Planeta Rojo
En los últimos años se ha multiplicado nuestro conocimiento de la naturaleza de Marte. Misiones como Curiosity y, antes de él, el Opportunity, nos han permitido conocer más en dos décadas de la superficie marciana que lo que habíamos averiguado en el siglo anterior. Y hace poco, la sonda Mars Reconnaissance Orbiter detectó lo que parecen ser los indicios más sólidos hasta el momento de la presencia de agua líquida en este planeta.
Por esta razón comienza a tomar cada vez más fuerza entre la comunidad científica la posibilidad de que en Marte se haya originado vida de manera independiente o incluso que hayan sido formas orgánicas marcianas las que hayan colonizado la tierra (o en su defecto, formas provenientes de otros cuerpos los que hayan colonizado ambos planetas). Dicho descubrimiento tendría implicaciones revolucionarias pues demostraría de una vez y para siempre que la vida no solo es posible, sino probable en cuerpos con agua líquida.
Pues bien, en este momento la ESA (Agencia Espacial Europea, por sus siglas en inglés) se encuentra organizando una expedición dirigida exclusivamente a encontrar indicios de vida en Marte:
La misión ExoMars
La expedición consiste en una nave pensada para poder recolectar muestras de las regiones donde, se presume, quedan restos de agua líquida. El vehículo de exploración de la Misión aterrizará en la región conocida como Oxia Planum, en donde, se presume, deben quedar restos de agua líquida.
El objetivo de la misión es encontrar restos de microbios o incluso organismos vivos que puedan habitar en estos lugares. Los científicos creen que en tiempos muy antiguos (hace más de 3.000 millones de años) la atmósfera marciana pudo ser considerablemente más cálida y haber tenido cantidades considerables de agua que, se especula, perdió por algún cataclismo. En la actualidad se conoce la existencia de hielo en algunas regiones del planeta, pero los recientes descubrimientos de agua líquida parecen indicar la posibilidad de que la vida que entonces floreció sobreviva aún algunos reductos de la superficie marciana.
El proyecto consta de dos partes: una sonda y un módulo que partirán juntos de la superficie terrestre en enero del 2016. La nave llegará a Marte 9 meses después y permanecerá orbitándolo por más de un año hasta que en el 2018 expulse el módulo, llamado Schiaparelli, que se encargará de visitar la superficie marciana.
Se espera que este módulo alcance su destino en enero del 2019. Se mantendrá entre la región mencionada y Meridia Planum, donde recolectará muestras de hasta dos metros de profundidad y enviará datos a la sonda, que seguirá orbitando el planeta con el objetivo de analizar la atmósfera y retransmitir los datos del Schiaparelli.
Sin embargo, la misión está orientada no solo a buscar organismos vivos sino organismos fosilizados. Es posible que con ExoMars podamos comprender un poco mejor el enigmático pasado del Planeta Rojo.
Fuente de imagen: k35.kn3.net