El Pensante

Historia del árbol de Navidad

Historia - diciembre 23, 2016

En la actualidad, el árbol de Navidad constituye uno de los objetos navideños más representativos de estas fiestas, ocupando con su presencia y sus adornos las estancias de las familias, empresas y plazas, mientras sus raíces esperan paciente cada año la llegada de nuevos regalos.

Significado cristiano

No obstante, el árbol de Navidad cuenta con toda una simbología cristiana, religión que lo adoptó como elemento navideño, con el cual se celebra la llegada al mundo de Cristo. En este sentido, algunas fuentes han señalado que en primer lugar la razón para que sea un abeto (o en ocasiones un pino) no es gratuita, sino que corresponde a la perennidad de sus hojas, las cuales son tomadas como señal de la eternidad de Dios. Así también, la forma de este árbol, emula el triángulo que representa la Santísima Trinidad, mientras que cada uno de sus adornos cuenta también con una interpretación cristiana: guirnaldas (manzanas del pecado original); lazos (afectos familiares); luces (la luz de Cristo).

Historia

Tal como sucede con casi todos los símbolos navideños, incluso con la propia Navidad, la mayoría de sus signos y fechas parecen ser producto del sincretismo de los principios cristianos con las tradiciones paganas. En el caso de la Historia del árbol de Navidad, esto parece quedar en mayor evidencia. De esta forma, resulta pertinente estudiarla entonces, tomando en cuenta sus antecedentes directos y su evolución:

Origen pagano

De acuerdo con algunos historiadores, el árbol de Navidad parece provenir de tres diferentes tipos de tradiciones paganas, las cuales se explican a continuación:

  • En primer lugar, resalta la fiesta de Saturnalia, celebración romana, erigida en torno a la figura de Saturno, Dios de la Agricultura y la Fertilidad. Se cree que esta fiesta se celebraba entre el 17 y el 23 de diciembre, en vísperas del solsticio de invierno. Entre algunas de las tradiciones relacionadas con esta festividad, se encontraba la de llevar a la casa ramas o árboles, a fin de protegerlos del cruento invierno, al tiempo que se decoraban con la intención de rendir tributo a Saturno.
  • Igualmente resalta la fiesta pagana, en donde los seguidores de esta cultura escogían el 25 de diciembre (solsticio de invierno) para celebrar el nacimiento del hijo de la Diosa, figura que a su vez es asociado con el Dios Sol. Así mismo, dentro de esta celebración, se erigía la figura del árbol, puesto que según el mito pagano, en la noche del 25 de diciembre, en Babilonia un árbol frondoso y verde brotó de un tronco seco. En él, cada noche del 25 de diciembre vendría Nemrod o el Dios Sol a dejar presentes para sus seguidores.
  • Por otra parte, resaltan también las tradiciones propias del norte de Europa, en donde las personas de cultura pagana, se daban a la tarea de adornar un árbol de hoja perenne cerca del 25 de diciembre, como antesala al nacimiento de Frey, Dios del Sol y también de la fertilidad y la abundancia, quien se creía que nacía cada solsticio de invierno. Igualmente, este árbol servía como símbolo del Yggdrasil (el Universo).

Sincretismo con el Cristianismo

No obstante, cuando la Iglesia cristiana comenzó a expandirse por Europa, se encontró con el difícil trabajo de combatir fiestas tan arraigadas en el seno del pueblo pagano, por lo que se dio a la tarea de convertir el 25 de diciembre en la fecha del nacimiento de Jesús de Nazaret, como primer paso para opacar la fiesta pagana que celebraba el nacimiento del Dios Sol. De igual forma, se cree que la Iglesia católica decidió también adoptar la tradición del adornar un árbol durante esta fiesta, sólo que cambió su significado, relacionándolo con los símbolos cristianos.

Primer árbol de Navidad

Con respecto a estos procesos de conversión, la Historia reza que el primero en elaborar un árbol de Navidad fue San Bonifacio en algún momento del siglo VIII d.C., en Alemania, quien en un gesto por abolir la simbología pagana, cortó con un hacha un árbol consagrado a Yggdrasil, a fin de plantar un abeto, el cual escogió por su forma triangular, la cual emulaba la santísima trinidad. Así mismo, lo adornó con manzanas, las cuales representaban el pecado original que había venido a perdonar Cristo, al tiempo que le colocó velas, las cuales representaban la sabiduría y luz de esta deidad.

Sin embargo, se debieron esperar al menos diez siglos más, para que surgiera el árbol de Navidad, tal como se conoce en la actualidad, el cual fue erigido por primera vez en el año 1605, también en Alemania. Para ese momento, se contaba ya con la tradición de ofrecer los pies del árbol, para recibir los regalos para los niños, tarea que a su vez se le atribuía a Papá Noel o Santa Claus.

Expansión por Europa

Así mismo, no fue hasta el siglo XIX que la tradición del árbol de Navidad comenzó a expandirse a lo largo de Europa, llegando sucesivamente a Finlandia (en 1800); Inglaterra (1829) y España, país en donde llegó en 1870, de mano de Sofía Troubetzkoy, princesa de origen ruso, quien había contraído matrimonio con el marqués de Alcañices, principal promotor de la Restauración impulsada por los borbones. Desde entonces, el árbol de Navidad se expandió también al continente americano. Hoy en día es una afianzada tradición cristiana, de carácter universal.

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