Quizás lo mejor, antes de exponer algunas de las frases más célebres sobre la Arrogancia, sea revisar de forma breve la propia definición de esta actitud humana, la cual de manera general ha sido rechazada o no muy bien vista por las distintas generaciones.
La arrogancia
En este sentido, lo más recomendable será referir la definición que da la Real Academia Española de la Lengua, por ser esta la máxima autoridad del Español. Al hacerlo, se encontrará que la Arrogancia es definida como la cualidad de Arrogante. Así mismo, el adjetivo Arrogante es usado para describir las personas que pueden ser altaneras o soberbias. Por otro lado, la palabra Arrogancia es usada en otras ocasiones como sinónimo de valor o gallardía.
Frases sobre la arrogancia
Al ser una actitud que no siempre es bien recibida por los semejantes, ni que deja bien a quien la asume, la Arrogancia ha sido también tema de los más grandes pensadores, quienes coinciden, cada quien desde sus épocas y circunstancias, en rechazarla, o al menos no valorarla, por considerarla ajena a la nobleza y la humildad, condiciones humanas que al contrario sí son valoradas y tenidas como los sentimientos que acercan al hombre a la verdad y la armonía con los otros hombres.
Algunos ejemplos de la posición crítica de los intelectuales y artistas alrededor del mundo sobre la Arrogancia pueden ser las siguientes frases:
Jack Welch (1935) «Existe una delgada línea entre la arrogancia y la confianza en uno mismo, y esta última, si es legítima, es un caballo ganador».
«Existe una delgada línea entre la arrogancia y la confianza en uno mismo, y esta última, si es legítima, es un caballo ganador».
En primer lugar, se encuentra esta frase, atribuida al escritor y empresario estadounidense Jack Welch, quien expone la necesidad de no confundir valores positivos como el autoestima y la autoconfianza con la arrogancia, pues tener fe en uno mismo no puede hacer que se pierdan de vista los defectos, responsabilidades, fallas, debilidades, y sobre todo la necesidad de valorar a otros.
Por consiguiente, la autoconfianza es la clave para el triunfo, siempre que se sepa reconocerla, administrarla, y jamás dejarla convertirse en soberbia y arrogancia. Sobre todo porque –especulando sobre la frase de Welch- estas en lugar de acercar a la persona al éxito pueden convertirse en sus grandes obstáculos.
Gabriel García Márquez (1927 – 2014) “Un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.”
“Un hombre sólo tiene derecho a mirar a otro hacia abajo, cuando ha de ayudarle a levantarse.”
En el mismo sentido, es decir, en resaltar la importancia de ser humilde y alejarse de la arrogancia, se encuentra esta frase de Gabriel García Márquez, la cual señala que la única forma en que un hombre se sienta más alto que uno de sus semejantes, es cuando su prójimo se ha caído, y él se apresura a levantarlo. De esta manera, el Gabo no solo habla de la necesidad de que todos los humanos entiendan que son iguales, y ninguno debe sentirse superior a otro, sino que además trae a capítulo otro valor importantísimo en una sociedad mucho más equitativa y justa: la solidaridad, la cual nace de la empatía y la humildad, y que es otro sentimiento humanamente necesario, que se encuentra en riña con la arrogancia. Incluso se podría decir que son excluyentes.
Umberto Eco (1932 – 2016) “El diablo no es el príncipe de la materia, el diablo es la arrogancia del espíritu, la fe sin sonrisa, la verdad jamás tocada por la duda.”
“El diablo no es el príncipe de la materia, el diablo es la arrogancia del espíritu, la fe sin sonrisa, la verdad jamás tocada por la duda.”
Por su parte, este célebre filósofo italiano coloca el acento en la cosmología cristiana, quien ve al Diablo como el príncipe de lo material, etiqueta que puede ser parafraseada como el ente que hace que el humano abandone su condición por entregarse al materialismo y el capricho, e incluso también a dar rienda suelta a los deseos carnales.
Sin embargo, este escritor advierte que esto no es así, sino que lo que la humanidad llama Diablo, para referirse al cúmulo de maldad en el mundo, no tiene que ver con lo material, sino con la mentira. De ahí que use las imágenes de la arrogancia espiritual, de la fe sin alegría o la verdad inamovible. Entidades que si no rozan con la humildad, la sonrisa y la duda, constituyen máscaras, detrás de la cual solo puede haber maldad.
Charles Dickens (1812 – 1870) “Hay grandes hombres que hacen a todos los demás sentirse pequeños. Pero la verdadera grandeza consiste en hacer que todos se sientan grandes.”
“Hay grandes hombres que hacen a todos los demás sentirse pequeños. Pero la verdadera grandeza consiste en hacer que todos se sientan grandes.”
Así mismo, en relación a frases sobre la arrogancia, se puede traer a colación al escritor Charles Dickens, quien en este caso decidió enfocarse en aquellos hombres que con su actuar, buscan resaltar sobre otros, mostrando su propia grandeza. Al hacerlo pueden impactar a sus semejantes, e incluso hacerlos sentir menos o más pequeños. Empero, Dickens advierte que esto en ningún caso revela verdadera grandeza, y que por el contrario puede ser tomado como un signo de soberbia, puesto que el hombre verdaderamente grande, especial y valioso es el que hace que sus semejantes confíen en ellos mismos, y puedan apreciarse.
Ernest Hemingway (1899-1961) “El hombre que ha empezado a vivir seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera.”
“El hombre que ha empezado a vivir seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera.”
Otro ejemplo sobre la opinión de los grandes pensadores respecto a la Arrogancia es esta frase de Hemingway, escritor estadounidense del siglo XX, quien aunque no nombra directamente esta actitud humana, sí deja claro que la Arrogancia puede ser sinónimo de falta de conexión con el propio espíritu, pues para él, contrariamente, la sencillez con la que un individuo vive es muestra de que se conoce tan a fondo, que no tiene necesidad de aparentar ante otros algo que no es. Por ende, interpretando un poco la frase de Hemingway, se podría decir que la Arrogancia es una gran careta, que oculta carencias emocionales y psíquicas bastante importantes. En cambio, cuando la persona se conoce y además está feliz con quien es, no tiene necesidad de cubrir su propio yo con máscaras, pues se muestra tal como es.
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