Se dice que el humano no es perfecto, sin embargo es mucho más sencillo decirlo que aceptar que esta verdad revela también la gran cantidad de defectos que se poseen, pues occidente ha crecido más orientada a presumir las virtudes, que en aceptar los errores, por lo que en ocasiones incluso se ocultan, o se reprimen.
No obstante, por más tierra o maquillaje que se pretenda colocar sobre los defectos, ellos están ahí, recordando la imperfección del hombre, por lo que no deberían verse como aberraciones, sino como parte del propio ser.
En este sentido, se alaben o se odien, los defectos han suscitado por años la atención de los más grandes pensadores, quienes lejos de ignorarlos, consideran que estas características del humano deben ser abordadas, asumidas o incluso trabajadas, para que dejen de jugar en contra de los proyectos y metas.
Empero, antes de abordar una exposición sobre las frases más importantes, que se han pronunciado sobre algunos de los defectos humanos, se revisará la propia definición de estas características, con el fin de entender cada uno de estos, en su justo contexto lingüístico.
Definición de Defectos
Empero, siendo un tema tan polémico para la psique humana, no es de extrañar que existan cientos de conceptos y perspectivas sobre la forma de percibir o entender los Defectos, por lo que escoger una sola definición puede ser un proceso un poco complejo.
En consecuencia, la forma más objetiva que puede existir para aproximarse a este concepto es tomando en cuenta el promulgado por la Real Academia Española de la Lengua, institución lingüística que registra en su Diccionario la palabra “Defecto”, otorgándole una entrada, en la cual se pueden leer las siguientes acepciones:
- m. Carencia de alguna cualidad propia de algo.
- m. Imperfección en algo o en alguien.
Por ende, aun cuando algunas corrientes de la Psicología moderna consideran que los defectos humanos son parte también de la personalidad, así como del individuo, al cual conforma, por lo general estos han sido entendidos a lo largo de las generaciones como faltas o situaciones que deben trabajarse lo más posible, a fin de corregirlos, pues lo contrario supone no ser una buen individuo.
No obstante, debe tener cuidado en diferenciar cuándo se está trabajando sobre un defecto, y cuándo se está negando su existencia, pues reprimir u ocultar los defectos, además de dar muy malos resultados, es inútil, puesto que esto no resolverá nada, y con el tiempo será peor.
Frases sobre los Defectos
Siendo entonces cualidades o características humanas de tanta importancia social, no es de extrañas que durante generaciones los distintos pensadores hayan dado su propia opinión al respecto, tanto sobre los defectos en general, como en específico. A continuación, algunos ejemplos de las frases más célebres sobre los defectos:
Mark Twain (1835 – 1910) Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño.
Nadie se desembaraza de un hábito o de un vicio tirándolo de una vez por la ventana; hay que sacarlo por la escalera, peldaño a peldaño.
Uno de los temas que más curiosidad o debate conllevan, en relación con los defectos, o los malos hábitos, es la forma de corregirlos, puesto que por alguna razón, nadie quiere tenerlos, y por el contrario entre más cercano se encuentre a su idea de perfección, cree que es más feliz. Sin embargo, los cambios no ocurren de la noche a la mañana, y por el contrario se necesita de algún tiempo, así como de ciertos procesos para lograrlo.
Al menos con esta postura parece coincidir Mark Twain, escritor estadounidense, para quien los defectos eran imposibles de sacar de la vida de un solo empujón, sino que hábitos al fin había que divorciarse de ellos poco a poco. Esto parece coincidir con la teoría que señala que para dejar un hábito se debe proceder a reprogramar el cerebro, lo cual puede tomar al menos unos 21 días.
Oscar Wilde (1854 – 1900) Cínico: un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada.
Cínico: un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada.
Otro de los defectos que más consecuencias sociales tiene es el Cinismo, puesto que un individuo cínico tratará a sus semejantes con desprecio, al tiempo que desconocerá sus propios errores, pues el cinismo y la falta de vergüenza o responsabilidad, suelen ir de la mano.
No obstante, entre otras de las definiciones que pueden existir en relación al cinismo se encuentra esta frase del escritor irlandés del sigo XIX, Oscar Wilde, para quien un Cínico básicamente era un hombre que entendía del precio de las cosas, pues su nivel mercantilista le servía a favor pero esto, pero que desconocía el real valor de las cosas, porque su cinismo le impedía apreciar su entorno.
Aristóteles (384 a.C. – 322 a.C.) No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto.
No se puede ser y no ser algo al mismo tiempo y bajo el mismo aspecto.
Entre los defectos sociales que peor vistos, se encuentra la Hipocresía, pues esta no permite conocer al otro, además de llevar a confiar en ocasiones en personas equivocadas. Un ejemplo de las distintas posturas que existen sobre la Hipocresía será esta frase del filósofo griego Aristóteles, para quien la naturaleza del hombre debía caracterizarse por su definición y su carácter auténtico.
En este sentido, el sabio griego señalaba que es imposible ser dos cosas al mismo tiempo o bajo el mismo aspecto, pues en realidad iba contra las leyes humanas, siendo de igual manera profundamente inconveniente.
Sócrates (470 a.C. – 399 a.C.) Las almas ruines sólo se dejan conquistar con presentes.
Las almas ruines sólo se dejan conquistar con presentes.
Así mismo, el interés puede ser tenido como uno de los grandes defectos humanos, pues él indica que el individuo se moviliza y organiza su vida según las cosas materiales o inmateriales que quiere conseguir, sin que en realidad le interesen las personas que tiene alrededor, o el generar lazos de amistad, amor o fraternidad sinceras.
Un ejemplo de las distintas posiciones en contra que existen en relación al interés lo constituye esta frase de Sócrates, filósofo griego, para quien una alma que sólo se rendía ante los presentes, respondía a una persona ruin, es decir, que los corazones interesados son en realidad almas ruines.
Gilbert Keith Chesterton (1874 – 1936) ¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mí todos los demonios.
¿Es usted un demonio? Soy un hombre. Y por lo tanto tengo dentro de mí todos los demonios.
Aun cuando los defectos son criticados, y considerados como situaciones que deben trabajarse de forma constante, también los pensadores de todas las épocas han hecho un llamado para reconocerlos dentro de la propia personalidad, pues es desde el reconocimiento que se da el primer paso para el trabajo con la propia naturaleza.
Un ejemplo de las distintas posiciones que existen en referencia a la naturaleza humana llena de defectos es este pensamiento del escritor británico, del siglo XX, Gilbert Keith Chesterton, para quien el humano, por naturaleza, albergaba dentro de sí todos los demonios, es decir, unos más, otros menos, todos los hombres guardan en sí todos los defectos, pues corresponde a su naturaleza imperfecta, como también tiene todas las virtudes.
Demócrito de Abdera (460 a.C. – 370 a.C.) Aunque estés solo, no debes decir ni hacer nada malo. Aprende a avergonzarte más ante ti que ante los demás.
Aunque estés solo, no debes decir ni hacer nada malo. Aprende a avergonzarte más ante ti que ante los demás.
En ocasiones se piensa que los defectos sólo deben ser corregidos para agradar más a otros, o para al menos no importunarlos, sin embargo, los defectos deben ser corregidos porque el hombre debe hacer de sí mismo su mejor y mayor proyecto, además de encontrarse relacionado directamente con la conciencia.
En este orden de ideas, se inserta el pensamiento del filósofo griego Demócrito de Abdera, para quien el principal deber del hombre es actuar bien delante de sí mismo, pues él debe ser su primer juez, y su más importante espectador.
Mahatma Gandhi (1869 – 1948) La violencia es el miedo a los ideales de los demás.
La violencia es el miedo a los ideales de los demás.
Una cosa de los defectos es que no perjudican de forma exclusiva al hombre que los tiene, sino que pueden lastimar también a los semejantes que lo rodean. Un ejemplo de la clase de defectos que más poder tienen sobre los otros es la Violencia, pues se ejerce sobre el prójimo, alegando mil razones.
No obstante, la Violencia puede estar conjugada con otra situación humana: el miedo, o al menos así pensaba el líder político y espiritual Gandhi, para quien la Violencia era el reflejo que provocaba en el individuo el miedo que podría tenerle a los ideales o pensamientos de los otros. El miedo a lo desconocido, a lo ajeno, a lo contrario.
Miguel de Cervantes (1547 – 1616) ¿Qué locura o qué desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?
¿Qué locura o qué desatino me lleva a contar las ajenas faltas, teniendo tanto que decir de las mías?
No obstante, por alguna razón, siempre será mucho más sencillo ver los defectos en los otros, que en el mismo existir. O como decía el célebre autor español Miguel de Cervantes, tan solo a través de la locura se puede explicar cómo el ser humano, teniendo tanto que hablar sobre él mismo, se ocupa de hablar de los otros.
Daniel Defoe (1660 – 1731) Todo nuestro descontento por aquello de lo que carecemos procede de nuestra falta de gratitud por lo que tenemos.
Todo nuestro descontento por aquello de lo que carecemos procede de nuestra falta de gratitud por lo que tenemos.
Entre los defectos más aborrecidos se encuentra también la Ingratitud, pues esta es descrita como una actitud de desenfado o de no correspondencia con el que en algún momento ha tendido una mano amiga. No obstante, la ingratitud no sólo se puede sentir hacia los otros, sino que incluso puede expresarse hacia la vida misma.
Un ejemplo de esto lo expone en su pensamiento este novelista o escritor inglés del siglo XVIII, Daniel Defoe, para quien la peor actitud que podía tener un ser humano era no sentir agradecimiento por las virtudes, regalos y oportunidades que brindaba la vida. Así mismo, para este autor europeo esta actitud provenía de la capacidad del ser humano para centrarse tan solo en lo malo, y dejar de lado las cosas buenas que la vida propina.
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