Gramática prescriptiva, gramática parcial

A pesar de que la Gramática Prescriptiva es considerada herencia directa de las antiguas gramáticas, hoy en día la Lingüística señala que esta puede ser considerada como una disciplina de visión purista, la cual además, en su intento por normar y construir una Lengua modelo, basada en el ideal que tiene con respecto a la Lengua que estudia, deja por fuera de su visión otras expresiones que, aun cuando son usadas por el grueso de la población, son desdeñadas por ser consideradas formas no cultas. En consecuencia, la Lingüística indica que se aleja un poco de la actual visión de esta disciplina, para la cual lo más importante en el estudio de una Lengua es acercarse a ella sin prejuicios ni intenciones prescriptivas, que permitan registrar lo que en verdad pasa en esa Lengua, además sin calificar las expresiones o normas como correctas o incorrectas, puesto que si se producen dentro de la dinámica de la Lengua y en consonancia a sus propias normas, entonces son posibles.

Opiniones de los lingüistas

No obstante, quizás la manera más eficaz de conocer cuál es la concepción actual de la Lingüística sobre el enfoque prescriptivo o normativo de la Gramática, sea a través de la revisión de algunas de las declaraciones o notas de los más destacados lingüistas al respecto. A continuación, algunas de ellas:

Larry Trask

“Un enfoque para la caracterización gramatical, uno de cuyos objetivos primarios es identificar formas que son consideradas por el analista correctas y proscribir formas y usos percibidos como incorrectos. Los criterios invocados en tal enfoque son necesariamente los seleccionados por el analista y son por tanto esencialmente subjetivos; típicamente incluyen llamamientos a la lógica, a factores estéticos, a la tradición o al uso literario”.

En esta párrafo extraído del Diccionario de términos gramaticales en la Lingüística (Trask, 1993) se puede observar uno de los argumentos más esgrimidos por los Lingüistas contra –o al menos no a favor- de la Gramática prescriptiva, puesto que –parafraseando a Trask- la operación de determinar cuáles expresiones o usos son correctos o no en una lengua, pasará por los gustos, criterios y decisiones de quien realiza el juicio, por lo que entonces se haría un análisis y una prescripción que partiría de un terreno subjetivo, alejando al estudio del lenguaje del ámbito objetivo y científico que persigue.

Juan Carlos Moreno Cabrera

Si la moderna ciencia lingüística no apoya esta distinción entre formas correctas o buenas y formas incorrectas o malas de hablar, ¿de dónde surge, pues, este interés en tachar unas hablas de incultas o incorrectas? [… La idea de que el vulgo inculto habla mal ha sido difundida y alentada desde el poder político y educativo para facilitar que los hablantes de variedades lingüísticas no estándares las abandonen y se sumen a los modelos de habla considerados cultos. De esa manera se consigue, a través de este prejuicio, que el propio pueblo abandone sus formas de hablar de modo voluntario y contribuya a la destrucción de sus propias señas de identidad lingüística

Otra de las discusiones de mayor profundidad sobre el por qué el estudio gramatical de la Lengua no debe darse desde un punto de vista prescriptivo, reside precisamente en si de verdad existe un criterio objetivo que permita determinar cuál es la forma correcta de hablar. Por el contrario, algunas corrientes lingüísticas han señalado que las razones por las cuales un determinado nivel o tipo de habla termina imponiéndose sobre los otros, como la Lengua modelo, está más ligado a un hecho político e histórico, que realmente a una situación netamente lingüística. Un ejemplo de esta visión sociolingüística puede verse en esta frase, extraída del libro  La dignidad e igualdad de las lenguas (2000) del lingüista español Juan Carlos Moreno Cabrera, en donde expresa claramente la necesidad de no juzgar o calificar las Lenguas, en pro de una visión un poco más descriptiva, puesto que esta distinción responde más a creencias políticas y económicas que al ámbito lingüístico.

Noam Chomsky

Creo que un prescriptivismo sensato debería formar parte de cualquier educación. [… Los estudiantes deberían conocer el lenguaje literario estándar con todas sus convenciones, sus absurdos, sus convenciones artificiales y demás porque es un sistema cultural real, e importante.

Por su parte, el lingüista estadounidense Noam Chomsky se ha pronunciado sobre el tema en más de una ocasión. Un ejemplo de ello, lo constituye este conjunto de ideas, en donde Chomsky señala estar de acuerdo con el carácter pedagógico de la Gramática prescriptiva, siendo concebida como el reservorio en el cual se encuentra el conjunto de convenciones que se han dado sobre una Lengua a lo largo de su evolución. Para este Lingüista el aprendizaje de este tipo de normas o convenciones, así tengan una naturaleza artificial e incluso absurda, es parte de la historia de la Lengua, y por ende debe ser conocida también por sus hablantes.

¿Para qué sirve la Gramática prescriptiva?

Al analizar la posición de la Lingüística sobre la Gramática prescriptiva, es natural que surjan dudas sobre el porqué de sus funciones, y mucho más de su actual existencia. No obstante, la Gramática prescriptiva cuenta con gran vitalidad, siendo enseñada en la educación básica, al tiempo que es referencia para cualquier hablante no nativo, que quiera aprender una Lengua. A pesar de no ser reflejo de la totalidad de niveles de habla que pueden existir en una Comunidad lingüística, la Gramática prescriptiva de una Lengua será el compendio académico que permita entrar en contacto con una Lengua, así como iniciar y realizar un estudio esquemático de ella, aun cuando éste no corresponda a la realidad de la Lengua que se estudia, sino simplemente a su ideal, por ende su valor pedagógico.

Imagen: sandislament.blogspot.com