Padre, he aquí que los barcos del enemigo llegaron (aquí); Mis ciudades(?) fueron quemadas, y los invasores cometieron infamias en mi país. ¿No sabe acaso mi padre que todas mis tropas y carros (?) se encuentran en la Tierra de Hatti, y todos mis barcos están en la Tierra de Lukka?… De esta manera, el país ha quedado abandonado a su suerte. Que mi padre lo sepa: los siete barcos del enemigo que vinieron aquí nos han causado enormes daños. (Carta de Amurapi, rey de Ugarit, al rey de Alasiya, explicando la situación en la que se encuentra la ciudad. Fue escrita en el siglo XII a. C. )
La Historia del Misterio
La aparición de la Civilización
En el principio, solo era el verbo. Y el verbo decidió, por razones que aún no comprendemos, crear el mundo. La creación del mundo no tenía sentido para ninguna deidad si no había alguien para ocuparlo, así que de la tierra (fuente de vida) formó al hombre, tras lo cual le otorgó dominio sobre las criaturas del planeta.
Este relato bíblico nace de la tradición mesopotámica, donde se encuentran relatos semejantes de muy diversa índole. Bajo su égida surgirán las primeras sociedades agrícolas en la zona del levante mediterráneo allá por el año 10000 a. C. y los primeros grandes imperios, los cuales comienzan a aparecer en torno al año 4000 a. C. Por milenios, estos imperios ascienden y caen, mientras desarrollan un modelo de sociedad teocrática replicado a lo largo y ancho de Mesopotamia, en la actual Grecia y, tras la destrucción de la idílica sociedad minoica cretense, en todas las islas del oriente mediterráneo. Así mismo, fue una sociedad muy semejante la que se desarrolló en el Egipto faraónico, con un rey – dios y una casta sacerdotal importante.
Este fue, verdaderamente, el primer ejemplo de una civilización particular en el mundo. Mientras evolucionaba, a la par con sus hermanas del valle del Indo y del extremo oriente, esta civilización se mantuvo a pesar del ascenso y caída de reyes y dioses, y le puso su impronta a la antigüedad. Su influencia se expandía lentamente hacia el occidente y hacia el norte, pues casi todas las sociedades cercanas que surgieron en aquel periodo tenían características semejantes. Hasta que ellos llegaron.La llegada de los Pueblos del Mar
Nadie sabe quiénes eran o de dónde venían. Su paso por la historia fue efímero, pues no se radicaron en las regiones que conquistaron. Todo lo que tenemos es una serie de datos inconexos y de fenómenos que, cual una fila de dominós, van resultando en el colapso de uno tras otro, todos los imperios importantes de la época. Solo los egipcios lograrán sobrevivir a esta orgía de destrucción, pero su sociedad quedará enferma y tendrá que cambiar para adaptarse a los nuevos tiempos. Este fue, en verdad, el fin de una civilización.
Antes de la llegada de los pueblos del mar, en torno al año 1300 a. C., existía un mundo organizado con grandes poderes (Egipto, el poderoso imperio hitita y los reinos mesopotámicos), ciudades intermedias (principalmente las ciudades de la Grecia micénica y los reinos levantinos) y sociedades de comerciantes que vivían de las gigantescas rutas que se extendían desde Grecia hasta India, y más allá. Pero en torno al año 1200 a. C., de manera súbita, toda esta organización se viene al suelo. Un mundo que se había construido desde el principio de la civilización, más de 3000 años atrás, es borrado de la historia en un soplo, o mejor, en una oleada de ataques de estos misteriosos nómadas que, por lo visto, no querían tierras, riquezas ni alimentos. Solo buscaban la destrucción.
Lo que nos dejan las fuentes arqueológicas es la destrucción, uno tras otro, de todas las sociedades complejas de la época. Los primeros en caer fueron los reinos micénicos de Grecia, tras lo cual vendría el derrumbe del poderoso imperio hitita. Las ciudades complejas del occidente de Mesopotamia (Ugarit en Siria, Tarso en el sur de Anatolia, entre otros) caen a continuación, y tras esto viene el final del reino de Canaán y las ciudades del levante. Por último, un Egipto solitario logra resistir el último ataque de estos misteriosos extranjeros, que luego parecen desaparecer sin dejar rastro.
Los pueblos nómadas periódicamente atacaban todos los grandes imperios, pero lo hacían con la intención de conquistarlos y hacerlos servir a sus propósitos. Ya fueran los mongoles en china, los hombres de las montañas en Mesopotamia o los jinetes turcos de las estepas en Persia y el norte de India, los nómadas invasores siempre están interesados en conquistar para sí los avances de otras civilizaciones. Por ello, siempre ha sido fácil para los académicos encontrar pistas del origen y las acciones de estos pueblos. Pero este no es ese caso.
Los invasores destruyeron las sociedades que se encontraban sin apoderarse de nada. Quemaron los grandes palacios micénicos y arrasaron con Hattusa, la capital hitita y la envidia de las ciudades de esta parte del mundo por sus gigantescos palacios y sus resistentes fortificaciones. Seguramente habrían destruido también las grandes construcciones egipcias, si no los hubieran detenido. Y a cambio no ocupaban el espacio, ni colonizaban la tierra. No parecían estar interesados en la apropiación de las regiones que iban destruyendo. Estas misteriosas gentes sencillamente llegaron, arrasaron con una civilización milenaria y partieron a destinos desconocidos.
Hipótesis sobre el origen de los pueblos del mar
Son muchas las teorías que se han escrito sobre el origen y la naturaleza de estas poblaciones. Algunos afirman que se trataba de pueblos minoicos provenientes de Creta, otros, que se trataba del reducto de los etruscos destruidos en Troya. Pero las evidencias, aunque escasas, apuntan en otras direcciones:
- Una teoría que ha recibido mucho apoyo recientemente es que estos pueblos eran nómadas habitantes de las estepas del oriente europeo y que, por alguna razón, sus regiones se vieron asoladas por catástrofes que los obligaron a emigrar. Estos nómadas habrían hablado una variante del indoeuropeo, expandiéndolo por las regiones por donde pasaban, y habrían domesticado el caballo y aprendido a montarlo, creando una máquina bélica muy superior a los carros de guerra de los grandes imperios.
- Otra teoría es que se trataba de pueblos itálicos, provenientes de la península, que se lanzaron hacia el oriente buscando los beneficios de estos imperios cuando hubo catástrofes en su tierra.
- La teoría más sólida hasta el momento habla de los pueblos periféricos de la mítica Troya, los cuales se habrían rebelado después de la guerra que destruyó la ciudad y habrían generado oleadas de migración hacia la Grecia micénica.
Existen otras muchas hipótesis, que incluyen cretenses minoicos, pueblos africanos y exiliados griegos, pero todas carecen de pruebas sólidas que permitan verificarlas. Para este servidor, lo más probable es que una teoría monocausal no aplique en este caso. Seguramente la causa inicial fuese una catástrofe en el occidente que llevó a tribus de muy diversos orígenes a buscar fortuna en el oriente, destruyendo, a su vez, otras poblaciones. Este movimiento terminó por afectar a la Grecia micénica, cuyos desheredados por la guerra y el hambre continuaron el proceso hacia el oriente. Seguramente caudillos militares pudieron organizar estas bandas en temibles ejércitos de hombres que no tenían nada que perder, pero cuya destrucción era tal que una vez acababan con un lugar, tenían que seguir buscando para evitar la muerte por inanición, además de que muchos se les habrían unido.
Estas oleadas acabaron con una civilización, pero abrieron la puerta para que aparecieran otras. De no haber existido, de haber continuado con la tradición micénica, Grecia jamás habría sido el hogar de las Polis clásicas que hoy están en la raíz de la cultura occidental. Estas invasiones nos enseñan que, si bien todo lo que se ha alzado en la historia puede caer, su caída abona el suelo para que futuras sociedades superen los logros alcanzados.
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Grandes misterios de la historia: los pueblos del mar
Civilizaciones - mayo 19, 2015