Fue hijo de Alfonso III de Asturias y Jimena de Asturias, aunque por motivos que todavía se desconocen Fruela y sus hermanos se rebelaron contra su padre, quien no dudó ni un segundo en poner en prisión a uno de sus hijos (García). Su resistencia sirvió de poco: un año después sería obligado a abdicar a favor de sus hijos y repartir su reino entre ellos.

El reino de León correspondió al hijo mayor, García, el de Asturias a Fruela y el de Galicia a su otro hermano, Ordoño: éstos últimos serían subordinados de García. Éste estableció su corte en Oviedo en el año 914, donó a la catedral de San Salvador de Oviedo la Caja de las Ágatas, una caja recubierta de oro y con placas de ágata.

Durante el año 914, fallecería su hermano García I, quien al no dejar descendencia sería sucedido por su hermano Ordoño II, quien ocuparía el trono de León y gobernaría a su hermano en Asturias. Pero para el año 924, a la muerte de su hermano mayor, Fruela subió al poder al trono leonés desplazando a sus sobrinos.

El Castigo de Dios

Fruela se mantuvo en el trono por un breve periodo de apenas un año y pocos meses: al ser tan breve no pudo alcanzar ninguna victoria ni combatir a ningún enemigo. De igual forma, se decía que por desterrar a sus sobrinos recayó en él una especie de castigo divino, la lepra.

Para 925 la enfermedad pondría fin a su reinado y le daría una muerte temprana; Sampiro, un obispo del lugar diría lo siguiente: “(…) Por la brevedad del mismo no alcanzó ninguna victoria ni combatió a ningún enemigo, también se dice que por castigo divino perdió pronto el reino, pues tras la muerte de los hermanos desterró (…)”

Su cruel enfermedad le otorgaría un sobrenombre que cargaría no sólo en vida, sino que quedaría plasmada en cualquier nota que hiciera referencia a él. Su sepultura se encuentra en la Catedral de León junto a su hermano.

Fuentes:

1. https://es.wikipedia.org/wiki/Fruela_II_de_Le%C3%B3n

Imagen: wikipedia.org