Mundo caliente
A estas alturas, no hay duda alguna: el mundo se está calentando. Este calentamiento podría o no ser causado por las actividades humanas (en particular, por el consumo de combustibles fósiles), pero ciertamente coincide con el aumento en los niveles de CO2 que se han detectado en la atmósfera y que con toda probabilidad hemos causado nosotros. Los niveles de dióxido de carbono, a partir de la Revolución Industrial, han alcanzado niveles que no se presentaban desde hace más de 600.000 años.
En la actualidad, se calcula que el aumento en la temperatura podría estar en el orden de los 2 °C y se están haciendo esfuerzos (muchas veces insuficientes) para mantenerlo en 1 °C con respecto a los niveles actuales, pues se calcula que es la temperatura que permitiría dar cierta sostenibilidad a la sociedad actual.
Un reciente estudio publicado en la Revista Science parece indicar que este valor ha sido subestimado. De acuerdo con los investigadores, se ha calculado el papel del CO2, pero no el de otros gases de invernadero y en particular, el del vapor de agua.
Nubes
Las nubes tienen un papel importante en la generación del efecto invernadero. Aunque intuitivamente las asociemos con sombra – y por lo tanto con una menor temperatura – lo cierto es que ellas tienen un papel fundamental en mantener el calor atrapado durante las noches. Por ello, los desiertos son más fríos de lo que muchos creen.
Pero entonces, ¿no debería ser el mundo caliente? Al fin y al cabo, está lleno de agua.
El asunto es que la mayor parte de esta agua permanece en forma líquida en los ríos, lagos, mares y océanos, y en forma sólida en los polos: poca de ella está verdaderamente en la atmósfera. Al calentarse el planeta, sin embargo, es de esperarse que la cantidad de agua presente en la atmósfera aumente de manera importante, retroalimentando el efecto del CO2.
De acuerdo con los cálculos del equipo de investigación, el aumento de temperatura no estaría entre 2 y 4,6°C con respecto a los valores preindustriales (o sea, de entre 1 y 3,6 °C con respecto a los actuales), sino de 5 a 5,3 °C. Se trata de un aumento a todas luces dramático que supera por mucho los niveles esperados y podría poner en jaque inmensas regiones agrícolas, aumentando los precios de los alimentos y llevando a la hambruna a varias regiones.
Si los cálculos del equipo son correctos, nuestra sociedad rebasó el límite y podría estar en peligro. Tenemos, entonces, unas pocas décadas para adaptarnos a un mundo nuevo.
Fuente de imagen: cienciadefrontera.blogspot.com.co