Desde su inauguración el 2 de enero de 1983, el subterráneo Metro de Caracas se ha convertido en el principal medio de transporte de los habitantes de la capital de Venezuela.
El Metro atraviesa esta ciudad latinoamericana de punta a punta, conectado actualmente a los más de 2 millones de personas que hacen uso de su servicio.
Sin embargo, también es el escenario en donde más de 500 personas han decidido quitarse la vida, durante 32 años de funcionamiento.
Tan sólo entre 1983 y 2005, según un reporte hecho por la revista digital Marcapazos.com, se habían lanzado a los rieles del tren subterráneo 523 personas; un promedio de 22 personas por año.
Claro, no todos lograron quitarse la vida. Al menos la mitad sobrevivió. No obstante, cercas de 250 personas, sí lograron acabar con sus días en los rieles de este subterráneo.
A estos hechos, los trabajadores los consideran los responsables directos de las experiencias sobrenaturales que afirman vivir en las oficinas, estaciones y túneles del Metro, cuando el subterráneo caraqueño cierra sus puertas al público, a las 11:00 pm, y comienza sus labores el turno de la noche.
Tal como reseña un reportaje hecho por el diario venezolano Correo del Orinoco, son tantas y tan frecuentes las apariciones de ciertas entidades, que sus trabajadores los tienen clasificados por nombre y estación del sistema Metro donde aparecen.
LA MUCHACHA SIN PIES
La estación de este sistema subterráneo a la que sus trabajadores más temen es la estación Colegio de Ingenieros, que a pesar de estar ubicada en el centro de la ciudad, se encuentra en un sitio que hasta ahora había estado bastante deshabitado, al menos alrededor de la estación.
Tal como contó, al Correo del Orinoco, un trabajador del Metro pidió no ser identificado, una noche, después de cerrar la estación (11:00 pm) se dirigió a la oficina a descansar, pues a esa hora el flujo de trabajo había disminuido.
En la estación se mantenían sus compañeros, quienes habían terminado de dar los recorridos que los empleados hacen a diario para corroborar que ningún usuario se ha quedado en la estación.
De repente, el trabajador sintió pasos de gente corriendo, y golpes a su puerta. Eran sus compañeros –al menos 8 personas- que muy angustiados le rogaban que los dejara entrar en la oficina.
“Yo abro la puerta y entran corriendo, me asomo y desde la puerta no veía nada, pero cuando salgo y veo el final del pasillo, se veía una muchacha, vestida de blanco, con cabello negro largo, de espaldas, cuando bajo la mirada no se le veían los pies”.
Además de este trabajador, son varios los que afirman haber visto a esta entidad, que hace que en la estación Colegio de Ingenieros ningún trabajador quiera estar solo.
LA NOVIA EN PENA
No obstante, parece ser que esa no es la única entidad espiritual que habita la estación Colegio de Ingenieros, del subterráneo de la ciudad de Caracas.
Tal como prosigue el reportaje del diario Correo del Orinoco, los trabajadores del Metro cuentan que, hace unos años, en una Iglesia ubicada cerca de la estación, se iba a realizar una boda. Sin embargo, el novio nunca llegó, dejando plantada a la novia.
Ésta, una muchacha joven, que se había graduado de odontología, cayó en una gran desesperación frente al abandono de quien ya no sería su esposo.
De acuerdo a lo que cuentan los empleados del sistema, la mujer escapó de la Iglesia, entró corriendo -vestida de novia- a la estación, pasó los torniquetes, y se lanzó a los rieles del metro, para ser arrollada por el tren, acabando así con su vida.
Trabajadores del turno de la noche, afirman que en ocasiones pueden ver por los monitores, la figura de una mujer vestida de novia caminando sin rumbo por los rieles del tren.
Uno de los trabajadores de la estación, que igualmente le pidió al medio impreso no ser identificado, contó su testimonio de cuando vio a “la novia de los dientes” como se le conoce a esta entidad, por su estado y profesión en vida:
“Haciendo el recorrido visual de las cámaras de seguridad, mi compañero de trabajo me indica que observe la cámara número 3 del andén, porque le pareció haber visualizado algo, cuando verifico, pudimos observar inmóviles la imagen de una mujer vestida de novia, caminando por los rieles de la estación, desapareciendo al pasar unos segundos”.
LA NIÑA SIN ROSTRO
Según un reporte hecho por el medio digital DesdeLaPlaza.com, la estación del Metro de Caracas, de nombre Chacaíto, ubicada un poco más al este, también ha sido escenario de apariciones fantasmales.
Sus trabajadores afirman –tal como reportó ese medio digital- que en el baño de la sala de Primero Auxilios de esta estación del subterráneo habita una entidad que puede escucharse y verse.
Según el reportaje de ese portal de noticias, un operador (conductores de tren) contó que una noche, después de revisar unos informes, se sintió muy cansado, y decidió ir a dormir un rato en la camilla de la Sala de Primeros Auxilios.
Estando ya en reposo, escucho cómo el agua del lavamanos del baño comenzaba a correr. El empleado cuenta que se levantó, a cerrarlo, pero cuando llegó al baño, vio que la llave estaba cerrada, y que de él no salía agua.
El trabajador –según su relato- volvió a acostarse, y cuando estaba de nuevo quedándose dormido, volvió a escuchar cómo corría el agua desde el lavamanos.
“Al cerrar los ojos escuché nuevamente el sonido del grifo, por lo que prendí la linterna de mi celular y desde mi puesto apunte la luz al baño y al pasarla por el lavamanos observé la imagen de una niña sin rostro, abriendo y cerrando el grifo”.
LA PACIENTE DIABÓLICA
No obstante, esa no es la única Sala de Primeros Auxilios del sistema Metro de Caracas en la que sus trabajadores afirman que habitan entidades fantasmales, que los aterrorizan en la noche.
En la estación Petare, la terminal este de la ciudad, según lo reseñado en el diario regional El Propio, sus empleados aseguran que tanto en la Sala de enfermería como en la sala de descanso aparece una mujer, vestida con una bata quirúrgica y una vía intravenosa en el brazo, gritando “¿quién me atiende?”.
Sin embargo, tal como reseña el reporte, “la paciente diabólica” que es el nombre por el que los trabajadores de la estación la conocen, sólo es posible de ver a través de las cámaras de seguridad.
Los empleados aseguran que pueden oírla llorando y gritando, pero que para verla es necesario hacerlo a través del monitor, que muestra lo que captan las cámaras de la estación.
TRABAJADORES ROMPIERON EL SILENCIO
Al parecer, después de años de silencio, los trabajadores del Metro de Caracas accedieron a dar sus testimonios sobre las entidades que acompañan y en ocasiones aterrorizan su jornada de trabajo.
Estos son sólo algunos de los varios reportajes que se pueden encontrar en algunos medios venezolanos sobre las decenas de historias terroríficas de los extraños sucesos paranormales, que según lo contado por sus propios trabajadores, tienen como escenario el subterráneo Metro de Caracas y a ellos como testigos.
Fuente de imágenes: 1,2,3. DesdeLaPlaza.com; 4. ciudadaccs.info