Existen dos clases de miedos: uno es el natural o comprensible, el cual se genera en una circunstancia que atente contra la vida. Y dos, el temor patológico que no cuenta con una realidad precisa y veraz.

Es en el periodo de la infancia cuando se gestan la mayoría de miedos neuróticos, a través de formas subconscientes, archivados en profundas regiones de la mente. Estos temores cobran vida y salen a la superficie en instantes críticos o tensionantes, frente a situaciones o determinadas personas.

Un virus más contagioso que la gripa o el sarampión es el temor nervioso. Por ejemplo, ante catástrofes naturales o las guerras, las gentes sin pensarlo dos veces, abandonan sus casas y hogares, trasladándose a otros lugares donde hallen seguridad.

Una terrible ansiedad, malestar psicológico y acentuada preocupación son algunos de los efectos visibles del miedo. La causa concreta del por qué alguien se preocupa es que algún temor se ha instalado en el subconsciente y eso ocasiona tremendo estrés y tensiona la psique. La cura más efectiva y radical es hallar los componentes originarios y extirparlos de la mente con la comprensión analítica. De tal modo se logra paz interior.

Se podría aseverar que el temor catalogado como normal, resulta sano y hasta necesario, pues conserva la vida y contribuye al perfeccionamiento integral del individuo; es decir, el empleado le teme a su patrón, por lo tanto evita que prescinda de sus servicios y esto lo lleva a esforzarse y realizar sus labores lo mejor que puede. De la misma manera, un presentador de televisión teme a quedar en ridículo y cuida muy bien de su forma de expresión. Y así, sucesivamente.

Los actuales profesionales de la Psicología, sin importar su enfoque y escuela, afirman rotundamente que es imposible erradicar por completo al miedo y que lo único por hacer sería intentar dominarlo. Pero para los conocedores de los misterios de las ciencias sobrenaturales, que es la verdadera esencia de la Psicología, eso es totalmente falso.

Los psicólogos modernos, totalmente materialistas y escépticos, ignoran la valentía total de un Brahaman de la India. Precisamente, los Upanishads, enseñanzas muy antiguas de este país, decretan solemnemente: «El conocedor de Brahman, que está desprovisto de todo temor, se vuelve totalmente intrépido».

Siguiendo por esa senda psico mística del saber ancestral oculto, el miedo únicamente existe cuando hay dualidad. Porque se teme al polo opuesto; por ejemplo si se está en el placer, se teme al dolor. En la alegría, a la tristeza. En la compañía, a la soledad. En la vida, a la muerte, etc.

Pero para aquel que se libera de la dualidad psicológica, ya no hay miedo de ninguna índole. Esa persona es la más valiente entre todas. El apego es la característica fundamental de este postulado basado en las Ciencias Ocultas y ese guerrero que en sí mismo ha eliminado sus deseos bipolares, es libre verdaderamente no solo del temor sino libre en todo el sentido de la palabra.

Uno pudiese pensar que un criminal o un peleador de lucha libre no sufren de miedo. Pero ciertamente, está camuflado en una violencia brutal cuyo origen es el odio o los celos, que son otros tipos de temor. De manera exclusiva, el valor es del Espíritu, no de la mente.

Otras pruebas tangibles de la relación de lo dual con este asunto, es que si no fuera por temor, la valentía no pudiera ser exaltada, así como sin lo oscuro, lo claro no tendría existencia. En este universo todo se encuentra bajo la ley de la dualidad y un lado no puede ser sin su opuesto. De tal modo que en nuestro plano tridimensional todo tiene dos contrarios y así, de acuerdo con los sabios del pasado, se equilibra y mantiene la vida.

En post relacionados, hablaremos sobre los métodos para eliminar los miedos en su totalidad y la importancia tan significativa de efectuarlo. Estos procedimientos conducen al despertar de la Consciencia y al Conocimiento de Sí Mismo. Igualmente, es indispensable que quien se halle interesado, se dedique a la práctica y el estudio de estas enseñanzas a diario y acada instante.

Entre los enemigos más pesados con los que debe luchar alguen son: el miedo, la ira, la importancia personal, la lujuria, la vejez y en un momento dado, hasta el mismo poder adquirido en el camino se convierte en un adversario. Increiblemente, hasta la claridad en la comprensión profunda de las leyes universales, puede cegar al guerrero y estancarlo considerablemente.

Escrito por D. Felipe Baquero R.