El ferrocarril subterráneo, fue una serie de rutas en las que varios esclavos afroamericanos huían de los estados confederados del sur a Estados del norte o Canadá. Aquellos trayectos, fueron usados por miles de esclavos y para lograr que funcionaran muchas personas participaron y se le denominaron como maquinistas, una de las maquinistas más famosas fue Harriet Tubman.
Ella fue esclava, sufrió muchos maltratos y perdió a seres queridos, pero sabía que su lucha ayudaría a cientos y fue una de las más hábiles para cumplir su trabajo: “fui guía del ferrocarril subterráneo durante ocho años, y puedo decir algo que no todos los guías pueden hacer, y es que yo no perdí ningún pasajero”
No solo ayudó a familiares y amigos, sino que salvó a muchos otros. Fue lista, conocía el terreno y se armaba de valor para enfrentar a los cazadores de esclavos que iban tras ella. Sabía que huir era aterrador, así que en más de una ocasión fue dura con los que ayudaba: “continúa o te mataré”
La dura infancia que forjó a la revolucionaria
Se presume que nació alrededor del año de 1820, sus padres fueron esclavizados lo que le auguraba una vida llena de dificultades a Araminta “Minty”. Su amo, fue un esclavista llamado Edward Brodess, quien la hizo pasar penurias y a la edad de 13 años, un supervisor le arrojó una pesa de metal, dejándole un traumatismo craneoencefálico, causando en ella episodios similares a la epilepsia y alucinaciones.
Esas alucinaciones, terminaron convirtiéndose en sueños vívidos donde vio un mundo más justo y libre para todas las personas que fueron sometidas a la esclavitud. Al pasar el tiempo, terminó casándose con un hombre llamado John Tubman y así cambió su nombre a Harriet.
La persona con la que había contraído nupcias era un hombre libre, pero esto no evitaba que ella pudiera ser vendida por su captor. Fue así como, en 1849, Brodess intentó venderla, pero no encontró comprador debido al estado de salud de Harriet. Llena de desesperación, decidió escapar junto con sus hermanos, pero éstos se arrepintieron y terminaron regresando a la finca de los Brodess, poco después Harriet se arriesgó ella sola y terminó obteniendo éxito.
Determinada con acabar la esclavitud
Era libre, conocía la sensación de respirar tranquila, sin miedo a que un látigo cayera a su espalda y llena de emoción, decidió ayudar a otros miembros de su familia. Volvería un total de 13 ocasiones y en el camino compartiría información con otros esclavos para ayudarlos en su propia lucha.
La falta de academia, no fue obstáculo para que ayudara con la causa abolicionista. Trabó buenas relaciones con otros abolicionistas e intelectuales, con quienes creó vínculos favorables para conseguir apoyo financiero para su causa. Ayudó a más de 70 personas a alcanzar su libertad, se convirtió en el terror de los esclavistas, como una de las maquinistas más famosas del Ferrocarril Subterráneo. La apodaron Moisés, gracias a libertad que les había dado a muchos.
Finalizada la guerra de Secesión, Harriet continuó luchando por el sufragio femenino y defendiendo a los afroamericanos. Su estado de salud fue empeorando, pero no fue impedimento para seguir ayudando, para 1896, la mujer adquirió una casa de 10 hectáreas en el norte del Nueva York, el cual se convertiría en una residencia para gente mayor e indigente. Tubman dejaría este mundo en 1913, convirtiéndose hasta el día de hoy en un ejemplo de lucha y revolución.
Como curiosidad final, su imagen iba a reemplazar al billete actual de 20 dólares, pero la iniciativa fue pausada durante el gobierno de Donald Trump.
Fuentes:
- https://es.wikipedia.org/wiki/Harriet_Tubman#Legado
- https://www.nationalgeographic.es/historia/2019/10/harriet-tubman-lo-arriesgo-todo-por-afroamericanos-esclavizados
Imágenes: 1. es.wikipedia.org 2. es.la-croix.com
La ruta de escape de los afrodescendientes
El ferrocarril subterráneo, fue una serie de rutas en las que varios esclavos afroamericanos huían de los estados confederados del sur a Estados del norte o Canadá. Aquellos trayectos, fueron usados por miles de esclavos y para lograr que funcionaran muchas personas participaron y se le denominaron como maquinistas, una de las maquinistas más famosas fue Harriet Tubman.
Ella fue esclava, sufrió muchos maltratos y perdió a seres queridos, pero sabía que su lucha ayudaría a cientos y fue una de las más hábiles para cumplir su trabajo: “fui guía del ferrocarril subterráneo durante ocho años, y puedo decir algo que no todos los guías pueden hacer, y es que yo no perdí ningún pasajero”
No solo ayudó a familiares y amigos, sino que salvó a muchos otros. Fue lista, conocía el terreno y se armaba de valor para enfrentar a los cazadores de esclavos que iban tras ella. Sabía que huir era aterrador, así que en más de una ocasión fue dura con los que ayudaba: “continúa o te mataré”
La dura infancia que forjó a la revolucionaria
Se presume que nació alrededor del año de 1820, sus padres fueron esclavizados lo que le auguraba una vida llena de dificultades a Araminta “Minty”. Su amo, fue un esclavista llamado Edward Brodess, quien la hizo pasar penurias y a la edad de 13 años, un supervisor le arrojó una pesa de metal, dejándole un traumatismo craneoencefálico, causando en ella episodios similares a la epilepsia y alucinaciones.
Esas alucinaciones, terminaron convirtiéndose en sueños vívidos donde vio un mundo más justo y libre para todas las personas que fueron sometidas a la esclavitud. Al pasar el tiempo, terminó casándose con un hombre llamado John Tubman y así cambió su nombre a Harriet.
La persona con la que había contraído nupcias era un hombre libre, pero esto no evitaba que ella pudiera ser vendida por su captor. Fue así como, en 1849, Brodess intentó venderla, pero no encontró comprador debido al estado de salud de Harriet. Llena de desesperación, decidió escapar junto con sus hermanos, pero éstos se arrepintieron y terminaron regresando a la finca de los Brodess, poco después Harriet se arriesgó ella sola y terminó obteniendo éxito.
Determinada con acabar la esclavitud
Era libre, conocía la sensación de respirar tranquila, sin miedo a que un látigo cayera a su espalda y llena de emoción, decidió ayudar a otros miembros de su familia. Volvería un total de 13 ocasiones y en el camino compartiría información con otros esclavos para ayudarlos en su propia lucha.
La falta de academia, no fue obstáculo para que ayudara con la causa abolicionista. Trabó buenas relaciones con otros abolicionistas e intelectuales, con quienes creó vínculos favorables para conseguir apoyo financiero para su causa. Ayudó a más de 70 personas a alcanzar su libertad, se convirtió en el terror de los esclavistas, como una de las maquinistas más famosas del Ferrocarril Subterráneo. La apodaron Moisés, gracias a libertad que les había dado a muchos.
Finalizada la guerra de Secesión, Harriet continuó luchando por el sufragio femenino y defendiendo a los afroamericanos. Su estado de salud fue empeorando, pero no fue impedimento para seguir ayudando, para 1896, la mujer adquirió una casa de 10 hectáreas en el norte del Nueva York, el cual se convertiría en una residencia para gente mayor e indigente. Tubman dejaría este mundo en 1913, convirtiéndose hasta el día de hoy en un ejemplo de lucha y revolución.
Como curiosidad final, su imagen iba a reemplazar al billete actual de 20 dólares, pero la iniciativa fue pausada durante el gobierno de Donald Trump.
Fuentes:
- https://es.wikipedia.org/wiki/Harriet_Tubman#Legado
- https://www.nationalgeographic.es/historia/2019/10/harriet-tubman-lo-arriesgo-todo-por-afroamericanos-esclavizados
Imágenes: 1. es.wikipedia.org 2. es.la-croix.com