Generalmente, la mujer es vista –incluso por sí misma, y aunque pueda resultar un estereotipo más- como un ser romántico, capaz de ilusionarse, y siempre con ganas de conseguir el amor, a fin de poder formar un hogar.
Las mujeres de verdad
No obstante, los últimos años y el propio devenir histórico ha traído de la mano una gran cantidad de movimientos y activistas feministas, quienes han dejado en claro que no hay un solo tipo de mujer, y que en realidad no todas sueñan con ser esposas y madres, pues en ello no radica la verdadera realización de ellas como personas. De esta forma existen mujeres que prefieren vivir solas, dedicarse a su carrera, no tener hijos, entre otro gran número de posibilidades.
Esto por su puesto no quiere decir que la mujer no siga siendo un ser sensible, con ganas de dar y recibir amor, capaz de enamorarse y de sentir ilusión, como ser humano que es, y no porque el sexo biológico o el género asumido la signe a poseer esa estructura psicológica y emocional. Por consiguiente, recomiendan las corrientes feministas, al hablar de la mujer hay que bajarse de la nube de estereotipos, para pisar el suelo de la diversidad humana, pues cada ser –hombre o mujer- es único e irrepetible.
¿Cómo declarársele a una mujer?
Sin embargo, aquella persona que se haya enamorado de una mujer, y quiera expresárselo, en ocasiones cae en fuertes dudas con respecto a las palabras, el tono, la ocasión y la propuesta que debe hacer, pues todos desean que el momento de comunicarle al ser amado la existencia de sentimientos, que probablemente ya se han notado con anterioridad, sea un momento perfecto, el cual además tenga un final feliz: el escuchar que la mujer amada acepta la declaración y propuesta hecha.
No obstante, existen ciertas frases que pueden servir de ejemplo a la hora de declarar el amor que se siente hacia una mujer, y que lejos de ser directas, buscan con el mayor de los tactos y el respeto, contarle a esta persona que se le quiere, y que se pretenden con ella muchas cosas. Un ejemplo de ellas serían las siguientes:
Para invitarla a salir Ayer fui a cenar a un sitio espectacular, y de repente me di cuenta de que le faltaba algo: tu sonrisa. Entonces me dije, le tengo que proponer que me acompañe nuevamente, porque un sitio así no puede quedarse sin el placer de tu presencia. ¿Quieres venir conmigo?
Ayer fui a cenar a un sitio espectacular, y de repente me di cuenta de que le faltaba algo: tu sonrisa. Entonces me dije, le tengo que proponer que me acompañe nuevamente, porque un sitio así no puede quedarse sin el placer de tu presencia. ¿Quieres venir conmigo?
Una forma de invitar a una mujer a salir por primera vez puede ser esta frase, la cual no sólo está diseñada para concretar una cita, sino para lograr en la mujer a la que se le dirige sorpresa y ganas de sonreír, elementos fundamentales para conquistar a la mayoría –no a todas- las mujeres, pues para ganar la atención de ellas no sólo faltas rosas y bombones, como muestran las películas, sino también creatividad y humor, así como propuestas que generen ternura, complicidad o curiosidad.
Para proponerle un relación El fin de semana pasado fui de nuevo al sitio donde comimos juntos, y luego de fiesta con los amigos, y me di cuenta de que desde que salgo contigo ya no me gusta hacerlo solo, es contigo con quien quiero compartir, y no sólo las fiestas. Sólo falta que tú también quieras.
El fin de semana pasado fui de nuevo al sitio donde comimos juntos, y luego de fiesta con los amigos, y me di cuenta de que desde que salgo contigo ya no me gusta hacerlo solo, es contigo con quien quiero compartir, y no sólo las fiestas. Sólo falta que tú también quieras.
Así mismo, puede surgir la necesidad de proponerle a una mujer que las salidas o citas asuman el título de relación de pareja, aun cuando esto es algo que se va construyendo y sucediendo por sí solo. Empero puede ocurrir que no siempre sea un proceso claro, por lo que se requiera la mediación de la palabra y la conversación como adultos. En este sentido, esta frase puede usarse para comunicarle a la mujer amada, que ya no se desea una situación informal, sino que se siente la necesidad y el deseo de formar pareja con ella, independientemente del futuro que vaya a tener esa relación.
Para invitarla a vivir juntos Ayer cuando te fuiste, la casa se quedó vacía, los muebles seguían ahí, pero a la casa se le había ido su alma. Entonces fui al centro comercial y aproveché para sacarte este juego de llaves, porque quería entregártelo hoy, y preguntarte si quieres mudar tu vida y tu sonrisa a esta casa, y compartir conmigo la vida.
Ayer cuando te fuiste, la casa se quedó vacía, los muebles seguían ahí, pero a la casa se le había ido su alma. Entonces fui al centro comercial y aproveché para sacarte este juego de llaves, porque quería entregártelo hoy, y preguntarte si quieres mudar tu vida y tu sonrisa a esta casa, y compartir conmigo la vida.
Un paso bastante difícil en una pareja es cuando estos deben decidir vivir juntos, sobre todo si se es la persona que debe proponérselo a la otra involucrada. No obstante, este tipo de frases puede ayudar a tener cierta orientación de cómo estructurar una propuesta así, pues por un lado se le explicaría a la otra persona las razones o motivos por los cuales se está seguro de querer dar ese paso, al tiempo de que se le plantea como un regalo, pues se asume que –si el amor es correspondido- siempre es un halago que la pareja quiera dar un paso más en la relación, sobre todo hacia algo tan serio como construir una vida juntos.
Para proponerle matrimonio Esta tarde tuve que acompañar a un amigo a ver anillos de matrimonio, porque decidió casarse. Se probó miles, no se decidía por ninguno. Y mientras tanto yo pensaba, pero qué poco conoce a su pareja, porque yo, desde que vi la vitrina supe cuál sería el anillo que te encantaría a ti. Y tan seguro me sentía, que decidí comprarlo, y acá lo tengo. Quería dártelo, y aprovechar también para preguntarte: ¿te quieres casar conmigo?
Esta tarde tuve que acompañar a un amigo a ver anillos de matrimonio, porque decidió casarse. Se probó miles, no se decidía por ninguno. Y mientras tanto yo pensaba, pero qué poco conoce a su pareja, porque yo, desde que vi la vitrina supe cuál sería el anillo que te encantaría a ti. Y tan seguro me sentía, que decidí comprarlo, y acá lo tengo. Quería dártelo, y aprovechar también para preguntarte: ¿te quieres casar conmigo?
Igualmente, existen parejas que –vivan juntas o no- en algún momento deciden formalizar su unión, a través de actos civiles o ceremonias religiosas de matrimonio. Sin embargo, esta es también una decisión importante, que debe ser propuesta por algunos de los involucrados en la relación. En el caso de que la persona a quien se le proponga matrimonio sea una mujer, se puede usar esta frase, la cual juega con el factor sorpresa, pues comienza contando la historia de otra pareja, para terminar contándole a la mujer amada que esa tarde se le ha comprado un anillo de compromiso, para ver si acepta casarse con su pareja. Una forma bastante original, que de seguro despertará la sorpresa y la emoción de la mujer amada.
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