Definición de Deseo
En el ámbito de la Psicología, el Deseo es definido como la pulsión o el impulso que siente un individuo hacia un objeto o persona, que cumpla la función de ser objeto de deseo, es decir, que inspire en el otro anhelo o ganas de poseer.
Por su parte, algunas disciplinas como la Filosofía de la Sospecha, en voz de sus fundadores Gilles Delauze y Feliz Guatari, han afirmado que el Deseo es la fuerza que mueve al mundo, pues esta estremece al ser humano, haciéndolo avanzar y seguir adelante, emprendiendo estrategias y métodos (agenciando dispositivos) por acercarse u obtener aquello que desea. En ese sentido, toda acción humana estaría básicamente guiada por el Deseo, el cual haría que se activaran otros mecanismos como la voluntad, la fuerza y la decisión, en pro de que el humano alcance aquello que conmueve su deseo.
Sin embargo, muchas son las interpretaciones y visiones que la humanidad ha tenido sobre el concepto de deseo. A continuación, entonces, algunas de las frases sobre el Deseo, de parte de los escritores, intelectuales y pensadores más importantes de todos los tiempos, a fin de que el lector se pueda hacer una idea clara de cómo ha cambiado en el correr de las generaciones la visión de la humanidad sobre el Deseo:
Seneca
Teméis todas las cosas como mortales y todas las deseáis como inmortales. (Seneca)
En esta frase, de este célebre Filósofo latino, quien vivió entre el 2 a.C y l 65 d.C, podemos ver la analogía que establece entre el miedo y el deseo, dicotomía constante en el ser humano, quien por un lado desea todo en el mundo, siendo el miedo el que le recuerda, cuáles debe buscar y cuáles no. De esta forma, en una especie de crítica, Séneca habla de los extremos que llevan al hombre a olvidarse de su condición humana en el momento en que desea, y por el contrario recordarla y temer cuando lo roza el miedo.
Miche de Montaigne
Nuestro deseo desprecia y abandona lo que tenemos para correr detrás de lo que no tenemos. (Michel de Montaigne)
Por su parte, este filósofo francés del siglo XVI, hace hincapié en el hecho también característico de la naturaleza humana, de no sentir pasión o especial interés en aquello que ya tiene o que está accesible a sus manos, sino que persigue y lo impulsa precisamente aquello que no tiene o desea tener. En este sentido Montaigne se adhiere a la tradición filosófica que asume el deseo como una pulsión o impulso que moviliza al hombre a buscar el objeto de su deseo.
Miguel de Cervantes
Amor y deseo son dos cosas diferentes; que no todo lo que se ama se desea, ni todo lo que se desea se ama. (Miguel de Cervantes)
Durante el mismo siglo XVI, pero en España, este importante escritor expresaba esta idea sobre el deseo pero en conjunción del amor, colocando el acento en la diferencia que existe entre ambos sentimientos, sobre todo para aquellos que tienden a confundirse creyendo que desear y amar es igual. Con respecto a este, Cervantes expresaba que no todo lo que se desea se ama, y viceversa, aclarando que no por desear algo o a alguien ya se le ama, como tampoco ser el objeto de deseo de alguien hace que esa persona sea el objeto de amor de quien lo desea.
Voltaire
Sólo es inmensamente rico aquel que sabe limitar sus deseos. (Voltaire)
Así mismo, este célebre Filósofo del siglo XVII, se expresó sobre el deseo, sólo que desde un punto de vista más Apolíneo. Para Voltaire el hombre también es un cúmulo de deseos que buscan realizarse. Sin embargo, para este pensador francés, la riqueza económica tiene que ver con la capacidad de un hombre de reprimir sus deseos, lo cual se traducirá en la acumulación de riquezas, que le permitan llegar a ser inmensamente rico. De esta forma, privarse durante algún tiempo de gastar en ropa, muebles, propiedades, viajes o lujos, se traducirá en algún momento en riqueza económica.
Goethe
El amor y el deseo son las alas del espíritu de las grandes hazañas. (Goethe)
Durante el siglo XVIII, este Poeta alemán, retoma la analogía expresada por sus antecesores sobre el amor y el deseo, sólo que no los coloca como antagónico, o intenta señalar sus diferencias, sino que los asume como las alas que elevan el espíritu humano a cometer grandes hazañas, pues tanto el amor como el deseo son las pulsiones más fuertes del ser humano, aquellas que llevan al individuo a seguir adelante para alcanzar aquello que ama o desea, despertando su voluntad, su valentía y su persistencia.
Henry Miller
Vivir sus deseos, agotarlos en la vida, es el destino de toda existencia. (Henry Miller)
Por último, este escritor estadounidense del siglo XX, más que fijar posición crítica sobre el deseo, o tratar de diferenciarlo de otras pulsiones, señala simplemente la misión que para él tiene toda vida humana sobre el planeta: sentir deseo y buscar saciarlos, como parte de su destino. De esta forma para Miller, el hombre es una pulsión constante que necesitar verse satisfecha como función clave en su vivir.
Fuente de imagen: elpensante.com