Dentro de las acciones humanas más elogiadas, desde el punto de vista espiritual y caritativo, se encuentra el Dar, puesto que ello implica compartir lo propio con los semejantes, de ahí que haya llamado la atención de pensadores y líderes espirituales, quienes lo consideran la unión definitiva de otros sentimientos como la empatía, la solidaridad y la compasión, los cuales finalmente se materializan en la entrega.
Por ende, tampoco es de extrañar que existan numerosos pensamientos y reflexiones sobre el Dar. Sin embargo, previo a exponer algunos de ello, se revisará el propio concepto del Dar, con el fin de entender cada una de estas reflexiones dentro de su justo contexto.
Definición de Dar
Sin embargo, siendo un tema de gran debate y estudio, podría resultar un poco complejo el proceso de escoger una sola definición, entre las muchas que existen. En consecuencia, puede que lo más objetivo sea inclinarse por el concepto promulgado por la Real Academia Española de la Lengua, institución lingüística que le otorga a la palabra Dar una entrada en su Diccionario, en donde se pueden encontrar algunas acepciones como las siguientes:
- tr. donar.
- tr. entregar.
- tr. Ofrecer materia para algo.
- tr. Conferir, proveer en alguien un empleo u oficio.
Al revisarlas se puede ver cómo de forma general la noción de “Dar” se encuentra relacionada directamente con el donar, entregar, ofrecer, proveer o conferir algo propio a otros u otros. Ergo, es darles a otros lo que se tiene, sea todo o en parte, lo que hace comprender por qué este concepto ha llamado la atención de los humanistas, pues vendría ser la máxima manifestación de otros sentimientos.
Es decir, cuando la persona da solo materializa el cúmulo de sentimientos positivos que tiene en su interior. Dar entonces es la señal de un buen corazón, siempre que el acto en sí esté despojado de interés o malas intenciones.
Frases sobre el Dar
Siendo entonces una manifestación del alma humana, los estudiosos y pensadores de toda la época se han pronunciado sobre el Dar. A continuación, algunas de las frases más célebres, que han sido pronunciadas al respecto:
San Agustín (354 d.C. – 430 d.C.) Da lo que tienes para que merezcas recibir lo que te falta.
Da lo que tienes para que merezcas recibir lo que te falta.
Un ejemplo de cómo ciertas corrientes entienden el Dar como parte de una ecuación donde la otra parte es recibir de vuelta, es este pensamiento de uno de los padres fundamentales de la Iglesia católica, San Agustín, para quien básicamente el Dar garantizaba el recibir aquello que en verdad se necesita. Por consiguiente, se puede inferir que más que una invitación a los otros sobre Dar, es una muestra de cómo funciona la energía al respecto, algo así como mostrar a los otros los beneficios de Dar.
Khalil Gibran (1883 – 1931) Hay quienes dan con alegría y esa alegría es su premio.
Hay quienes dan con alegría y esa alegría es su premio.
Sin embargo, no todas las corrientes de pensamiento consideran que el intercambio entre Dar y recibir deba basarse en situaciones materiales, o que incluso se deba necesariamente recibir algo, luego que se ha dado. Un ejemplo de esta postura la constituye esta frase del escritor libanés del siglo XX, Khalil Gibran, para quien el Dar debe constituir en sí mismo el premio de quien se decide por esta acción. En consecuencia, Dar debería ser una acción desinteresada, incluso desde el plano espiritual o energético, y por el contrario ser tan solo una acción que se realice para el regocijo propio.
John Wesley (1703 – 1791) Gana todo lo que puedas; ahorra todo lo que puedas; da todo lo que puedas.
Gana todo lo que puedas; ahorra todo lo que puedas; da todo lo que puedas.
Así también, existen posiciones que también aseguran que el Dar está bastante relacionado con el bienestar individual más allá de lo espiritual, y que incluso puede estar estrechamente vinculado a la suerte económica y la abundancia.
En consecuencia, son varios los pensamientos que parecen coincidir con este promulgado por el Clérigo anglicano del siglo XVIII, John Wesley, para quien el secreto de una vida próspera era una trilogía: ganar tanto como se pudiera, ahorrar al máximo y compartir también en superlativo, puesto que estos eran los tres ejes de la abundancia. No obstante, según algunos expertos en educación financiera a este clérigo pudo faltarle también otros secretos: ganar para sí mismo e invertir.
Madre Teresa de Calcuta (1910 – 1997) No deis sólo lo superfluo, dad vuestro corazón.
No deis sólo lo superfluo, dad vuestro corazón.
Aun cuando casi todo el mundo –incluso los más avaros- saben que el Dar a otros es un acto valeroso e importante, la mayoría cuando cobra conciencia sobre esta acción piensa inmediatamente en que Dar es compartir lo material. Empero, algunos pensadores señalan que esto no es así, puesto que el verdadero Dar es Darse, es decir, una vez que lo que se entrega es el corazón o el ser, el canal hacia los otros está abierto para siempre.
Josefina Aldecoa (1926 – 2011) Tenía que pasar mucho tiempo hasta que yo me diera cuenta de que lo que me daban los niños valía más que todo lo que ellos recibían de mí.
Tenía que pasar mucho tiempo hasta que yo me diera cuenta de que lo que me daban los niños valía más que todo lo que ellos recibían de mí.
Otro de los aspectos más importantes sobre el Dar es que este establece una relación entre humanos, y como toda relación ocurre en dos sentidos. Por ende, muchas veces el que está muy concentrado en pensar que ha dado y en lo que ha dado puede que no logre ver a ciencia cierta lo que se está recibiendo de vuelta.
De esta manera, este pensamiento de la escritora y educadora española del siglo XX, Josefina Aldecoa, es ideal para reiterar la importancia de ver en el Dar una alegría en sí mismo. Así también, es importante tomar conciencia sobre que el Dar debe ser un devenir hacia el otro, y siempre que un individuo deviene en otro, en otros, nunca vuelve a sí mismo igual. Ergo, Dar es también una experiencia de transformación.
Isabel Allende Al final, sólo se tiene lo que se ha dado.
Al final, sólo se tiene lo que se ha dado.
No obstante, para algunos el tema del Dar resulta un poco complicado, puesto que si se encuentran muy apegados a sus bienes materiales, podrían llegar a pensar que Dar es restarse, es decir, que Dar es quitar de lo mucho o poco que se tiene para entregárselo a todos. Sin embargo, algunos pensadores contarían esta visión, que además de señalar como egoísta, tildan de errónea, pues en realidad el Dar es algo que –al menos para esta visión- resulta profundamente enriquecedor.
Visto así, las personas que dan van acumulando riquezas, experiencias, vivencias y otras personas a lo largo de su vida, además claro de la alegría de hacerlo. Un ejemplo de esta visión es la frase de la escritora chilena Isabel Allende, para quien entonces al final de los días uno solo se puede llevar o atesorar lo mucho que se ha dado.
Miguel de Unamuno (1864 – 1936) No des a nadie lo que te pida, sino lo que entiendas que necesita; y soporta luego la ingratitud.
No des a nadie lo que te pida, sino lo que entiendas que necesita; y soporta luego la ingratitud.
Entre los distintos tópicos que se repiten cuando de debatir sobre el Dar es precisamente cómo se escoge aquello que se les entregará a los otros. En este sentido, algunos manejan varias estrategias, entre las que se encuentra por ejemplo esta visión del filósofo y escritor español, del siglo XIX, Miguel de Unamuno, para quien entonces la forma idónea de saber qué es lo que se le debe dar a otro es aguzar la vista, para observarlo y descubrir qué es lo que necesita, en ocasiones incluso ignorando aquello que solicita.
No obstante, Unamuno también colocaba el acento en otro de los temas álgidos del Dar: el desagradecimiento. Empero, algunos otros que han hablado al respecto señalan que la acción de Dar debe ser realmente desinteresada al punto no sólo de no esperar algo de vuelta, ni siquiera si esto es agradecimiento de parte de aquel al que se le ha dado algo, independientemente de la magnitud de aquello que se ha dado.
Ippolito Nievo (1831 – 1861) No obliga tanto la dádiva cuanto el modo de hacerla.
No obliga tanto la dádiva cuanto el modo de hacerla.
Igualmente, además de cobrar conciencia sobre el Dar, practicarlo, no esperar nada a cambio, ser feliz con el hecho de dar y sentirse afortunado de poder hacerlo, algunas fuentes también colocan la lupa sobre la forma adecuada en que se debe realizar la ofrende a otros.
Un ejemplo de cómo la actitud con la que se da a veces es más importante que el mismo objeto o acto que se entrega es esta frase del escritor italiano del siglo XIX, Ippolito Nievo, para quien entonces la forma de entregar era la clave del acto, esto se puede traducir en varios aspectos: por una parte, la actitud de generosidad y humildad que debería tener el acto de entregar; y por otro lado el desinterés por hacer de la entrega un espectáculo.
Al contrario, se podría inferir también que si un acto de entrega viene impulsado por la vanidad y el deseo de convencer a los otros de la propia bondad, entonces no importará el valor de lo entregado, pues el acto en sí habrá nacido viciado. Esto viene un poco a reiterar los pensamientos que navegan también en la corriente de que siempre que se hable de Dar lo importante es saber entregarse uno mismo.
Imagen: pixabay.com