque se construyen de manera casi artesanal en el laboratorio.
¿Podremos superar los límites de la materia?
Muchas veces limitaciones físicas se superan con inventos que son una maravilla de la ingeniería. Este parece ser uno de esos casos: mientras que la tecnología para hacer más potente un microchip parece estar llegando al límite, este proyecto demuestra que la misma capacidad puede dar mejores frutos si sabe organizarse de manera más eficiente.
Se trata de un proyecto único, novedoso y que considera que las tecnologías existentes son suficientes para replicar con algo de exactitud el cerebro humano. Aunque el proyecto no tenga como objetivo desarrollar una Inteligencia Artificial, otros proyectos ya han puesto atención a este logro (y en particular el proyecto SyNAPSE – Sinapsis –) y consideran que podría ser el paso definitivo ante la construcción de una I.A.
Las implicaciones de una I.A. en nuestra sociedad serían impresionantes. Por primera vez podríamos encargar a una entidad autónoma de gestionar la producción de un bien o garantizar la seguridad de un lugar. Pero también podríamos estar ante los primeros atisbos de pensamiento crítico: las “sinapsis” que hacen las neuronas podría eventualmente generar dinámicas que se salgan de nuestro control.
Todo esto es elucubración. Por ahora, solo se han dado los primeros pasos, pero al ritmo que avanza la tecnología es probable que en menos de una década tengamos el primer cerebro básico digital. ¿Consideras esto como algo malo? ¿O crees que podremos controlarlo?
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