Titanic
El Titanic fue en su momento el transatlántico de lujo más grande jamás construido. Se suponía que su mismo tamaño lo convertía en un barco invencible, que jamás podría hundirse. Su partida del puerto de Southhampton, Inglaterra, el 10 de abril de 1912, se celebró como el inicio de una nueva era de la navegación.
Pride cometh before the fall. “La arrogancia vino antes de la caída”. Pocos dichos se ajustan más a la realidad del Titanic, que apenas 4 días después chocaría con un Iceberg y se hundiría para siempre en las aguas del Atlántico Norte. La colisión quebró las planchas de acero del lado de estribor y el barco se hundió progresivamente, terminando por fracturarse ante su propio peso. Más de 1.500 personas murieron en el suceso.
La tragedia fue terrible. Nadie pudo haberla previsto… ¿o sí?
The Wreck of the Titan
Pues resulta que 14 años antes del hundimiento del Titanic un escritor británico llamado Morgan Robertson escribió un libro llamado “La Destrucción del Titán”. Trata, cómo no, sobre un transatlántico de lujo (el más grande jamás construido) que viaja por el Atlántico Norte, se estrella con un iceberg y termina siendo una terrible catástrofe porque no había suficientes botes salvavidas.
Comienza a aparecer una coincidencia interesante, ¿no creen? Pero no termina aquí:
- El Titán tenía 243 metros de largo. El Titanic, 268.
- Ambos fueron descritos como “imposibles de hundir”.
- Ambos cargaban tan pocos botes salvavidas como lo permitiera la ley (24 y 20 respectivamente). En ambos casos, alcanzaban apenas para la mitad de la tripulación.
- El Titán se movía a 25 nudos, golpeó un iceberg en uno de sus lados una noche de abril en el atlántico norte a 760 km de Terranova (Canadá). El Titanic se movía a 22 nudos y medio, chocó el 14 de abril a 740 km de Terranova.
Si bien muchos aseguraron que Robertson tenía el don de la clarividencia, el escritor aseguró que no se trataba de eso y que él simplemente sabía mucho de navegación y, por lo tanto reconocía cuales eran los peligros más inminentes para cualquier barco transatlántico.
Lo cual, por supuesto, sólo indica que los creadores del Titanic fueron aún más irresponsables de lo que creíamos.
Imagen: ociointeligente.wordpress.com